FRANCISCO ALMENZAR*
En esta segunda nota destinada a despejar las dudas sobre si la minería es sustentable, ante los cuestionamientos realizado por un grupo de científicos e investigadores del Conicet a través de un documento titulado: "Científicos/as e investigadores/as: No es posible una megaminería sustentable'', el autor continúa analizando aspectos vinculados a la actividad en procura de aclarar conceptos.
A partir del punto
7) señala: Ante la creencia de que la megaminería se hace en escalones que dan lugar al "tajo abierto'' donde se aplican tratamientos químicos para separan los metales de la roca, cabe aclarar que esos procesos no se realizan en el rajo o tajo abierto, sino en otra área de la producción minera denominada planta de tratamiento o de beneficio, que se encuentra a una planificada distancia de la extracción la que en algunos casos está a kilómetros de ella.
En cuanto a la pretendida toxicidad, es tal como la de cualquier químico que se comercializa en un supermercado (lavandina, jabones, veneno para hormigas, cucarachas o ratas, por mencionar algunos). La diferencia está en que los reactivos empleados en la industria minera son conocidos y manipulados por gente capacitada para tal tarea, con las protecciones adecuadas y los protocolos de seguridad para su uso y posterior tratamiento.
8) Ante la afirmación de que esta metodología utiliza grandes cantidades de agua, en zonas de Argentina donde generalmente es escasa, y contamina las cuencas hídricas con los metales y químicos, la permanente utilización de eslóganes que se mezclan en una misma frase muestra el desconocimiento científico de los autores del documento: la Mina Veladero, Gualcamayo y la Gran Minería de Pascua Lama y el Pachón emplearían, entre todas, el 0,71% del agua usada para la producción agrícola en San Juan.
9) La creencia de que "los impactos en la salud y el ambiente de la megaminería ocurren a muy largo plazo o son reversibles'', es contradictorio.
10) No es posible vivir sin megaminería; quienes se oponen deberían renunciar a consumir y utilizar objetos que contengan metales.
11) La megaminería genera desarrollo, empleo y diversificación de la economía regional.
12) Por lo dicho anteriormente es falso que la megaminería tiende a destruir empleo por sus impactos potencialmente negativos sobre otras actividades locales, como la agricultura, la ganadería y el turismo, aumentando los niveles de pobreza local. en realidad la minería genera mucho empleo y de calidad en lugares donde la desocupación es muy importante.
13) Respecto de la diversificación, la Universidad Tecnológica Nacional y más reciente la Secretaría de Minería de la Nación en conjunto con la Provincia de San Juan midieron el impacto económico y social producido en toda la provincia dando un resultado positivo.
14) Quienes critican a la megaminería no plantean alternativas de desarrollo local. En Argentina, no hay una crítica constructiva de parte de quienes se oponen al desarrollo minero, para plantear alternativas a esta industria.
Una vez más, el Colegio Argentino de Ingenieros de Minas, pone a disposición de la comunidad toda, sus cuerpos técnicos para debatir, esclarecer y ampliar conceptos sobre la actividad minera, y romper con aquellos mitos desde el conocimiento técnico científico adquirido durante nuestra formación universitaria.
*Presidente de CADIM (Colegio Argentino de Ingenieros en Minas)