SANTIAGO SPALTRO
Los contratos de provisión de gas natural entre productoras y distribuidoras vencieron el 1° de abril a las 6 y el mercado quedó sin un rumbo claro, mientras la estatal Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa) dejó de entregar el producto.
Según supo El Cronista a través de cinco fuentes calificadas sin contacto entre sí y que todas se expresaron en off the record, reina la incertidumbre entre las petroleras (YPF, Total Austral, Tecpetrol, Pan American Energy -PAE-, Pampa Energía, Compañía General de Combustibles -CGC- y Wintershall, entre las principales) y las distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Camuzzi y Ecogas, entre otras) por el vacío en que cayeron y el costo que deberán asumir por vender con escasos márgenes -o, en algunos casos, a pérdida- el producto y sin un marco normativo certero.
Lo que sucedió es que el Gobierno no llegó a activar una extensión temporaria de los contratos como pedían ambas partes (las productoras por un mes y las distribuidoras por tres o seis meses más), mientras el Ministerio de Desarrollo Productivo tiene que atender las urgencias generadas por la pandemia del Covid-19 (coronavirus) y sus devastadores efectos económicos.
Urgido por los costos económicos de la pandemia de Covid-19 (coronavirus), el Gobierno no activó a tiempo una extensión de estos contratos energéticos
En el medio, la ex Enarsa (que recuperará en los próximos meses ese nombre, borrado por el ex presidente Mauricio Macri) envió una nota a las distribuidoras, productoras y comercializadoras de gas natural en la que advierte que cesará en el cumplimiento de las obligaciones a su cargo.
En el documento, al que accedió en exclusiva este diario y que está firmado por el director Comercial de Ieasa, Sebastián Bonetto, la compañía estatal aclara que no recibió instrucciones de parte del Gobierno para continuar con la provisión de gas. La nota fue remitida con copia al subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales.
Una fuente del mercado aseguró que Ieasa estaba obligada a dejar de entregar gas que compra a las productoras y luego revende a pérdida o con subsidios a las distribuidoras, ya que sin una normativa de la Secretaría de Energía (la Autoridad de Aplicación) estaría operando en forma ilegal.
Ieasa es una empresa pública creada durante la gestión del ex presidente Néstor Kirchner y su ministro de Planificación, Julio de Vido. En definitiva, es una herramienta del Estado para ejecutar política energética.
Allí aseguran que en su rol de árbitro en la reventa de gas con subsidio no pueden ir a pérdida sin una expresa autorización de Energía, que ahora depende en último término del Ministerio de Desarrollo Productivo.
La ex Enarga entrega gas para Camuzzi Gas del Sur (ya que en la Patagonia aún no se pagan los valores que en el resto del país, sino más baratos, por ser una zona de bajas temperaturas al igual que en la Puna y la localidad mendocina de Malargüe) y distribuidoras del norte como Gasnor y Gasnea, cuya producción cercana (la de la Cuenca Noroeste) es insuficiente para abastecerlas.
Pero ahora dejó de proveer el combustible y librará a cuenta propia a esas distribuidoras, que deberán salir a comprar a productores como YPF o privados el gas necesario para la operación. Esto en ningún caso afecta al suministro a hogares y comercios, que está plenamente garantizado.
Según contaron a este medio fuentes cercanas a la ex Enarsa, el total de los subsidios que canalizaron por esa vía el último año fue en torno a los u$s 500 millones.
Las sucesivas devaluaciones del peso dejaron al precio del gas por debajo de lo requerido para repagar nuevas inversiones. Caerá la producción en 2021
Los contratos de provisión de gas, surgidos de una subasta a través del Mercado Electrónico de Gas (Megsa) en febrero de 2019 tuvieron una vigencia entre abril del año pasado y esta mañana, con un precio promedio ponderado de u$s 4,62 por millón de BTU, pesificados a un tipo de cambio de $ 41 por dólar.
Ese precio quedó atrasado por las sucesivas devaluaciones de la moneda nacional, y los productores terminaron recibiendo un precio efectivo menor a los u$s 3, que no alcanza para repagar nuevas inversiones.
El resultado fue que desde agosto del año pasado no hay perforaciones en busca de gas, lo que anticipa una menor producción a partir de 2021, con mayores importaciones y el riesgo de volver al "círculo vicioso" del déficit energético, uno de los principales responsables del estancamiento económico en la última década, según admiten en el mercado.
La carta de Ieasa deja expuesta la interna oficial en el área energética. De acuerdo a lo que confirmó El Cronista por involucrados en esa rencilla, existen dos líneas en el Gobierno:
+La que se enrola en las filas de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, está conformada por los número 1 de la ex Enarsa (Andrés Cirnigliano, cercano a la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, cuñada de Cristina), el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas, dirigido por el interventor Federico Bernal) y el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre, presidido por el interventor Federico Basualdo).
+La que responde al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, principal asesor de Alberto Fernández en cuanto al devenir de la economía local, dado que el ministro de Economía, Martín Guzmán, se aboca a la renegociación de la deuda externa. En esta línea están técnicos como el subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, y el vicepresidente y gerente general de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), Esteban Kiper.
La línea cristinista argumenta que las empresas energéticas fueron las grandes ganadoras del modelo económico de Macri y apunta a bajar los precios locales para que sean compatibles con un rápido resurgimiento de la economía.
Los embanderados con Kulfas son negociadores y miran al largo plazo procurando mantener la producción de gas y petróleo en alza, aún con costos más altos que los que aceptarían los cristinistas.
El secretario de Energía, Sergio Lanziani, fue arropado por la línea del cristinismo y desde hace dos meses se vienen lanzando rumores sobre su salida, que finalmente no se concretó.
¿Qué pasará en adelante? Desde hoy, el mercado opera spot, sin contratos, pero en los próximos días habría una reunión entre el Gobierno, las productoras, las comercializadoras y las distribuidoras para saldar este problema.
La operación en modalidad spot no es un peligro hoy, pero sí puede generar altísimos costos en invierno, cuando empieza a faltar el gas por el aumento de la demanda (a causa de las bajas temperaturas).
Como contó este medio el 10 de febrero, el Gobierno planeaba una licitación de mediano plazo (3 o 4 años) para el aprovisionamiento de gas de las distribuidoras y las generadoras eléctricas en condición firme, pero esta subasta se realizaría después del invierno, contaron fuentes al tanto de las negociaciones.
La Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) le había solicitado a Carbajales el 19 de marzo realizar una subasta anual de gas para recontractualizar el mercado.
Mientras continúe el congelamiento de tarifas, que en principio se iba a extender hasta el 30 de junio y ahora es muy probable que dure por lo menos todo el año, dada la severa crisis económica profundizada por el Covid-19, el Enargas no puede autorizar a las distribuidoras a hacer un pass through a los usuarios de los mayores costos que tienen estas empresas por la compra del gas.
"Ieasa se hacia cargo de un subsidio y al no tener fondos, no se quiere responsabilizar", analizó el gerente de Comercialización de una petrolera, en reserva.
El número uno de una productora de gas en el sur del país aseguró que las petroleras y distribuidoras tenían un principio de entendimiento que todavía no se formalizó.
Desde una de las mayores distribuidoras del país, a su vez, comentaron que "no tiene sentido ahora renegociar nada, se van a prorrogar todos los contratos, como en otros ámbitos de la actividad económica".