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MUNDO EN CRISIS
China pandemizó al mundo con censura y represión. La denuncia de Reporteros Sin Fronteras
MINING PRESS / ENERNEWS
26/03/2020

China ha pandemizado a la Humanidad y destruido el sistema económico y las finanzas del planeta, a partir de la prohibición de la información fidedigna y del cercenamiento de libertades públicas, acaba de denunciar la organización Reporteros Sin Fronteras. 

Mientras buena parte de la población mundial permanece presa del pánico en el encierro de sus hogares ante la propagación incontenible del virus, resulta conveniente leer esta reseña de la ONG de periodistas sobre la persecusión del régimen de Xi Jinping a los médicos e informadores que quisieron alertar, entre octubre y enero, de la epidemia inédita.

La República Popular China, que hoy aprovecha la debilidad de decenas de naciones para ofrecerles médicos, guantes, mascarillas o reactivos de dudosa calidad, como denuncia hoy la prensa de España, debería indemnizar al mundo por la gestión de este desastre humanitario que se traducirá en montañas de muertos y millones de hambrientos y desocupados por la parálisis del planeta.

Por ahora, para los ciudadanos de Occidente que hoy viven con el terror a enfermar y morir, la lectura de este informe lapidario de RSF puede ser una invitación a reflexionar sobre el valor de las democracias y de la libertad de informar. Valores supremos que vienen siendo devaluado por autoritarismos y populismos de los más diversos signos, cuyos acólitos prefieren la mordaza a los opositores, a la descripción incómoda de la cruda realidad. Si mundo buscaba una lección contundente,  ahí  la tiene.


EL INFORME DE REPORTEROS SIN FRONTERAS

CHINA / CORONAVIRUS |
"Si la prensa china fuera libre, el coronavirus no sería una pandemia", sostiene RSF

 

Reporteros Sin Fronteras (RSF) muestra cómo, sin el control y la censura impuesta por las autoridades de China, los medios chinos habrían informado a la ciudadanía mucho antes de la gravedad de epidemia de coronavirus, salvando así miles de vidas y evitando, quizás, la actual pandemia.

En un análisis publicado el 13 de marzo, los investigadores de la Universidad de Southampton sugieren que el número de casos de coronavirus en China podría haberse reducido en un 86% si las primeras medidas, que se tomaron el 20 de enero, se hubieran implementado dos semanas antes. Basándose en lo ocurrido en los primeros días de la crisis, Reporteros Sin Fronteras (RSF) pone de relieve que, sin el control y la censura impuestos por las autoridades, los medios chinos habrían informado al público mucho antes de la gravedad de la epidemia, salvando miles de vidas y, posiblemente, evitando la pandemia actual.

18 DE OCTUBRE:

La prensa china podría haber informado de los escalofriantes resultados de un simulacro de pandemia

El Centro John Hopkins para la Seguridad de la Salud, en asociación con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, realiza un simulacro de pandemia de coronavirus el 18 de octubre de 2019 y alerta a la comunidad internacional sobre los resultados escalofriantes: 65 millones de muertes en 18 meses.

+Si el internet chino no estuviera aislado por un elaborado sistema de censura electrónica y los medios no se vieran obligados a seguir las instrucciones del Partido Comunista, el público y las autoridades sin duda se habrían interesado por esta información procedente de Estados Unidos, que se hizo eco de la epidemia de SARS (síndrome respiratorio agudo severo) de 2003. El SARS infectó a 8.000 personas y causó más de 800 muertes, principalmente en China.

20 DE DICIEMBRE:

Las autoridades de la ciudad de Wuhan podrían haber informado a los periodistas

Un mes después del primer caso documentado, la ciudad de Wuhan ya tiene 60 pacientes con una neumonía desconocida similar al SARS; varios de ellos han frecuentado el mercado de pescado de Huanan. A pesar de la situación, las autoridades no consideran conveniente comunicar esta información a los medios.

+Si las autoridades no hubieran ocultado a los medios la existencia de un brote epidémico vinculado a un mercado muy popular, el público habría dejado de visitar este lugar mucho antes de su cierre oficial, el 1 de enero.

25 DE DICIEMBRE:

El doctor Lu Xiaohong podría haber expresado sus temores a la prensa

El 25 de diciembre , el doctor Lu Xiaohong, jefe de gastroenterología del Hospital de la Ciudad de Wuhan No. 5, comienza a conocer casos de infección que afectan al personal médico y sospecha desde la primera semana de enero que la infección puede transmitirse entre humanos.

+Si las fuentes de los periodistas en China no se expusieran a sanciones severas -que van desde una reprimenda profesional hasta penas de prisión-, el doctor Lu Xiaohong habría asumido la responsabilidad de alertar a los medios, obligando a las autoridades a tomar medidas, lo que no sucedió hasta tres semanas después.

