MATIAS DEL POZZI
El precio del barril Brent, que se utiliza de referencia en Argentina, no logra hacer pie y hoy cotiza un 70 por ciento menos de lo que valía en el arranque del año. De los casi 60 dólares que registró en enero hoy apenas logra mantenerse en los 19 dólares por barril y es un contexto que condiciona nuevos desarrollos de shale oil en Vaca Muerta.
La estrepitosa e histórica caída que tuvo el precio del West Texas Intermediate (WTI) en Estados Unidos este lunes, y que llegó a valores negativos, fue una radiografía de la crisis que atraviesa la industria petrolera en el mundo. No hay demanda y, a medida que los tanques de almacenamiento terrestres se llenan, se recurre a buques con altos costos diarios o se paga para evacuar producción.
Si bien se trata de una situación coyuntural, que no debería influir en la toma de decisiones en proyectos a largo plazo, como lo es Vaca Muerta, las proyecciones para lo que resta del año y primeros meses del 2021 colocan el barril entre los 20 y 35 dólares.
Un precio que también afecta a los campos maduros que tienen una tasa de retorno de inversiones muy baja, una señal de que no habrá desarrollos nuevos.
A medida que se vaya reactivando el movimiento y las economías en el mundo post coronavirus, la demanda aumentará y eso impulsará el precio del petróleo internacional. A nivel interno, la flexibilización del aislamiento obligatorio también ayudará a hacer circular la producción almacenada y a permitir más bombeos.
El problema es que los pozos no convencionales tienen un nivel de declino acelerado y para mantener campos con altos niveles de producción se deben inyectar millones de dólares, algo que en un escenario de crisis macroeconómica y de bajos precios internacionales no da lugar a proyecciones optimistas.
Esto no implica el cierre de los desarrollos no convencionales en Vaca Muerta ni tampoco la despedida de las petroleras extranjeras que operan en la formación, sino más bien, que el 2020 será un año de bajo perfil en el que no habrá lugar para anuncios importantes, millonarias inversiones ni tampoco desembarco de nuevos jugadores.
Los contratos petroleros son a larguísimo plazo y mientras las empresas cumplan con los acuerdos mínimos a los que se comprometieron, pueden seguir postergando sus desarrollos hasta que el barco se enderece.
Para algunos expertos de la industria es una oportunidad para seguir persiguiendo la eficiencia en los desarrollos y buscar las formas de bajar los costos operativos para que los precios volátiles característicos del mercado no tengan tanto efecto en el sector.
Para otros profesionales como lo es el exsecretario de Energía y director del Instituto Mosconi, Jorge Lapeña, el gobierno debe “repensar y redefinir” el proyecto de Vaca Muerta y tomar decisiones estratégicas que permitan que la industria funcione con las reglas del mercado y sin subsidios como es el segmento del gas no convencional.
“Hay que ver en qué medida el proyecto de Vaca Muerta es un proyecto que se sustenta. El valor que hace un Vaca Muerta viable es a partir de 54 dólares, entonces si el mundo se estabiliza en 20 y 30 dólares el barril, Vaca Muerta es un proyecto muerto”, indicó Lapeña en diálogo con Río Negro.
Definitivamente un nuevo barril criollo agregaría un factor más a la ecuación y le daría un cierto aire que le permitiría transitar el resto del año a un sector seriamente golpeado, pero para el sueño americano de la revolución del shale, habrá que esperar un tiempo más.
Forbes
El ministro de Desarrollo Productivo se refirió a la crisis de los precios del petróleo y afirmó que en este "contexto internacional y local", los proyectos de explotación no convencional en Vaca Muerta deberán esperar.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, afirmó que la discusión sobre el desarrollo del potencial de Vaca Muerta "es un tema que tendrá que esperar" hasta que se pueda superar la actual crisis de precio y demanda que golpea globalmente al sector petrolero.
"El sector energético tiene un gran potencial. Vaca Muerta es una reserva muy significativa, pero claramente en este contexto internacional y local es un tema que tendrá que esperar", dijo el ministro al referirse la industria hidrocarburífera tras jornadas de extrema volatilidad del crudo.
El ministro resaltó que "en este período de crisis hay mucho diálogo con las petroleras, la refinerías, los sindicatos y los gobiernos provinciales para establecer algún esquema que permita sostener aunque sea en un bajo nivel la producción y el empleo del sector".
La referencia está hecha sobre las negociaciones que el Gobierno nacional mantiene con todos los actores del sector para adoptar medidas como el establecimiento de un precio sostén a la comercialización local de crudo, además de un nuevo esquema de retenciones móviles y de precios de combustibles.
"Hay que ver evitar que se derrumbe la producción local, hoy está sobrando petróleo en Argentina, están las refinerías llenas, y hay que evitar que las petroleras que están operando decidan levantar equipos porque después no es fácil recuperarlos", explicó el funcionario en declaraciones a TN.
Indicó que el objetivo del gobierno es "evitar que se les desplome lo que recaudan en regalías los gobiernos provinciales y asegurar un abastecimiento normal".
Kulfas describió que en la actualidad el sector petrolero a nivel mundial produce 100 millones de barriles por día pero la demanda cayó en 30 millones en menos de dos meses, por lo que recomendó «esperar a que se vuelva a normalizar la situación porque hoy nadie tiene claro el escenario de mediano plazo".