Más del 11 % del consumo mundial de energía proviene de la cadena de valor de la minería, los minerales y los metales
La preocupación por el impacto ambiental de la extracción de minerales ha existido por algún tiempo y no muestra signos de disminuir.
A pesar de los grandes avances tecnológicos, según el Banco Mundial, más del 11 % del consumo mundial de energía proviene de la cadena de valor de la minería, los minerales y los metales. El escrutinio sobre la minería es muy amplio, desde la administración corporativa hasta la combinación de productos básicos. Los accionistas exigen mejores rendimientos de menos capital con una huella ambiental menor.
Los vientos de cambio han golpeado a la minería, pero no siempre esto conlleva desventajas. Es cierto que la transición energética es una amenaza existencial para una industria intensiva en emisiones. Después de todo, cumplir con los objetivos del Acuerdo de París depende de retirar las actividades intensivas en carbono.
Sin embargo, sí impacta el movimiento hacia tecnologías de bajas emisiones, como almacenamiento de baterías, electrificación, micro redes, energía eólica y solar, la industria minera debe proporcionar los materiales necesarios para este cambio.
Metales afianzando el futuro del planeta
A medida que avanzamos por el camino de la electrificación y el almacenamiento de energía, se requerirá una mezcla mineral diferente. Se necesitarán muchos minerales para aplicaciones en la transición energética que ni siquiera es posible prever aun.
Los minerales del futuro, de bajas emisiones, incluyen litio, cobalto, mineral de hierro, manganeso, aluminio, níquel, plomo y grafito. Pero el mineral más importante que permitirá la electrificación y la movilidad de electrones es el cobre. Este elemento es crítico en vehículos de baja emisión, y eléctricos, transmisión y almacenamiento de energía y tecnologías de energía renovable que aprovechan el sol y el viento.
Analizando lo anterior, se concluye que el sector minero conoce qué minerales se requieren, pero la pregunta que está latente es: ¿cómo se accede y se procesa de manera responsable?
Entendiendo que la minería afianza el destino del planeta, es preciso considerar formas menos intensivas en energía de extraer y procesar estos minerales. También es necesario impulsar el proceso con energía que proviene de fuentes renovables. La tecnología es el mayor facilitador para hacer de la transición energética una vía comercialmente viable. También es un ingrediente clave para desarrollar áreas regionales remotas adyacentes a las provincias mineras.
Al igual que la transición energética, la transformación digital permitirá que algunas empresas evolucionen hacia gigantes de la minería y otras, sin darse cuenta, planeen su propia caída por inacción.
La industria necesita ver la tecnología que une todos los elementos, los datos, los componentes del conocimiento y las personas que visualizan, crean, construyen, prueban y operan las instalaciones. No hay otro elemento que pueda unir estas cosas y estar integrado y trabajar juntos, es esencial para el éxito.
La tecnología puede ayudar a la industria a tomar mejores decisiones de inversión y operación y mejorar los controles del proceso antes de la Decisión de Inversión Final. Una vez que una instalación está en operación, la tecnología también le permite supervisar su funcionamiento, tomar decisiones informadas con datos en tiempo real y permitir que el sistema de control realice muchas tareas directamente, mejorando su propio rendimiento a lo largo del tiempo con el aprendizaje automático.
La velocidad de evaluación y el tiempo de respuesta lo ayudan a mantenerse al día, ajustar los resultados de rendimiento y evitar fallas, todo lo cual puede contribuir a un resultado más seguro, más limpio y más ecológico.
La transición energética no puede ocurrir a la velocidad que se requiere, a menos que se adopten mejores tecnologías para diseñar y operar minas. Estas tecnologías pueden ayudar a las compañías mineras a evaluar, rastrear, cotejar y presentar la compleja combinación de elementos que contribuyen a cualquier tipo de objetivo ambiental o energético.
En un mundo donde el conocimiento es el rey, una solución centrada en los datos es clave para tomar las decisiones correctas y así lograr un impacto neto cero. Si es posible utilizar la tecnología para analizar mejor los yacimientos con mayor precisión, se minimizará la extracción, el transporte o el procesamiento de minerales inutilizables o de baja ley, lo que a su vez proporciona una consistencia de ley para el procesamiento.
Eso significa que se puede operar menos camiones diésel y mejorar constantemente el grado de lo que se suministra al mercado, lo que resulta en ahorros de energía, posibles mejoras en los procesos y la reducción general de la huella de carbono.
Las oportunidades para los avances tecnológicos en un entorno minero son infinitas. Ahora es posible usar la realidad virtual para la capacitación en el sitio, la impresión 3D para la fabricación de repuestos, las plataformas de análisis predictivo para administrar la seguridad y realizar inspecciones aéreas de las zonas mineras utilizando drones. Estos son solo algunos ejemplos de procesos de minería digital que nos permiten optimizar las operaciones mineras.
Esto equivale a una mayor seguridad, productividad y menos emisiones de carbono, y ayuda al sector a hacer su parte para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y descarbonizar el proceso minero. La tecnología es el mayor facilitador de cualquier tipo de futuro que abraza la transición energética.