FERNANDO CASTRO
Sergio Affronti acaba de desembarcar como CEO de YPF, la empresa medular de la industria petrolera argentina. La compañía -las varias expresiones que integran al gobierno nacional- termina con las especulaciones sobre el otro gran cargo de la empresa, toda vez que la presidencia quedó de inmediato para Guillermo Nielsen el mismo día en que Alberto Fernández anunció su gabinete de ministros. Fue en diciembre, casi otra era.
La actual, esta era de, sí, incertidumbre y estancamiento, plantea una serie de necesidades a la principal productora de hidrocarburos del país. Y también desafíos de tipo político.
Las fuentes consultadas creen que la llegada de Affronti es una señal de lo que va a necesitar la compañía en los próximos meses: adecuar su tablero de inversiones a una realidad que dista de ser expansiva.
Affronti tiene experiencia previa en Vaca Muerta. Fue un precursor del entramado de pymes que luego pasaron a integrar parte de la estructura que conforma la cadena de valor desde el 2012. Es un administrador con un conocimiento cabal del upstream.
Tendría, algunos creen, el atributo de saber por dónde puede pasar optimizar costos en medio de la tormenta económica: la suma de bajos precios del crudo, caída de la demanda y mercado de créditos cerrados.
YPF redujo su producción y bajó el procesamiento de naftas en sintonía con lo que le impone el mercado doméstico de combustibles.
Lo dicho: es una petrolera que no exporta (hoy las chances son muy escasas) sino que el grueso de sus barriles van a parar a sus refinerías. Esa es la única fuente constante de ingresos. Y por eso hoy su situación financiera es un problema, casi el mismo que el coronavirus le impone al grueso de la economía. Pero al mismo tiempo es diferente: la empresa no se puede dar el lujo de dejar de asumir el peso histórico de su marca y lo que los argentinos le demandan. El otro desafío que impone la llegada de Affronti es el de poder proyectarse junto con Guillermo Nielsen por encima de las pujas políticas en torno a esa enorme plataforma de intereses, dentro y fuera de la empresa, que suele sintetizarse también en la petrolera.
Los meses más duros de la pandemia requerirán del ingenio para sortear una crisis cuyos peores alcances todavía no están del todo claros. YPF tiene compromisos financieros que cumplir, los seguirá teniendo el próximo año, y al mismo tiempo todas las provincias del país le seguirán pidiendo lo mismo: que garantice empleo, sueldos y naftas en cada territorio donde está. A su vez, con el lastre de voceros ambiguos en el gobierno nacional, acaso la empresa podría comenzar a dejar más en claro su rol de los próximos años. Un plan para el día después en el que quizás podrá arrojar certezas acerca de si la nacionalización solo fue una forma de garantizar el abastecimiento interno, algo nada menor, sobre todo porque no sucedía, pero a todas luces escaso si se mide en términos del potencial para ampliar en el futuro los límites de su mercado.
Río Negro
MARIANO MANSILLA Y MARIO CAMBIO
Las políticas del gobierno de Macri provocaron entre otras cosas una drástica caída de los valores de las acciones de YPF. Dicha tendencia sumada a las actuales circunstancias confirman un proceso de caída del valor de los papeles de la compañía que cotizan en Bolsa y forman parte del restante 49% de la firma que se encuentran en manos de fondos de inversión, en su mayoría de origen estadounidense.
Ante esa situación y en las necesidades que impone este contexto, capturar el paquete accionario total de YPF es una decisión audaz, pero estratégica. Los valores de YPF tocaron el 18 de marzo el nivel más bajo desde 1991 (US$ 2,31). La compañía vale ahora un 60% menos que a principios de año.
Entendemos necesario buscar alternativas y propuestas que permitan al mismo tiempo paliar los efectos de la crisis petrolera internacional y fortalecer la capacidad de la empresa estatal como eje central para relanzar la política petrolera nacional en tiempos de pandemia.
Completar el proceso de recuperación de YPF iniciado en el 2012.
En estas especiales y delicadas circunstancias, la salida de la crisis y la nueva etapa que se inicia en tiempos de pandemia, encuentra en YPF un instrumento vital que puede contribuir en forma decisiva a materializar en la realidad efectiva, una política integral de hidrocarburos que esté en línea con los intereses del pueblo argentino.
La clave pasa por reiniciar proyectos exploratorios de recursos convencionales, tanto en cuencas productivas como aún no productivas, y encarar masivamente la reactivación de la producción de yacimientos convencionales con todas las nuevas tecnologías disponibles, incluyendo la multiplicación de nuevos proyectos de recuperación secundaria y terciaria, en paralelo a una reactivación de los no convencionales en cabeza de YPF.
Se debe profundizar con fuerza el proceso que YPF ya inició involucrando a la comunidad científico-universitaria nacional (Y-TEC), el de convertirse en una empresa energética integral, para profundizar un desarrollo que vaya cambiando nuestra matriz energética a una cada vez más diversa y amigable con el medio ambiente. Y en este marco la empresa estatal deberá desplegar una acción en los territorios que sea respetuosa de las comunidades locales, de los pueblos indígenas y sus derechos y de las poblaciones rurales que ven afectadas sus actividades económico-productivas y su calidad de vida.
