Ayudas estatales en el contexto del coronavirus estarán orientadas a los consumidores y los trabajadores.
Cualquier idea de ayuda estatal es mala palabra en Estados Unidos. Un desembolso del Tesoro al sector privado, líneas de financiamiento o propuestas de servicios brindados por el Estado terminan en un concepto que, para algunos sectores conservadores, es un insulto: socialismo. Y esa discusión está ocurriendo en la actualidad, con el precio del barril en torno de los 30 dólares y los frackers viendo que el negocio de bombear shale oil ya no resulta atractivo.
El periodista Liam Denning, quien escribe sobre temas de energía en Bloomberg, indica que las ayudas estatales en el contexto del coronavirus estarán orientadas a los consumidores y los trabajadores. La medida sería ayuda financiera de los frackers. Los pozos más profundos, etapas más rápidas y la “shale revolution” no resisten la guerra de precios. Para el periodista, las barreras comerciales o la ayuda federal directa convertirían al shale en la “industria de los muertos vivos”.
“No tiene mucho sentido inyectar más capital directa o indirectamente en un modelo comercial roto que finalmente tiene los medios para arreglarse”, escribe Denning.
Después de colapsar un 60% este año, el Brent y WTI actualmente rondan los 23 y 25 dólares, pero la caída de los precios es mucho más profunda. “El mercado está dolorido y hay más dolor por venir”, dijo Torbjorn Tornqvist, cofundador de Gunvor Group. “Veremos el peso total de la sobreoferta en un par de semanas”, añadió.
Arabia Saudita vendió crudo a clientes tradicionales de Rusia a 25 dólares solo para acentuar la guerra de precios. Pero hay países que tienen necesidad para no estar sobrestockeados: Nigeria está vendiendo su crudo insignia Qua Iboe con un descuento de u$s 3,10. Colombia comercializa el Vasconia con una rebaja de u$s 7,75 por barril a Brent, el mínimo en 4 años y medio.
“La demanda claramente está apagada, en algunas partes del mundo, de manera muy dramática”, dijo el martes el CEO de Chevron, Mike Wirth, a Bloomberg TV.
Rystad Energy avizora en 2020 la pérdida de más de un millón de empleos, el 21% de la industria global del petróleo y el gas.