Aunque la caída del Brent ha sido mucho menos violenta que la del West Texas, lo cierto es que el barril de referencia en el Viejo Continente tampoco se recupera y por debajo de los 27 dólares pinta un panorama muy negro para las firmas del sector, que se dejan de media un 45% en lo que va de año.
La peor parte entre las empresas con más de 10.000 millones de dólares de capitalización en EEUU y Europa se la lleva Occidental Petroleum. La compañía, dedicada básicamente a la producción y extracción, sufre un retroceso que roza el 70%.
Eso sí, los descensos en esta crisis no son exclusivos de las firmas dedicadas a la producción. Schlumberger -dedicada a dar servicios a los yacimientos petroleros- y Marathon Petroleum -cuyo negocio básico está en el refino y marketing- sufren retrocesos cercanos al 60%. Poniendo la lupa en las grandes integradas de uno y otro lado del Atlántico los descensos oscilan desde el 26% que se deja la noruega Equinor -antigua Statoil- hasta el 48% que se deja la norteamericana ConocoPhillips, pasando por el retroceso del 40% de Royal Dutch Shell o Exxon.
Y es que pese a los esfuerzos del sector en forma de recorte en los niveles de inversión y en las recompras de acciones, han rebajado sustancialmente el breakeven de la industria, pero en el entorno actual serían incapaces de ganar dinero a pesar de que han reaccionado más rápido que en el desplome de 2014.
Con los últimos recortes de las compañías, el punto de mira de inversores y analistas está en los dividendos, para los que se prevén recortes si el panorama no mejora para el sector. "Comparado con el colapso en los precios hace 5 años, pensamos que las empresas han respondido más rápido pero usando los mismos métodos: se suspenden las recompras y se recorta el capex. Aunque estas medidas han recortado los breakeven de los dividendos a 37 dólares de media, vemos que el free cash flow que faltase para llegar a esta cifra se compensaría con el circulante y el balance, evitando recortes de dividendos", explican en Bank of America.
Eso sí, advierten que si la situación se prolongase habría que tomar más medidas: "Hay empresas en las que se necesita mayores diluciones en el capital a través del scrip o desinversiones si los precios del Brent siguen manteniéndose más bajo por más tiempo", explican. Eso sí, hay analistas que creen que los pagos en papelitos son aceptables -ante la elevada dilución que implicarían a estos precios- y que será difícil hacer desinversiones ante los bajos precios del crudo, informó El Economista.es
"Para proteger el balance y los dividendos, esperamos que el capex caiga un 20% en 2020 con potencial para mayores recortes en 2021. Las recompras se han cancelado y se están recortando costes operativos. Las desinversiones requerirían una recuperación y un mercado más estable antes de poder llegar a acuerdos y los scrip no son una opción, ya que los débiles precios los harían demasiados dilutivos", argumentan en Berenberg.
"Las firmas integradas se han revuelto en las últimas 6 semanas para tratar con las perspectivas macro para el petróleo más complicadads desde finales de los 90 o quizás de la historia. Los presupuestos en capex han retrocedido más del 20%, los gastos operativos también se han recortado y cada programa de buyback en el sector ha sido suspendido. A medida que nos aproximamos a la temporada de resultados el mirar a los resultados de un débil primer trimestre parece casi irrelevante. Los planes para tratar con los próximos 3 meses y el próximo año y medio serán el centro de atención", argumentan desde el equipo de Jefferies.
Según los cálculos de UBS, las grandes integradas europeas y los dos gigantes norteamericanos -Chrevron y Exxon-, entrarían en números rojos con un crudo promediando los 30 dólares en 2020. Mientras, si el barril de Brent alcanzase la zona de los 35 dólares las firmas del sector lograrían tímidas ganancias, pero apenas conseguirían un tercio del beneficio anotado en 2019.
"El mercado ha cambiado al modo supervivencia tras el colapso en los precios del crudo tras la suspensión en la actividad como resultado del Covid-19. El sector ya sufría antes de la crisis, con la sobrecapacidad llevando a unos precios del gas más débiles y unos márgenes más bajos en las refinerías y en las petroquímicas. Con los precios por debajo de 30 dólares, las compañías afrontan un ambiente increíblemente retador, sufriendo presión en todas las partes de sus negocios", reflexionan en Berenberg.
Como era de esperar, las petroleras europeas han estrenado sesión encajando fuertes caídas en sus cotizaciones después de la sesión de locura que se vivió ayer en EE UU debido a la cotización negativa del West Texas, el petróleo de referencia en EE UU, algo que pasaba por primera vez en la historia.
Los fuertes recortes que se han visto en la apertura se van moderando según avanza la jornada. Así, Repsol, que ha llegado a caer más del 6%, cede alrededor del 3%. Tullow, que ha caído alrededor del 10%, cede en estos momentos un un 6,9%. Con bajadas del 4% Technip, Total y Royal Dutch Shell. Alrededor del 3% caen la británica BP y Lundin.
Las fuertes pérdidas que sufren hoy las petroleras en Bolsa llega después de que ayer, el precio del Texas (WTI) -el crudo de referencia- para entrega en mayo cerrara ayer con un desplome histórico y por primera vez desde que hay estadísticas, entró en valores negativos, hasta los -37,63 dólares.
Los analistas atribuyeron este desplome a que los contratos de mayo expiran hoy como índice de referencia del petróleo de EE U y al temor que existe entre los inversores a la falta de capacidad del país para almacenar el crudo, y ello, en un contexto de fuerte recorte de la demanda por el parón de la actividad, consecuencia del coronavirus. El crudo Texas para entrega en junio baja hoy el 0,54%, hasta los 20,32 dólares.
"La situación del petróelo no es grave, pero como generalmente no se entiende bien por qué sucede, el mercado se asusta y se vuelve defensivo por si acaso", explican los expertos de Bankinter. La firma de análisis añade que, en realidad, más allá del daño a corto plazo sobre las petroleras, resulta más bien positivo: la recuperación económica post-virus vendrá apoyada por energía (no solo petróleo) muy barata. Además, "esto implica que se frustra la estrategia rusa para controlar el precio del petróleo. Nada de eso es malo, pero a corto plazo desestabiliza un poco las Bolsas", pubicó Cinco Días.