El Dow Jones Industrial recuperó un 2,3%, el S&P ganó un 1,1% y las tecnológicas del Nasdaq perdieron un 0,4%
Wall Street ha celebrado con moderación este miércoles el acuerdo del mayor plan de rescate económico de la historia de Estados Unidos pactado por la Casa Blanca y el Senado para amortiguar los efectos del coronavirus.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones Industrial recuperó un 2,3%, el S&P ganó un 1,1%, y las tecnológicas del Nasdaq perdieron un 0,4%. Tras dos traumáticas semanas, los mercados lograron operar un segundo día consecutivo al alza, con las esperanzas puestas en Washington. Está previsto que el Senado vote esta tarde la ley del salvavidas financiero.
La Bolsa de Nueva York, que abrió en plano, luego presentó caídas y al mediodía subió con moderación, estaba preparada para una jornada volátil. Los futuros del Dow Jones Industrial fluctuaban entre ganancias y pérdidas. El índice bursátil escaló este martes un 11,3%, sellando su mejor día desde 1933, impulsado por las buenas perspectivas de que el Congreso pactaría sobre el paquete de ayudas de dos billones de dólares a empresas y ciudadanos afectados por el coronavirus. Tras cinco días de intensas negociaciones, los legisladores pactaron en la madrugada de este miércoles el mayor plan de rescate económico de la historia de Estados Unidos.
El Senado está reunido y se espera que vote la ley sin precedentes en su alcance. El paquete incluye el envío de cheques por 1.200 dólares (1.100 euros) a muchos estadounidenses, un programa de 367.000 millones de dólares para ayudar a las pequeñas empresas y un fondo de 500.000 millones en préstamos para negocios, ciudades y Estados. Las aerolineas recibirán una inyección de 50.000 millones, por lo que las acciones de American, Delta y United States celebraban en Wall Street con alzas en torno al 10%.
El jefe del Consejo Económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, detalló este martes que el salvavidas económico alcanzaría los seis billones, ya que a los dos aprobados por el Congreso se sumarán cuatro de capacidad de préstamo por parte de la Reserva Federal.
Las medidas de estímulo se producen cuando los mercados se preparan para un aumento en las solicitudes de desempleo, que la semana pasada ya alcanzaron su máximo de dos años y medio. La Casa Blanca ha advertido que en el peor escenario de esta crisis el paro puede alcanzar el 20%, cuando actualmente es del 3,6%. Morgan Stanley calcula que en el segundo trimestre la economía del país puede caer un 30%, Goldman Sachs estima un 24% y JP Morgan “solo” un 14%. Uno de cada tres estadounidenses está llamado a quedarse en casa para contener el brote en medio del parón de la actividad comercial. Estados Unidos supera los 55.000 contagios y registra más de 800 muertos.
Las principales bolsas europeas, por su parte, vivieron este miércoles una jornada muy volátil, en la que han pasado varias veces del verde al rojo, aunque finalmente han cerrado con subidas, en algunos casos apreciables, y suman dos sesiones en positivo.
Finalmente, Londres ha ganado un 4,45 %; París, un 4,47 %; Milán, un 1,74 %; y Madrid, un 3,35 %. Fráncfort, que ha estado buena parte de la jornada en rojo, ha subido un 1,79 %.
Previamente, en Asia, Tokio se había revalorizado un 8 %; Hong Kong, un 3,8 %; y Seúl, un 5,89. %.
El Senado de Estados Unidos aprobó este miércoles por unanimidad el mayor plan de rescate económico de su historia, dos billones de dólares en ayudas a empresas y ciudadanos, para hacer frente a la crisis descomunal, global y abrupta que ha desatado la pandemia del coronavirus. La Casa Blanca y los republicanos, por un lado; y la oposición demócrata, por otro, llegaron a un acuerdo en la madrugada del miércoles sobre un programa que busca evitar una depresión. La Cámara alta tenía previsto votar el proyecto de ley por la tarde, pero las protestas de republicanos, que consideran mejoras excesivas del seguro de desempleo, retrasaron la votación hasta cerca de la medianoche.
La ley Coronavirus Aid, Relief, and Economic Security, cuyas siglas en inglés, CARES, se puede traducir como importa o preocupa, es un paquete legislativo de más de 800 páginas fruto una semana de negociaciones maratonianas en un momento de gran polarización política pero, también, de urgente necesidad. Requería un apoyo de 60 de los 100 miembros de Senado y ha salido adelante por 96 votos a favor y cero en contra; con la ausencia de cuatro senadores, uno por haber dado positivo en las pruebas de coronavirus y los otros por cuarentena.
