Nuevo reporte anual del Consejo Minero afirma que la visión del gremio sobre el ambiente regulatorio “tendió a desmejorar” y expresa preocupación por iniciativas como las del royalty y de reducción de jornada laboral.
A poco más de un mes de que el Covid-19 encendiera las alarmas, la industria minera ya tiene el primer balance del impacto del virus mientras las autoridades apuntan a retomar gradualmente las actividades bajo una“nueva normalidad”. En este escenario, el Consejo Minero sigue con atención la reactivación de algunas iniciativas que quedaron en pausa por la crisis, pero que podrían significar nuevas vallas para el panorama económico.
Si bien la versión anterior del reporte anual del gremio destacaba que había mejores señales regulatorias del gobierno -puntualizando que subsistían trabas a los proyectos y mociones parlamentarias contraproducentes-, en su último documento asegura que esta visión no varió sustancialmente en 2019 pero si advierte que “tendió a desmejorar”.
Pese a los diagnósticos sobre las carencias en calidad regulatoria -por ejemplo el aportado por la Comisión Nacional de Productividad-, el gremio cuestiona que“no se ha logrado dar el paso desde gestión por proyecto a la introducción de mejoras regulatorias con efectos permanentes”.
Dos ejemplos son la tramitación de los proyectos de ley para promover la inversión y para modernizar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Sobre el primero, el gremio explica que “no solo su tramitación se dilató en exceso y a la fecha no logra ser aprobado, sino además varios de sus contenidos iniciales se fueron desdibujando”. Mientras, la modernización del SEIA, no ha logrado sortear la primera valla legislativa en la Cámara de Diputados y “por el tenor de las indicaciones presentadas no se percibe un buen destino”.
En esa línea, se identifican iniciativas que tendrían impacto directo en el sector, como la reforma al Código de Aguas, que a fines de enero concluyó la discusión en la comisión de Agricultura del Senado, restando etapas legislativas en ambas Cámaras; el proyecto de protección de glaciares en el Senado; y el que establece normas para la conservación de humedales, con el “agravante” de que ya fue aprobado en la Cámara Baja. Mientras, reconocen que una iniciativa a “seguir con interés” es el proyecto de cambio climático.
Asimismo, el gremio tiene, al menos, dos proyectos que mira con especial atención de cara a la “operación retorno”. Así lo reconoció la semana pasada el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, quien a partir de la reciente decisión de Minera El Abra de reducir su plan minero y desvincular trabajadores, recalcó en el Senado que incluso las grandes compañías “no son resilientes absolutamente ni resisten cualquier escenario”.
“Yo tendría mucho cuidado en algunos proyectos que se están tramitando en el Congreso, que de alguna manera le van a significar o implicar mayores cargas al mundo empresarial en general y al mundo minero en particular”, advirtió.
En ese sentido, se refirió a la moción que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. “En este escenario, no parece una buena idea disminuir jornadas laborales, porque eso significa en la práctica mayores costos e implica, con los precios que tenemos y la realidad que estamos viviendo, la probabilidad de que haya empresas que terminen por no ser viables”, dijo. Y agregó dentro de esa preocupación el proyecto que establece en favor del Estado una compensación denominada royalty minero por la explotación de la minería del cobre y del litio.
En medio de las medidas que ha implementado la industria para enfrentar la emergencia, la información del sector da cuenta que desde el inicio de la contingencia a la fecha se han reducido las dotaciones operacionales de las grandes mineras en un promedio de 35% y el impacto en la producción de cobre en 2020 sería de una baja de 5,5% e incluso los más optimistas proyectan solo 1,3%.
En el Consejo Minero apuntan a que, en cuanto a los proyectos de inversión en ejecución al momento del inicio de la crisis a la fecha -a grandes rasgos- un 60% del valor económico total se encuentra suspendido por consideraciones sanitarias. Y agregan que "las iniciativas que siguen en ejecución han tenido reducciones importantes de dotación".
Sin embargo, destacan que las medidas impulsadas por las compañías han permitido que el número de contagiados de las grandes mineras no sobrepase los 20 casos en total, varios de los cuales han tenido origen fuera de las faenas mismas.
Otros datos que dan cuenta de la situación del sector -según lo reportado por el Gobierno- es que hay 102 empresas que han adoptado turnos de 14x14 que permiten en la práctica menores traspasos de trabajadores para evitar el contagio entre sus pares.
Mientras, en Enami ven que la pequeña minería se ha visto afectada por el precio del cobre pero a la vez beneficiada por el alza del precio del dólar dado que casi el 100% del costo de operación de los productores mineros es en pesos. En este sentido, la firma reconoce que la situación está golpeando con más intensidad al sector de la mediana minería.
