Wall Street cerró este miércoles con fuertes caídas, después de que la Casa Blanca revelara el martes las proyecciones de sus expertos, la más optimista de las cuales contempla que entre 100.000 y 240.000 personas fallecerán por el coronavirus en Estados Unidos. El Dow Jones se ha dejado un 4,4%, igual que el S&P 500y el Nasdaq. La sesión empezaba con subidas algo menores, que se han ido acentuando por la tarde. El potencial daño económico que puede provocar la pandemia a la primera potencia mundial empujó el jueves pasado a la Bolsa de Nueva York a sellar su peor trimestre desde el 2008, cuando estalló la crisis financiera.
El nerviosismo en los mercados responde a las nuevas alarmas encendidas por la Administración de Donald Trump. Deborah Birx, coordinadora de la respuesta al coronavirus, advirtió este martes de que en el mejor de los casos, siempre que se mantengan las recomendaciones de distanciamiento social, el número de fallecidos oscilará entre los 100.000 y los 240.000 en Estados Unidos, con un pico en las próximas dos semanas. Trump, en un tono muy serio, advirtió que vienen “dos semanas muy duras”. “Va a ser doloroso, muy doloroso durante dos semanas”, agregó.
Dow Jones
Estados Unidos ya ha superado los 4.000 muertos y registra más de 190.000 contagios. La inquietud de los inversores ante la rápida expansión del brote, sumada a la prolongación de las medidas de contención hasta el 30 de abril, tiene a la Bolsa de Nueva York en una racha de pérdidas. En el primer trimestre del año, el S&P 500 bajó un 20%, su mayor caída trimestral desde 2008, y el Dow Jones un 23%, su peor retroceso desde 1987. Los analistas no esperan que los vaivenes se vayan a suavizar a corto plazo.
S&P 500
Goldman Sachs, uno de los grandes bancos de inversión del mundo, corrigió este martes sus proyecciones para la economía estadounidense. Los economistas prevén un desplome del PIB del 30% en el segundo trimestre del año, algo que no se ve desde hace casi un siglo, en comparación con la estimación anterior del 24%. Respecto al desempleo, calculan que se disparará al 15% a mediados de año, por encima de un pronóstico anterior del 9%. La última cifra es de febrero, donde se ubicaba en un 3,6%, lo que se conoce como pleno empleo.
Larry Fink, presidente y consejero delegado de la mayor gestora de fondos del mundo, BlackRock, con unos siete billones de dólares (6,3 billones de euros) de activos bajo gestión, ha publicado su clásica carta anual destinada a sus accionistas. Aunque, en esta ocasión, se ha salido de la ortodoxia. Fink, de 62 años y que comenzó su carrera en Blackstone para crear BlackRock en 1992, firma que ha pilotado desde entonces, arranca con una enumeración de los héroes que están salvando vidas a lo largo y ancho del planeta: el personal sanitario.
"Desde enero, el coronavirus se ha apoderado de nuestras vidas y ha transformado nuestro mundo al presentar un desafío médico, económico y humano sin precedentes", sentencia. Señala lo que ha ocurrido en España y en tantos otros países: "El virus se ha cobrado un gran número de víctimas. Ha matado o enfermado a cientos de miles de seres humanos e, incluso para las personas sanas, ha supuesto una alteración dramática de su vida diaria y además ha amenazado la seguridad financiera. Para los gobiernos, ha supuesto los asombrosos desafíos de ejecutar cuarentenas a una escala nunca antes vista y de responder a las consecuencias económicas y financieras de ellos".
El ejecutivo de BlackRock, licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de California, advierte de que "los profesionales médicos, en casi todos los casos, trabajan con material precario y con una capacidad hospitalaria que nunca es suficiente". "Se enfrentan a desgarradoras decisiones sobre cómo mantener viva a la mayoría de la gente", sentencia. En algunos países, España incluida, se están haciendo cribados conforme a una serie de criterios para determinar a quién poner el respirador. "Estos profesionales de la medicina, en la primera línea en esta crisis, son los héroes de hoy", concluye.
Respecto a la situación económica, Fink admite que, en sus 44 años en los mercados financieros, nunca había visto una tormenta tan perfecta como la actual. El pánico inaplacable ha ido derribando y rompiendo los mercados de renta variable y fija sin solución de continuidad. "La pandemia no solo ha presionado a los mercados financieros y al crecimiento a corto plazo: ha provocado que se tenga que realizar un análisis de muchos supuestos sobre la economía mundial", destaca.
"Cuando salgamos de esta crisis, el mundo será diferente. La psicología de los inversores cambiará. Los negocios cambiarán", afirma Fink. "Y dependeremos más profundamente de nuestras familias y de cada uno de nosotros para estar a salvo". Critica también la economía de lo inmediato, del modelo de organización just in time, creado por Toyoya y cuya máxima es que tanto las materias primas como los productos lleguen justo a tiempo, ya sea para la fabricación o para el servicio al cliente, con el objetivo de lograr la máxima productividad. El Covid-19 ha roto en mil pedazos ese modelo.
Sin embargo, el mensaje del ejecutivo de BlackRock da paso a la esperanza. "Por muy dramático que haya sido esto, creo que la economía se recuperará de manera constante, en parte porque esta situación carece de algunos de los obstáculos para la recuperación de una crisis financiera típica", asegura.
A diferencia de lo ocurrido hace 12 años con la quiebra de Lehman Brothers y el estallido de la Gran Crisis Financiera de 2008, los grandes bancos centrales del planeta han entrado en acción con planes multimillonarios de compras de deuda. La Fed no tiene límites, el Banco de Inglaterra ha lanzado un plan de adquisiciones por 640.000 millones de libras (unos 700.000 millones de euros) y el BCE se ha desmarcado de su habitual inanidad con una bazuka de 750.000 millones ampliables mientras dure la pandemia.
"Los bancos centrales se están moviendo rápidamente para abordar los problemas de los mercados de crédito, y los gobiernos están actuando ahora agresivamente para propulsar estímulo fiscal", indica Fink. No obstante, recuerda que esto no ha eliminado los riesgos ni mucho menos quiere decir que el mercado haya tocado fondo. "Es imposible saberlo", reconoce.
Con todo, no tiene dudas: "El mundo superará esta crisis. La economía se recuperará. Y para aquellos inversores que no tienen los ojos puestos en el suelo tembloroso de nuestros pies, sino en el horizonte que tenemos delante, hay tremendas oportunidades en el mercado actual". De hecho, revela que muchos de sus clientes, incluso aquellos que siempre prefieren la renta fija y son muy conservadores, quieren incrementar su peso en la Bolsa.
Pese a confiar en el futuro, Fink lanza un aviso a navegantes: las empresas muy endeudadas tienen grandes desafíos y, si los gobiernos no son cuidadosos en el diseño de sus programas de estímulo, el dolor económico de la epidemia "caerá desproporcionadamente sobre los hombros de las personas más vulnerables económicamente".