Con uno de cada tres estadounidenses llamados a quedarse en casa, colegios y negocios cerrados por todo el país para frenar los contagios, Gobierno y oposición buscan evitar una debacle económica y social. Ya hay más de 68.000 contagiados en el país, más de 1.000 muertos. El coronavirus es “la amenaza más seria para la salud de los estadounidenses en un siglo y probablemente el mayor riesgo para el empleo y la prosperidad de EE UU desde la Gran Depresión", dijo el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. “Esto no es siquiera un paquete de estímulos, es un plan de emergencia”, recalcó.
Tras la aprobación en Cámara alta, el paquete legislativo debe pasar por la Cámara de Representantes y, una vez ratificado, queda listo para la rúbrica de Donald Trump. “Lo firmaré en cuanto llegue”, dijo el presidente, ya impaciente, este miércoles por la tarde. Pero los rifirrafes se han sucedido hasta el final. El senador republicano Lindsey Graham consideró que, si no había un error en el redactado, “esta es la peor idea vista en mucho tiempo”. A su juicio, la mejora de los subsidios a quienes queden en el paro incentiva dejar de trabajar. El pacto establece la ampliación del seguro de desempleo en 13 semanas, más un extra de 600 dólares sobre lo que los estados paguen.
El primer conjunto de medidas anunciado por Donald Trump suponía movilizar un billón de dólares y la munición ahora sobre la mesa, una semana después, roza los dos billones. El consejero económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, detalló este martes por la tarde que la estrategia global alcanzará los seis, al sumar los cuatro billones más de capacidad de préstamo por parte de la Reserva Federal. Equivale al 30% del PIB de Estados Unidos, la primera potencia mundial. Asesor también de la Administración de Ronald Reagan, es el mismo Kudlow que en la Gran Recesión, en 2008, cuestionó la extensión de los rescates a la automoción y advertía de que, de seguir esta senda, convertirían “el capitalismo de libre mercado en una burla”.
Es un enemigo invisible y atroz, un virus para que el aún no se ha encontrado vacuna, el que ha obrado la metamorfosis de los conservadores ortodoxos de Washington, también el que ha logrado, en un momento de gran polarización política, un acuerdo bipartito sobre un programa que abarca tantos aspectos de la economía como de la sociedad estadounidense. “Hemos peleado por los recursos para ayudar a la gente contra el coronavirus y anteponer a los trabajadores. Este acuerdo refleja ahora estas prioridades”, apuntó Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado.
El plan contempla inyecciones directas de dinero al bolsillo de los ciudadanos, con el envío masivo de cheques los ciudadanos con sueldos de hasta 75.000 dólares anuales. Hasta ahora se había hablado 1.200 dólares por adulto y 500 por menor de edad, aunque Kudlow citó este martes como ejemplo que una familia de cuatro miembros recibiría 3.000 dólares. En total, esta inyección puede alcanzar los 500.000 millones. Los legisladores se han puesto de acuerdo también en una línea de préstamos de 367.000 millones para pequeñas y medianas empresas y un fondo de 500.000 millones para industrias, ciudades y estados.
El proyecto de ley definitivo ayudará a compensar el salario de los trabajadores despedidos durante cuatro meses, en lugar de tres, como establecía la propuesta inicial. Los trabajadores recibirán lo que su Estado pague habitualmente por desempleo más un extra de 600 dólares. Además, trabajadores de empresas de la llamada economía colaborativa, como Uber, quedarán cubiertos por primera vez. Las compañías también contarán con ayudas fiscales, como el aplazamiento del 6,2% de la cotización a la Seguridad Social de las nóminas. También habrá una inyección de 130.000 millones para hospitales.
Los gabinetes de análisis están calculando caídas del producto interior bruto (PIB) para el segundo trimestre del año del 30% (como hace Morgan Stanley) al 34% (Goldman Sachs), niveles que no se veían desde la Gran Depresión. Comparar el programa de ayudas de ahora con los del New Deal de Franklin Delano Roosevelt, sin embargo, resulta más complicado, La Reserva Federal de Sant Louis hizo una comparación con el rescate de la crisis financiera de 2008 y estableció que el New Deal costó 41.700 millones de dólares del momento, que equivalía a 653.000 millones de 2009, menos que el plan de entonces. Sin embargo, el New Deal impulsó toda una serie de medidas estructurales que se fueron desarrollando a medio plazo y el impacto económico resultó probablemente mayor, mientras que este acuerdo es una inyección de emergencia.