El consenso es crucial para elevar los precios
Estados Unidos y el G20 respaldaron el mayor acuerdo de suministro de petróleo en la historia, apoyando los recortes de producción de la OPEP y Rusia y prometiendo hacer "lo que sea necesario" para estabilizar una industria devastada por la pandemia de coronavirus.
La demanda de petróleo ha caído aproximadamente un tercio, ya que algunas de las economías más grandes del mundo se han cerrado para tratar de detener la propagación del covid-19, llevando los precios del crudo a su nivel más bajo en 18 años, amenazando a millones de empleos en el sector energético y causando daños a los suministros a largo plazo.
Un borrador del comunicado de la reunión afirma que los miembros del G20 se "comprometerían a hacer lo que sea necesario, tanto individual como colectivamente para garantizar que el sector energético se recupere. Damos la bienvenida al compromiso de los productores para estabilizar los mercados de energía. Hacemos un llamado a otros países productores y consumidores para que complementen estos esfuerzos".
Un día antes, la OPEP y Rusia acordaron un acuerdo para recortar 10 millones de barriles por día del suministro global, la mayor reducción de suministro jamás realizada a medida que los productores se movieron para apuntalar el mercado mundial del petróleo.
La medida fue la última de una serie de esfuerzos de gobiernos, bancos centrales e instituciones internacionales para apuntalar la economía mundial frente a la crisis de Covid-19, que está llevando a las naciones de todo el mundo a una profunda recesión. Al hablar en la reunión de emergencia en línea de los ministros de energía del G20 el viernes, Fatih Birol, de la Agencia Internacional de Energía, dijo que "Las 'ondas de choque' del virus habían creado el colapso petrolero y amenazaban la "estabilidad económica global. Nadie debería albergar la idea de que estas medidas proporcionan una solución rápida. [Pero] como el efecto del confinamiento en la propagación de Covid-19, las acciones para abordar el desequilibrio del mercado petrolero ayudarán a reducir el pico y a aplanar la curva".
El respaldo implícito al acuerdo de la OPEP, que apunta a eliminar 10 millones de barriles por día del mercado, marca una victoria diplomática para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien presionó a Arabia Saudita, el miembro más poderoso de la OPEP y a Rusia para que finalice el precio de un mes de antigüedad. guerra que había exacerbado la crisis en los mercados energéticos.
El jueves y viernes sostuvo conversaciones con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y amenazó con aranceles sobre sus ventas de petróleo si no llegaban a un acuerdo.
El presidente Donald Trump afirmó que había acordado "ayudar a México" en un esfuerzo con Rusia y Arabia Saudita para frenar la producción mundial de petróleo.
"Estamos tratando de poner a México, como dice la expresión, sobre el barril", dijo Trump en una conferencia de prensa de la Casa Blanca y que México había acordado reducir su producción en 100,000 barriles por día.
La declaración del mandatario estadounidense confirmó de alguna manera el anuncio del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de que Estados Unidos aportaría al recorte convocado por la OPEP unos 250,000 barriles a nombre de México, ante la negativa de la administración lópezobradorista de retirar de su producción 400,000 barriles y, en cambio, solo reducir en 100,000 barriles.
La conferencia de Trump se da en medio de la pláticas en forma virtual que sostienen los ministros de Energía de las naciones pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, junto con sus aliados (OPEP+), y los miembros del llamado Grupo de los 20 (G20).
El presidente ruso, Vladimir Putin, considera que el acuerdo ha sido sellado, dijo el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. La producción de América del Norte ya está cayendo debido al colapso de los precios del petróleo, pero Estados Unidos y Canadá no llegaron a comprometerse a frenar el suministro ordenado por el gobierno, apuntando en cambio a recortes a gran escala de los gastos de capital por parte de compañías privadas de energía.
Dan Brouillette, secretario de energía de Estados Unidos, dijo en la conferencia que estimó que la producción de petróleo de Estados Unidos se reduciría en casi 2 millones b / d este año, o al menos el 10 por ciento de la producción del país. "Este es un momento para que todas las naciones examinen seriamente lo que cada una puede hacer para corregir el desequilibrio de oferta / demanda", dijo Brouillette.
El crudo Brent , el punto de referencia del petróleo, inicialmente se recuperó el jueves antes de caer casi un 15 por ciento desde su pico, de nuevo a cerca de $ 30 por barril. Se negoció a $ 70 por barril tan recientemente como enero, antes de colapsar a cerca de $ 20 a principios de este mes. Los mercados estaban cerrados el viernes por Semana Santa. Pero un mercado petrolero en el que los productores de energía más poderosos del mundo están coordinando, al menos en cierta medida, se considera más estable que el que queda en caída libre. "Incluso si se implementa mal, el acuerdo es sustancial y marcará la diferencia en el mercado", dijo Ann-Louise Hittle de Wood Mackenzie.
