HERNAN DOBRY
El temor a una expansión aún mayor del número de personas contagiadas con coronavirus llegó también a la minería en la Argentina. Por eso, las empresas del sector han decidido reducir al mínimo indispensable la cantidad de personal trabajando en las zonas de operación para poder continuar con la producción.
“Parar un yacimiento es muy complejo y sería muy grave porque, luego, a muchas compañías les resultaría difícil poder volver a arrancar. Todas las firmas están dejando guardias mínimas, pero sin parar la producción”, resalta Esteban Tejada, presidente de Fomento Minero de Santa Cruz Sociedad del Estado (FOMICRUZ).
Desde la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) fueron más drásticos ya que están pidiendo que las empresas cierren totalmente las minas para evitar un contagio masivo de los trabajadores, a quienes autorizó a no presentarse en sus puestos si se encuentran incluidos dentro de los “denominados grupos de riesgo”.
“Comprendemos que la cotidianidad de un yacimiento metalífero es complicada en su armado diario, pero la vida de los trabajadores es única y nuestra misión es resguardarla cueste lo que cueste -afirma su secretario general, Héctor Laplace -.Tras haber analizado todo lo que ha sucedido en diversas partes del mundo, existe consenso dentro nuestra conducción a los efectos de paralizar todos los yacimientos mineros y que los mismos permanezcan con guardias de emergencia” hasta el 31 de marzo.
En Salta, en tanto, la situación es aún más compleja, ya que luego de que se detectó un caso de coronavirus el gobierno provincial decidió cerrar todas las fronteras e, incluso, en la capital hay una cuarentena total y se han colocado barricadas para cerrar el acceso al centro. Algunos municipios de la Puna han cortado los ingresos, por lo que a los micros que deben llevar al personal de recambio a trabajar y los camiones no pueden acceder a las minas.
“Le estamos pidiendo a los municipios que dejen pasar a los camiones y el transporte. No queremos que la actividad se vea perjudicada. Se han parado máquinas y ralentizado las operaciones. Algunas empresas decidieron cortar, otras mantienen guardias mínimas y otras están trabajando a media máquina”. Y las empresas que están realizando procesos de exploración ralentizaron muchísimo sus operaciones porque tienen gente que está en cuarentena y no se están dando los remplazos”, explica Ricardo Alonso, secretario de Minería y Energía de la provincia.
Ante esta situación, la francesa Eramet paralizó todas las actividades relacionadas con el desarrollo de su proyecto de litio en el salar Ratones. Sólo quedaron en la zona los contratistas de servicios y personal propio para operar la planta piloto que seguirá en funcionamiento ya que resultaría muy perjudicial el frenarla por completo.
Una medida similar tomó la canadiense Fortuna Silver Mines que redujo al mínimo indispensables los trabajos en su mina de oro Lindero, pero sin detenerlos. “Los campamentos que están en construcción son muy difíciles de parar. Lo que no es esencial se pospuso”, resalta Facundo Huidobro, gerente de Relaciones Institucionales de su unidad local, Mansfield Minera.
En Catamarca, donde el gobierno también decidió cerrar sus fronteras, las compañías están implementando esquemas de emergencia para continuar con la operatoria dentro de sus posibilidades, explica el ministro de Minería de la provincia, Rodolfo Micone.
Por eso, la estadounidense Livent ha desmovilizado todo el plan de expansión que estaba llevando a cabo en su fábrica de carbonato de litio en el Salar del Hombre Muerto y dejó sólo al personal necesario para que continúe con la producción.
En tanto, Liex ha frenado casi todas sus operaciones y mantiene una mínima cantidad de personastrabajando en su planta piloto de Tres Quebradas en la localidad de Fiambalá.
Si bien San Juan aún tiene sus fronteras abiertas, la canadiense Barrick Gold decidió que solo podrán subir a su mina de oro Veladero los residentes en la provincia. Para los demás operarios del proyecto, la empresa ha comenzado a reprogramar sus turnos.
Al igual que lo están haciendo las productoras, las exploradoras también han paralizado gran parte de su actividad. “Las compañías de afuera no están pudiendo entrar con personal extranjero en la provincia para realizar sus trabajos porque tenemos cerradas las fronteras. Sólo pueden ingresar los locales”, explica el secretario de Minería e Hidrocarburos de Jujuy, Miguel Soler.
Los gobiernos de las provincias mineras están preocupados por frenar una posible expansión del coronavirus en su territorio, pero también, por el impacto que esto tendrá en la economía local y en las empresas, que son, en muchos casos, una de las principales fuentes de empleo local.