30 DE DICIEMBRE

Los medios de comunicación habrían recogido la alerta temprana de los denunciantes

El director del departamento de emergencias del Hospital Central de Wuhan, Ai Fen, y un grupo de médicos lanzan una alerta sobre un "coronavirus similar al SARS". Ocho de ellos, incluido el doctor Li Wenliang, quien murió después a causa de la enfermedad, serán detenidos por la policía de Wuhan el 3 de enero por hacer circular "falsos rumores".

+Si la prensa y las redes sociales hubieran podido difundir libremente la información facilitada por los denunciantes el 30 de diciembre, la ciudadanía se habría dado cuenta del peligro y habría presionado a las autoridades para que tomaran medidas que limitaran la expansión del virus.

31 DE DICIEMBRE:

Las redes sociales habrían transmitido la alerta oficial en China

China alerta oficialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre, pero al mismo tiempo obliga a la plataforma de discusión WeChat a censurar una gran cantidad de palabras clave que se refieren a la epidemia.

+Sin censura, la red social WeChat, que tiene mil millones de usuarios activos en China, podría haber permitido a los periodistas transmitir informes y consejos de precaución que contribuyesen a un mejor cumplimiento de las normas recomendadas por las autoridades sanitarias.

5 DE ENERO:

Los medios científicos habrían secuenciado antes el genoma del coronavirus

El equipo del profesor Zhang Yongzhen en el Centro Clínico de Salud Pública de Shanghai logra secuenciar el virus el 5 de enero, pero las autoridades parecen reacias a hacer público el genoma. El 11 de enero, el día en que China confirma su primera muerte por el virus, los investigadores filtran información en plataformas de código abierto, lo que resultará en el cierre punitivo de su laboratorio.

+Si las autoridades chinas fueran transparentes, habrían comunicado inmediatamente la secuencia del genoma del coronavirus a los medios científicos, ahorrando a la comunidad internacional un tiempo precioso en su investigación para el desarrollo de una vacuna.

13 DE ENERO

La comunidad internacional habría anticipado el riesgo de una pandemia

Se informa en Tailandia del primer caso de infección por coronavirus fuera de China, un turista de Wuhan.

+Si los medios internacionales hubieran tenido acceso total a la información que tenían las autoridades chinas sobre la escala de la epidemia antes del 13 de enero, es probable que la comunidad internacional hubiera evaluado la crisis y la hubiera anticipado mejor, reduciendo el riesgo de que la epidemia se propagase fuera de China y, posiblemente, evitando su transformación en una pandemia.

China, la nueva frontera y la verdad


 

CHINA / CORONAVIRUS |
Héroes de la información que fueron silenciados

 

Tres meses después de que se publicaran en las redes sociales chinas los primeros informes de casos de coronavirus y de empezaran a circular entre la sociedad civil, Reporteros Sin Fronteras (RSF) analiza la forma en que el Estado chino, en su obsesión por el control total sobre la información, ha reprimido implacablemente a todas las fuentes de información independientes.

 

 

 

Amordazado

De hecho, desde la primera alerta, hubo mucha gente que sintió la necesidad de cubrir la crisis. Entre ellos estaba Chen Qiushi, un abogado de la provincia nororiental de Heilongjiang que se había hecho célebre en las redes chinas china por los vídeos que garbó meses antes en las manifestaciones de Hong Kong. Tomó un tren a Wuhan el 23 de enero para conseguir información de las propias fuentes.

“¿Qué clase de periodista serías si no te atrevieras a ir al frente?”, preguntó en un vídeo grabado fuera de la estación Hankou de Wuhan. En los días siguientes, Chen recorrió los hospitales de la ciudad cubriendo el caos, entrevistó a las familias de las víctimas y visitó un centro de exposiciones convertido en una zona de cuarentena. Cientos de miles de personas vieron sus vídeos a pesar de eran rápidamente censurados en Weibo y WeChat.

Sed de información fiable

Fang Bin, un sencillo empresario textil residente en Wuhan, nunca se consideró periodista hasta que también él sintió la necesidad de informar a sus conciudadanos sobre la situación real en la ciudad, más allá de las imágenes proporcionadas por la máquina de propaganda del Partido Comunista chino.

En su primer vídeo, el 25 de enero, documentó la saturación de los hospitales. Mostraba cuerpos de víctimas de coronavirus dentro de autobuses que se convirtieron en coches fúnebres improvisados. Se puede escuchar a Fang contar: "Cinco, seis, siete, ocho ... Ocho cuerpos en cinco minutos (...) ¡Tantos muertos!". El vídeo también registró cientos de miles de visitas antes de que los censores lo eliminaran.