La guerra de precios entre potencias petroleras toca a su fin. 34 días después de la sonora ruptura entre Arabia Saudí y Rusia, segundo y tercer máximos productores mundiales de crudo, perfilan este jueves un acuerdo para aplicar un severo tijeretazo sobre la oferta de hasta 10 millones de barriles diarios. A esa cifra habrá que sumar otros cinco millones procedentes de productores externos, como Estados Unidos, con el objetivo de poner coto a la reciente sangría de precios.
El principio de acuerdo pone de manifiesto que, por más que puedan resistirlo unas semanas más, a nadie le interesa un brent en 30 dólares y, menos aún, en los aledaños de los 20 dólares, hasta donde ha llegado a caer en el tramo final de marzo. Y estabiliza a unos países productores que, en algunos casos, ya se estaban viendo obligados a vender por debajo de coste ante una demanda mundial que ha caído más de un 30% desde que la globalización de la pandemia. El mercado ha respondido con fuertes subidas, por momentos de doble dígito, que han ido decayendo a medida que la agencia Reuters iba desgranando los detalles del borrador.
El pacto entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP, liderada de facto por Arabia Saudí) supondrá la retirada gradual del mercado de algo más de la décima parte de la producción mundial crudo, una cifra sustancial en un momento en el que oferta y demanda están más descompensadas que nunca antes. “El coronavirus es una bestia no vista antes, que se lleva por delante todo lo que se encuentra por el camino”, apuntó el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, en el discurso con el que dio inicio la teleconferencia. “Los fundamentales de oferta y demanda son horrorosos".
Al acuerdo se deberían sumar en la reunión de este viernes de los ministros de Energía del G20, también por vía telemática, tanto EE UU como Canadá, Brasil o Noruega, países todos ellos externos al cartel pero con una cuota de mercado creciente en los últimos tiempos y a cuyo compromiso está condicionado todo. De producirse definitivamente, la fumata blanca sería además una señal sólida para los mercados financieros, con las Bolsas inmersas en una montaña rusa de volatilidad que la sangría petrolera ha agravado.
El mes transcurrido desde que el cartel petrolero por excelencia y Rusia consumaran su divorcio ha servido para que muchos repensasen sus posiciones de partida, calibrasen impactos en pleno hundimiento de la demanda por el coronavirus y, en fin, sacasen algunas conclusiones contundentes. Primero, que aun superado en producción por EE UU y con unas finanzas públicas maltrechas, Arabia Saudí sigue siendo el país con mayor músculo para aguantar entornos de precios tan bajos como los actuales.
Segundo, que Rusia tiene más capacidad de aguantar el envite saudí —que en este periodo ha inundado el mercado mundial, desplomando los precios— de lo que muchos auguraban. Tercero, que el fracking ha permitido a EE UU hacerse con el cetro de primera potencia petrolera global pero sufre en entornos de precios tan bajos como los actuales. Y cuarto, y más importante, que a ninguno de los anteriores le interesa ni puede permitirse un mercado deprimido por mucho tiempo.
Los comerciantes deben tener en cuenta que EE. UU. Ha estado aumentando su producción desde el corte de producción de 2016 de la OPEP. El siguiente cuadro muestra el cambio neto para la producción de petróleo de la OPEP, EE. UU. Y OPEP + EE. UU.
Claramente, Estados Unidos ha sido el beneficiario del reciente exceso de oferta (2016). La producción de petróleo aumentó más de 4,4 millones de B / D en los Estados Unidos, mientras que la OPEP redujo su producción en 5,7 millones de B / D. En general, la producción de petróleo cayó en 1,5 millones de B / D desde noviembre de 2016.
Siguiente parada
Todos los ojos estarán puestos en la reunión energética del G-20 ahora. Los inversores desean que otras naciones productoras de petróleo prometan más recortes de petróleo, y deben estar por encima del nivel que la OPEP + se ha comprometido. La OPEP + no agradece la reducción de la producción de petróleo natural a través de CAPEX, y lo han dejado muy claro.
Naciones como Estados Unidos necesitan intensificar su juego, solo eso abordará los problemas causados por el suministro. De lo contrario, se puede decir que el paciente está fuera de la unidad de cuidados intensivos (UCI) pero aún está en el hospital, lo que deja la puerta abierta para que el paciente termine en la UCI nuevamente.