“Es necesario frenar la pandemia, pero hay que hacer equilibrio entre priorizar esto y paralizar el país. Se viene un parate muy grande de la economía. Estamos conversando con las compañías para evitar que se perjudique a la gente y a la economía no solo en este sector”, explica Soler.
Desde el sector sindical, también se muestran preocupados por las consecuencias que podría traer en los puestos de trabajo una paralización de la industria, pero llaman a las empresas y a las autoridades a evitar poner estos temas por sobre la salud de la gente.
“No es momento de analizar cuestiones económicas cuando la vida de los trabajadores es la que se pone en riesgo. AOMA exige el cierre de los yacimientos”, afirma Laplace y agrega que en caso de que esto no ocurra “habrá acciones directas para que esta petición suceda”.
Desde FOMICRUZ, Tejeda explica que el gobierno santacruceño ha recibido el mensaje del gremio pero que “la provincia no se puede permitir para por completo la actividad minera por el impacto económico que esto le generaría”.
EL TRIBUNO
PABLO FERRER
"Lo que más nos preocupa es poder sostener la fuente laboral en nuestras pymes, pero sin contratos y sin facturación se hace muy cuesta arriba poder hacerlo", dijo el presidente de la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta (Capemisa), Gustavo Carracedo, para graficar de la manera más clara posible la desesperante situación que atraviesa el sector que representa tras la paralización de la actividad minera por la pandemia del coronavirus.
Capemisa tiene 170 empresas salteñas asociadas que emplean en total a unas cuatro mil personas, según precisó a El Tribuno Carracedo. No todos esos trabajadores se desempeñan en los campamentos mineros, sino que también hay personal administrativo y de logística, entre otras funciones. Una gran porción de los empleados son oriundos de las localidades puneñas donde están los yacimientos.
Desde Capemisa advirtieron al secretario de Minería, Ricardo Alonso, sobre las consecuencias del parate.
Desde el viernes pasado las empresas mineras empezaron a cerrar sus plantas y durante el fin de semana se desalojó a unos 1.900 obreros de acuerdo a lo que informó a este diario el presidente de la Cámara de Minería de Salta, Iván Gómez.
El dirigente empresarial pidió que la minería sea declarada una actividad esencial, como se hizo por ejemplo con la agricultura y el sector energético, y se la incluya dentro las excepciones que dispuso el Gobierno nacional para que sigan produciendo y no se paralicen por el aislamiento social al que se ven obligados la mayoría de los argentinos.
A esa solicitud se suma la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras, pero al ser un sector con menos poder económico también buscan ayuda.
"Principalmente queremos cuidar a nuestros empleados y tratar de buscar formas de que el Estado tanto nacional y provincial apoyen a las pymes para poder sostener estas fuentes de trabajo", dijo Carracedo.
"Una forma de ayuda podría ser con algún tipo de subsidio parcial de los costos de mano de obra, que es la mayor inversión que afronta cualquier empresa de servicios mineros, y desde ya con la declaración de estado de emergencia del sector proveedores mineros", amplió el titular de Capemisa.
La actividad minera fue una de las pocas que no solo pudo sostener sus fuentes laborales en la provincia durante la crisis económica que aún continúa desde el segundo trimestre de 2018, sino que también venía ampliando la planta de trabajadores. El revés que supone la paralización por el COVID-19 tiene efectos a futuro que todavía no se pueden estimar en el sector.
"Los contratos que estaban en curso con las compañías mineras están empezando a suspenderse. Tenemos notificaciones formales de suspensiones de contratos hasta tanto se reanuden las operaciones, que no sabemos cuándo ocurrirá, pero mientras tanto no hay facturación y tenemos toda una planta de trabajadores que sostener", insistió Carracedo.
"La actividad minera venía repuntando y muchas empresas contratistas hicieron fuertes inversiones para ponerse a la altura de la exigencia de la industria y hoy se encuentran con toda la deuda que asumieron más una carga salarial que tienen que solventar", agregó el dirigente.
En noviembre de 2019, desde Capemisa reclamaron que las mineras, todas de capitales extranjeros, tengan más en cuenta a las pymes salteñas en sus contrataciones y, además, que se reglamente la ley provincial que se hizo en tal sentido. Sobre lo primero "hubo muchos avances", dijo Carracedo, pero la parte que le corresponde al Estado todavía está en falta.