El stand by de Vaca Muerta y la espera de un precio sostén. Necesidad de una revisión de los costos reales de producción.
Debe reconocerse que, a esta hora, la industria está atravesando una crisis inédita, y se encuentra detenida. Las principales operadoras buscan dónde depositar el petróleo extraído para almacenarlo o arriesgarse a una venta sobre saldo negativo.
Asimismo, el gobierno federal se encuentra pactando con los gobernadores de las provincias petroleras, las empresas y los sindicatos medidas, entre ellas, el pedido de fijación de un precio sostén. La caída del barril de petróleo repercute en la percepción de regalías y cruje la economía de las provincias productoras.
Debe propenderse a transparentar la cadena de valor y considerar seriamente una evaluación de los costes reales de producción. De este modo, la fijación de un precio sostén como medida excepcional y transitoria debe servir a los intereses del conjunto y no solamente garantizar la rentabilidad de las grandes petroleras (en su mayoría extranjeras) que hoy hacen enclave en Vaca Muerta.
Recuperar YPF para desandar la pesada herencia del macrismo.
La administración de Cambiemos dejó un escenario de fuerte retroceso en materia energética; prácticamente abandonó la industria de petróleo y gas convencionales, como así también desincentivó las iniciativas de recuperación de yacimientos. Los números dan cuenta de una caída de producción de todas las cuencas, excluida la cuenca neuquina que se disparó respecto al resto de las cuencas del país. Recuperar entonces ahora las acciones en su totalidad debe ser entendido como una gran oportunidad para relanzar una política petrolera nacional donde la empresa estatal articule y enlace todos los segmentos de la producción de petróleo y garantice de ahora en adelante el genuino cumplimiento de los objetivos ya consagrados por ley, respecto al logro del autoabastecimiento y el desarrollo del país.
En este momento el restante 49% importa una tenencia valuada en unos US$ 700 millones distribuida entre 223 fondos institucionales y de inversión. En efecto, los primeros diez accionistas institucionales y los primeros diez accionistas de fondos de inversión detentan el 30,96% del 49% en manos de agentes privados.
En esta etapa es posible iniciar un nuevo camino que permita anclar Vaca Muerta en el diseño de una política energética nacional y no al revés, esto es que las necesidades de los grandes jugadores del enclave Vaca Muerta condicionen la realidad energética del país.
Curriculum: Sergio Affonti, el nuevo CEO
Tras a la celebración de la Asamblea General de Accionistas de, el Directorio de YPF -presidido por Guillermo Nielsen- designó como CEO de la empresa al mendocino Sergio Affronti, un ejecutivo con 27 años de trayectoria nacional e internacional en la industria petrolera.
"Affronti mantuvo una reunión de trabajo con Daniel González, hasta la fecha CEO de la compañía. Coordinaron los próximos pasos para comenzar una transición ordenada junto al resto del equipo de management ejecutivo. Sergio Affronti comenzó su carrera profesional en YPF en la provincia de Mendoza como operativo de producción. Su carrera técnica lo llevó a trabajar y vivir en yacimientos del Golfo San Jorge y Neuquén", confirmó el comunicado de YPF.
En 2012, y luego de pasar casi una década fuera del país, regresó para integrar el equipo de dirección de la YPF nacionalizada. Affronti aportó su vasta experiencia en el armado del modelo de negocios y operativo. Lideró el desarrollo de la infraestructura y los proveedores imprescindibles que convirtieron a Vaca Muerta en la operación no convencional más importante fuera de los Estados Unidos. Fue el creador del programa SUSTENTA que apuntó a desarrollar proveedores locales en las regiones en las que YPF opera.
Armó un equipo de destacados de la ciencia del CONICET y de YPF (más de 250 investigadores y tecnólogos) para cofundar YPF Tecnología (Y-TEC) y fue su primer presidente en esta etapa fundacional. Esto dotó a YPF de capacidades de I+D únicas en la región. Experiencia internacional Previamente, con la compra de YPF por parte de Repsol, Affronti lideró proyectos internacionales, entre ellos un proyecto de producción de gas en Argelia y la Planificación Estratégica, desde España, de la división de Upstream de Europa, Asia y África.
Luego ocupó la posición de CEO y Country Manager en Ecuador, una de las principales y más complejas operaciones de Repsol en ese momento. Posteriormente fue el responsable del Desarrollo Corporativo (M&A) de Upstream teniendo a cargo la búsqueda y evaluación de oportunidades de negocios a nivel global y participando en la entrada de Repsol en proyectos en Estados Unidos y Rusia.
Formación y último paso profesional Es Licenciado en Administración y Contador Público nacional, con Posgrado en Negocios en el IAE, y formado en la Universidad de Texas at Austin, en los Estados Unidos, bajo el Programa de Management e Ingeniería en Oil & Gas. En los últimos años se desempeñó como consultor independiente en proyectos estratégicos para compañías petroleras internacionales en Argentina, y lideró una start up dedicada al desarrollo de Vaca Muerta