En EE.UU también ha caído un mantra histórico: el que decía que el petróleo barato (y, por tanto, la gasolina) era positivo para la economía. El motivo: en menos de una década el país norteamericano ha pasado de ser el mayor importador del mundo a tener garantizada su soberanía energética y levantar el veto a las exportaciones. Su hoy potentísima —y muy endeudada— industria petrolera, sobre todo la que extrae crudo a través de la fracturación hidráulica (fracking), lleva días elevando la voz de alarma: si los precios seguían tan bajos durante mucho tiempo más, las quiebras empresariales y los despidos serán inevitables.
El último en decirlo a las claras había sido el propio Donald Trump, el gran patrocinador externo del acuerdo entre saudíes y rusos para reducir la oferta y estabilizar los precios. “Hoy este país tiene una industria energética tremendamente poderosa, la número uno mundial, y no quiero que esos puestos de trabajo se pierdan”, dijo el presidente estadounidense el miércoles. Ahora falta por ver el detalle de su contribución para que la ecuación cuadre.
Tanto la OPEP como Rusia han sido muy claras a ese respecto: el acuerdo final será global o no será. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina y con uno de los feudos republicanos, Texas, en el ojo del huracán petrolero, a nadie se le escapa que Trump es el primer interesado en la estabilización de los precios, informó El País
Petróleo sube esperando el meeting virtual de la OPEP
Agencias
Las discrepancias que obligaron a retrasar del lunes al jueves la reunión virtual de la OPEP+ podrían dar paso finalmente a un acuerdo para adoptar un histórico recorte de producción que permita paliar la caída récord de demanda prevista por el coronavirus. El precio del petróleo afianza su remontada a la espera de la confirmación del acuerdo.
Un mes después la denominada OPEP+ (los países integrantes de la OPEP más una lista de aliados liderados por Rusia) vuelven a reunirse, pero en circunstancias muy diferentes. La reunión esta vez debe ser por videoconferencia, y no en la sede de la OPEP en Viena, como consecuencia del coronavirus.
Pero la mayor diferencia es el precio al que cotiza el petróleo. El pasado 5 de marzo el barril de Brent cerró en 49,99 dólares. Un día después el pacto para los recortes de producción saltó por los aires, y el inicio de la guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia desplomó su cotización hasta los 45 dólares. El mayor descalabro se produjo el lunes, cuando se derrumbó un 24%, hasta los 34 dólares en una espiral bajista que llegó a hundir su precio hasta los 21 dólares, sus mínimos desde el año 2002.
La reanudación del diálogo entre Arabia Saudí y Rusia, con la mediación de EEUU, y las perspectivas de un histórico recorte de producción han alejado el precio del petróleo de sus recientes mínimos. La reunión de hoy de la OPEP+ parte con la referencia de los 33 dólares que rozó al cierre de ayer la cotización del barril de Brent, un 34% por debajo del precio previo al desenlace de la reunión de la OPEP+ del mes pasado.
En este mes las firmas de inversión han ido revisando al alza sus estimaciones sobre la magnitud del desplome récord de la demanda a causa de la paralización de la actividad por el coronavirus en gran parte de las principales economías mundiales. El consenso de los analistas cifra el derrumbe entre un 20% y un 30%.
Ante este panorama, obligados a intervenir para evitar un colapso del mercado del petróleo por el excedente récord de producción y los problemas para almacenar estos stocks, la OPEP+ ultima hoy el mayor recorte de producción de crudo de la historia..
El precio del petróleo cotiza hoy al alza. El barril de Brent, de referencia en Europa, sube al borde de los 34 dólares, mientras que el West Texas, de referencia en EEUU, recupera los 26 dólares.
Los países integrantes de la OPEP confirman que las propuestas cifran el descenso entre 10 y 15 millones de barriles diarios en un mercado que, hasta la crisis del coronavirus, rondaba los 100 millones de barriles. El descenso sería insuficiente aún para alinearse con el desplome de la demanda superior incluso a los 20 millones de barriles que prevén los analistas.
Las negociaciones no son fáciles, y ayer mismo Irán amenazó con desmarcarse del acuerdo. La predisposición de Rusia a reducir su producción en 1,6 millones de barriles, un mes después de romper el pacto por su negativa a los recortes, allana el camino para el acuerdo.
Desde varias fuentes sostienen que en las últimas jornadas la OPEP+ había condicionado el recorte a un compromiso de reducción de bombeo por parte de EEUU, que ha ejercido de mediador en las últimas semanas ante el riesgo de colapso de la industria estadounidense de 'shale oil' por el derrumbe de los precios.