La atención que los informes de estos dos videoblogueros suscitaron en China refleja el profundo interés por la información fiable e independiente que sienten los ciudadanos chinos, que se están ahogando en la propaganda estatal. La necesidad está más que justificada, ya que justo antes de estos primeros vídeos, en un discurso del 20 de enero, el presidente Xi instó a los funcionarios a "reforzar la gestión de la opinión pública".

En otras palabras, el aparato estatal chino consideró intolerables las informaciones independientes de ciudadanos chinos convertidos en periodistas. El Estado aprieta la garra. Chen expresó sus temores en un vídeo del 30 de enero que RSF publicó junto con algunos antecedentes. "Tengo miedo", decía."Delante de mí está el virus. Y, detrás, al poder legal y administrativo del Estado chino".

En su último vídeo, transmitido en vivo el 4 de febrero, Chen entrevistó a un residente de Wuhan cuyo padre había sucumbido al coronavirus. Su cuenta de Weibo fue eliminada dos días después. El 7 de febrero, a sus padres les dijeron que estaba "en cuarentena". Su familia no ha recibido noticias suyas desde entonces.

Valor de advertencia

Mientras tanto, Fang, el empresario textil convertido en reportero, había informado en un vídeo publicado el 2 de febrero que la policía había confiscado su ordenador portátil y lo había interrogado exhaustivamente. Dos días después, narró en un vídeo en directo desde su casa que estaba rodeado de policías vestidos de civil.

Continuó informando sobre el creciente hostigamiento de las fuerzas de seguridad hasta su último vídeo, de 12 segundos, el 9 de febrero, que simplemente mostraba un rollo de papel en el que habían sido caligrafiados ocho caracteres. Ponía: “¡Que todos los ciudadanos resistan! ¡Poder para la gente!”. Desde entonces no se ha sabido nada más de Fang.

Lo que es ocurrió a Fang y a Chen sirvió de advertencia. El 1 de marzo entró en vigor una normativa aún más represiva que permitía a Pekín apretar las tuercas en las redes sociales. Desde enero, 450 internautas han sido interrogados por haber compartido informaciones sobre el coronavirus calificadas por las autoridades como “falsos rumores”.

Pasarse de la raya

Había que detener a cualquier persona que intentase transmitir un mensaje o información que se desviara de la línea establecida por la dirección Partido. La prensa oficial recibió órdenes. La raya, ni pisarla. Dos famosos comentaristas políticos, Guo Quan y Xu Zhiyong, fueron detenidos en febrero. Un tercero, Xu Zhangrun, fue puesto bajo arresto domiciliario. El último número de la revista Ren Wu, una publicación del grupo de People’s Daily, fue retirada de los quioscos el 10 de marzo por publicar una entrevista en la que el jefe de urgencias del Hospital Central de Wuhan, Ai Fen, criticaba la censura impuesta a los médicos.

Casi al mismo tiempo, cumpliendo con las últimas directivas del departamento de propaganda que dictan que los orígenes chinos del virus deben ser cuestionados, el periódico en inglés China Daily censuró un artículo publicado el 28 de febrero en el que el famoso epidemiólogo Zhang Wenhong expresaba  dudas sobre la teoría de que el virus podría haber sido importado del extranjero.

Ataques a medios extranjeros

El 12 de marzo, se informó de que Ren Zhiqiang, un comentarista político y miembro del Partido Comunista Chino, había desaparecido después de criticar los fallos del régimen. Su familia dijo que estaba detenido cerca de Pekín.

Mientras se aceleraba la disidencia interna, el régimen también se dedicó a tratar de controlar la información que circulaba fuera del país hostigando a corresponsales extranjeros en China. El 18 de marzo, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino anunció que el gobierno expulsaba al menos a 13 periodistas estadounidenses que trabajaban para The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal.

Después de tener en sus manos la lista de fixers y otros empleados chinos que trabajan para estos periódicos, así como para Time y Voice of America, las autoridades chinas dijeron el 20 de marzo que habían dado órdenes para que los contratos de al menos siete de estos empleados fuesen rescindidos.

Con todo arreglado tanto en casa como en el extranjero, Pekín ahora solo tiene que desplegar su masivo aparato de propaganda y desinformación con el objetivo de hacer que todos olviden que el virus se salió de control en el corazón de China y que tuvieron que pasar tres semanas letales antes de que Pekín escuchara a los denunciantes.

China ocupa el puesto 177, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019 de Reporteros Sin Fronteras. Ver también el Informe/Balance Anual de la organización.

 


Leer más: https://www.rsf-es.org/news/china-coronavirus-si-la-prensa-china-fuera-libre-el-coronavirus-no-seria-una-pandemia-sostiene-rsf/

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