REVISTA CAPITAL
MARÍA JOSÉ GUTIÉRRZLa reunión partió a las 10:30 en punto. En el primer piso de La Moneda, en el Salón O’ Higgins se reunió el Presidente Sebastián Piñera con los timoneles gremiales -Juan Sutil, de la CPC; Bernardo Larraín de la Sofofa, Joaquín Villarino del Consejo Minero y Patricio Donoso de la CChC-; los empresarios Carlo Solari, presidente del directorio de Falabella, y Charles Kimber, gerente de Asuntos Corporativos de Arauco; Alexander Galetovic, académico de la UAI y Federico Valdés, rector de la UDD; el ministro de Economía Lucas Palacios; y el coordinador de la mesa Covid Cristián Varela. Más tarde, cuando hubo finalizado su punto de prensa, se sumó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
La idea de la reunión salió desde Presidencia: con la inquietud de echar a andar el carnet Covid -para las personas que se recuperaron del virus- y los test rápidos -que detectan también a los asintomáticos- en el entorno de Piñera quisieron ver en primera persona cómo era la realidad de las empresas. Con eso en la mira, Piñera comenzó el encuentro planteándoles cuál era el escenario actual y cómo avanzar en esta nueva normalidad, entendiendo que hay que aprender a convivir con el coronavirus, en un escenario que podría durar incluso los próximos dos años.
En eso, cuentan los presentes, fue enfático en señalar que “hasta ahora” la crisis sanitaria se ha podido controlar relativamente bien. Pero que hay una necesidad de retomar las actividades que están paradas. “Habló de cómo esto no ha sido tan dramático del punto de vista sanitario a como se esperaba, pero siendo realista de que no se sabe qué pueda pasar en el futuro: si va a ser una ola de contagios, varias olas, si el virus va a mutar, pero a la espera de eso no nos podemos quedar parados”, relata una persona que asistió a la reunión.
Luego el timonel de la CPC tomó la palabra y comentó cómo varios sectores han logrado seguir trabajando -tomando todas las medidas sanitarias de resguardo-, en aquellas comunas sin cuarentena. Le siguió Bernardo Larraín quien entregó una minuta al mandatario con recomendaciones para prepararse para pasar del modo “cuarentena” a un modo “normalización”, con ideas que se han implementado en países asiáticos al respecto para preparar la operación de los servicios públicos.
El documento tiene 4 áreas críticas: los protocolos para dar seguridad y tranquilidad para que los trabajadores puedan operar; la colaboración de los servicios públicos donde muchos permisos y procesos se deben hacer virtuales; la cadenas de suministro -en otros países se han visto problemas en la llegada de personal especializado y equipos para poner en marcha proyectos, por las fronteras cerradas-; y la modalidad de operaciones flexibles tanto en el trabajo a distancia como en la flexibilidad de las jornadas. Uno de los puntos críticos que planteó, fue la demora que estaría generando los controles sanitarios en las cadenas logísticas y de transportes en el país.
Después fue el turno de Villarino, quien reconoció que la minería “ha andado bien”, dentro de todo, ya que aunque ha disminuido un poco la dotación, no se ha sacrificado mucha producción. Su preocupación está en la llegada de un brote al norte del país, donde se encuentra la mayoría de las faenas mineras, ya que hasta la fecha solamente Los Bronces, en Lo Barnechea, ha sido impactada por la cuarentena. Por eso, dijo, cuando esto ocurra, es importante que los permisos para operar puedan obtenerse de forma fluida.
Patricio Donoso, en tanto, dijo que el impacto económico en la construcción ha sido más estructural y que comenzó con el estallido social. El pedido al Mandatario se enfocó en intentar mantener abiertas las faenas asociadas a empresas públicas lo más activas posible para que no sean fuente de paralización.
Después de las exposiciones de los cuatro gremios, el empresario Carlo Solari tomó la palabra y contó el caso de Tottus, de cómo había logrado mantenerse operativo, tomando todas las medidas sanitarias. Aseguró que eso ha permitido mantener una tasa de contagios muy baja entre los trabajadores. Y Kimber, en una intervención más corta, habló en la misma línea: cómo han seguido operativos implementando protocolos muy estrictos, y sin problemáticas de contagio.
“El foco es que hay muchos sectores que han seguido trabajando sin problemas en comunas sin cuarentenas -tomando medidas sanitarias- como la minería, la agroindustria, entre otros; que los protocolos que se están implementando desde el ministerio de Salud, pero también internamente en las empresas han sido bastante eficientes”, aseguró alguien que estuvo ahí. Por eso, agrega otro, la conclusión es que hay que comunicar que la gente que está yendo a trabajar no se está poniendo en riesgo, no se han visto brotes en los lugares de trabajo. “En algunos casos puede ser peor quedarse en la casa, en condiciones de hacinamiento, que ir a trabajar a lugares donde está controlado”, señala.
El ministro de Salud llegó al final de la reunión y señaló -en línea con lo expuesto por el Presidente- que “todo se había preparado para un escenario peor, que hasta ahora no se había dado”. Entonces fue el turno desde la academia: Galetovic -quien ha estado trabajando en un comité asesor en la UAI sobre cómo retomar el trabajo minimizando las posibilidades de contagio a través de la implementación de test rápidos- y Valdés comentaron algunos estudios que estaban haciendo de la población a partir de estas pruebas.
Todos los asistentes, cuenta una persona de la reunión, destacaron la gestión del gobierno tanto sanitaria como económica. Y a las 12:15 en punto, luego de haber tomado café y agua, se terminó el encuentro.