Negocia la posibilidad de incorporar envíos a Brasil por medio de Petrobras a un socio privado
En la tormenta económica “perfecta” desatada por el coronavirus, el asunto de los hidrocarburos es a la vez víctima y salvación para Bolivia, que merecería un Gobierno estable capaz de analizar y tomar decisiones en el punto exacto. Sin embargo, el país padece de una interinidad demasiado concentrada en su propio futuro, que ha llevado a sus responsables a estar más atentos de repartir barbijos que de coordinarse para dar un discurso único respecto al sector clave de la economía nacional, por mucho que a algunos les guste relativizarlo o quitarle importancia.
La caída del precio del petróleo, que tendrá su efecto en el precio del gas a corto plazo, ha dejado en evidencia la disparidad de opiniones entre el presidente de YPFB, Herland Soliz, y el ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, así como la volatilidad de las opiniones de estos, que han girado de un extremo a otro en apenas unas semanas.
YPFB difundía la semana pasada un documento de cinco páginas en el que relativizaba la caída de precios, y apostaba por los proyectos de industrialización y por abastecer con energía barata a los sectores productivos internos para revertir la situación, El País.
Se presupuestó un ingreso de aproximadamente 1.833 millones de dólares por renta petrolera para la gestión 2020 tomando en cuenta un precio de 41 dólares por barril de petróleo; sin embargo, con el desplome del precio es posible que dichos ingresos caigan a 1.164 millones, es decir, unos 669 millones de dólares equivalentes al 36 por ciento.
Esa reducción se daría ante la probabilidad de que el precio del crudo sea 10 dólares, al que Soliz califica como el peor escenario. No obstante, es posible que el precio del petróleo se estabilice en 15, 20 y 25 dólares y, de ese modo, la reducción de ingresos por renta petrolera sea menor.
Soliz explicó que la renta petrolera, que permite el pago de regalías a gobernaciones, municipios, universidades públicas, entre otras entidades, se paga entre tres y seis meses después de los envíos. Esto permite que tener un impacto escalonado de las subidas y bajadas del precio del petróleo.
“Vamos a sentir este bache del precio internacional el último trimestre de este año, quiere decir que nos vamos a sentir en octubre, noviembre y diciembre”, dijo Soliz y agregó que esta caída de representa una reducción de al menos un 45 por ciento de los recursos que perciben mencionadas entidades, las cuales deberán priorizar la ejecución de proyectos.
El analista en energías Francesco Zaratti coincide en que el impacto negativo para Bolivia no es inmediato, pero que se empezará a ver desde el segundo semestre, aunque también dependerá del tiempo que dura la baja cotización del crudo.
“Eso implica que, encima de la disminución de volúmenes por la paralización de actividades industriales, tendremos también un precio bastante más bajo en el segundo semestre y esto pinta un panorama extremadamente complicado”, indicó.
Según Zaratti, el tiempo de bajos precios del petróleo dependerá de la duración del coronavirus. Menciona que la forma de subir el precio es aumentando la demanda, para lo cual las industrias y el transporte deben retomar sus actividades.
El analista y exministro de hidrocarburos Álvaro Ríos considera que el precio del petróleo rebotará (subirá) en una o dos semanas porque la producción tendrá que reducirse al volumen que el mercado demanda. Añade que el precio del barril retornará a los 20 o 30 dólares, aunque esto tomará un tiempo, publico Los Tiempos
El ministro de hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, informó que yacimientos petrolíferos fiscales bolivianos (YPFB) negocia la posibilidad de incorporar, por medio de petrobras brasil, un nuevo mercado para la exportación de gas natural que actualmente, por la reducida demanda provocada por la pandemia del coronavirus, no supera los 30 millones de metros cúbicos día (mmm3d).
En enero de 2020, el precio del millar de BTU del gas exportado a Brasil era de al menos 5,5 dólares; sin embargo, el analista en hidrocarburos Álvaro Ríos estima que dicho precio bajará a 3 dólares a partir del tercer trimestre, lo que representa una reducción del 45 por ciento.
Ríos afirma que el factor precio de las exportaciones de gas a Brasil golpeará duro a la economía boliviana, sobre todo tomando en cuenta que, a la fecha, Petrobras ya redujo su demanda en términos de volumen, de 14 a 10 millones de metros cúbicos día (MMm3d).
El analista advierte que la caída del precio a 3 dólares por millar de BTU en las ventas a Brasil es un fenómeno que el país no veía desde los años 2003 y 2004. Estima también que los volúmenes de exportación, entre los mercados de Brasil y Argentina, no pasarán los 20 MMm3d.
El presidente de YPFB, Herland Soliz, informó que la producción actual ronda los 30 MMm3d dado que Brasil demanda 10 MMm3d y Argentina entre 10 y 11 MMm3d, mientras que el mercado interno demanda sólo 5 MMm3d.
Soliz mencionó que YPFB y Petrobras definirán hasta el jueves el aumento de volúmenes exportados, de 10 a 14 MMm3d, como lo establece la 8va adenda.
“Vía petrobras vamos a entrar a una energética que nos pueda solucionar un consumo adicional al que en este momento está requiriendo por el contrato oficial petrobras”, indicó la autoridad.
Explicó que se trata de una negociación con carácter de urgencia dado que la estatal petrolera boliviana necesita comercializar los volúmenes adicionales de gas natural que produce. Cabe mencionar que Petrobras, al aducir una situación de fuerza mayor relacionada con el coronavirus, redujo su demanda mínima de gas a bolivia, de 14 a 10 mmm3d.
A decir de Zamora, es necesario inyectar los volúmenes adicionales de producción. Para ello, se identificó demandantes como la planta de urea y amoniaco, que se reactivará a partir del 15 de mayo, así como unidades de generación térmica, por medio de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE)
La pasada semana, el presidente de YPFB, Herland Soliz, anunció que se realizará una reunión con petrobras para definir el cumplimiento de la 8va adenda al contrato de venta de gas a Brasil que establece un mínimo de 14 mmm3d.
Según Soliz, la prioridad de la estatal petrolera boliviana es buscar la manera de que petrobras no demande menos de mencionado volumen, porque eso conlleva al deterioro de los reservorios por la reducción de presión.