La demanda mundial caería un 14%
La caída del precio ponen en una compleja situación a la industria cuprífera, que representa la mitad de las exportaciones del país andino
A mediados de diciembre, cuando se firmaba el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, el mercado esperaba un aumento del precio del cobre, un metal altamente requerido por el país asiático, del que Chile es el primer productor mundial. “Pero el alza nunca se produjo: llegó el coronavirus y, en vez de subir, el precio se derrumbó por efecto de la pandemia”, explica el académico chileno Gustavo Lagos, profesor de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica. El 13 de enero, el cobre cotizaba a 2,85 dólares la libra, pero comenzó un bajón sostenido hasta alcanzar el nivel actual: en torno a los 2,20, con picos negativos de 2,10.
“Se trata de un golpe muy fuerte a la industria chilena, porque el 50% de las exportaciones del país en término de valor dependen del cobre”, indica Lagos. Lo secunda el ministro de Minería de Sebastián Piñera, Baldo Prokurica: “Chile pierde aproximadamente 60 millones de dólares de recaudación fiscal y 125 millones de dólares en el valor de las exportaciones por cada centavo de dólar que disminuye el precio promedio anual del cobre”.
Como todo en esta pandemia, se trata de la tormenta perfecta. Producto del coronavirus en China, primero se produjo la disminución de la demanda del cobre. “Empresas expertas dijeron que bajaría un 4% en 2020, pero sabemos que se trata de una cifra optimista. Se estima que la demanda mundial caería un 14%, pero es posible que el derrumbe sea mayor, porque Estados Unidos está todavía en la línea de disminuir se actividad económica”, opina Lagos.
Junto con los precios bajos, comenzaron los efectos locales de la pandemia: el 3 de marzo las autoridades sanitarias informaron del primer caso confirmado. Desde entonces, son 4.815 los contagiados y 37 los muertos. El Ejecutivo ha decretado estado de excepción de emergencia y toque de queda en todo el territorio, junto con la aplicación escalonada de cuarentenas en los municipios que con mayor número de enfermos.
Aunque los confinamientos totales no se han producido todavía en el norte del país –las regiones mineras por excelencia–, la poderosa minería del cobre en Chile ya cuenta con contagiados. “Sabemos de casos en Escondida, Codelco, Antofagasta Minerals y los Bronces, aunque no siempre son trabajadores propios, porque hay también casos de contratistas”, explica Marco Riveros, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Es un desafío enorme para una industria donde la organización de las jornadas de trabajo conlleva el confinamiento de los trabajadores. Para Riveros, “es un momento muy complejo, en el que se debe priorizar el cuidado y la salud de los trabajadores y sus familias, pero sin olvidar los serios desafíos que enfrenta el sector, que atraviesa uno de sus períodos más críticos de los últimos años”. En un contexto de mucha incertidumbre a nivel global, agrega el líder de Cochilco, “no es fácil mantener dicho equilibrio”.
Desde hace semanas las mineras del cobre están reduciendo las dotaciones al mínimo con el objetivo de mantener la continuidad operacional. “En algunos casos, se están sacrificando los niveles de producción comprometidos”, explica Prokurica. “Además del desafío de resguardar la salud de los trabajadores, está el reducir al mínimo las pérdidas que se puedan generar”, agrega el ministro de Minería.
En este contexto, se han comenzado a suspender determinadas operaciones: “Teck decidió paralizar la construcción del proyecto Quebrada Blanca II como medida preventiva. En el caso de Codelco [la empresa más importante del mercado del cobre mundial, de propiedad del Estado], también optó por suspender las obras de tres proyectos: Chuquicamata Subterránea, Rajo Inca, y Traspaso Andina”, relata Prokurica. Riveros marca un punto: “Hay que dejar claro que ninguno de esos proyectos están desechados, sino sus avances reducidos al mínimo priorizando la seguridad de los trabajadores”.
Cochilco, una entidad del Gobierno, recortó la semana pasada su proyección de precio del cobre ante el desplome de los mercados. Para 2020 pronosticó un precio promedio de 2,4 dólares por libra, 16% menos que lo estimado en enero. Para 2021, proyectó que, una vez superado el coronavirus, el valor se ubicaría en torno a los 2,9 dólares por libra. Lo explica Riveros: “En nuestra proyección, lo que reconocemos es una reducción significativa de la demanda de cobre y que si bien puede haber recortes de la oferta ya sea por razones sanitarias o de mercado, son insuficientes para atenuar la menor demanda”. En 2019 se produjeron 5,7 millones de toneladas y para 2020 se proyectaba un aumento, lo que se desinfló con el paso de las semanas: “Dadas las actuales circunstancias, el escenario más probable es que solo logremos mantener los niveles del año pasado”.
Algunas voces, como el mismo profesor Lagos, han propuesto algunas soluciones, como acordar con los trabajadores un plan para estar un largo período de tiempos aislados, sin tener turnos ni volver a sus casas. De esta forma, se permitiría controlar la pandemia en los campamentos. “Es, sin embargo, difícil que se produzca, porque requeriría de un acuerdo social gigante”, señala el académico.
De acuerdo al experto, a diferencia de una recesión normal “en este caso es previsible que haya minas que serán presionadas a cerrar por parte de sus trabajadores”. “Es muy complejo lo que podría pasar: que se paralice o semi paralice una parte importante de la minería mundial, debido a que no solo hablamos de Chile, sino de Perú, México, Estados Unidos, Canadá, Australia, y dependerá de la forma en que controlen la pandemia cada uno de los países”. Para el profesor de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica, “se trata de un escenario inédito, porque nunca se había afectado en forma directa la oferta y la demanda”, aunque recalca que la oferta de cobre chileno todavía no se ha visto tocada. De hecho, Codelco no ha dejado de vender cobre, incluso en el peor momento del coronavirus en China.