VICTORIA TERZAGHI
El viernes pasado, en la víspera de la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, dijo en una conversación con inversores que su función es dirigir a YPF como “un gran barco a través de esta tormenta que es la situación actual”. Pero difícilmente Nielsen haya podido anticipar que el escenario que iba a enfrentar la industria petrolera argentina sería en pocos días el de una tormenta perfecta.
A la crisis macroeconómica que azota al país, el sector hidrocarburífero adosa una crisis propia que se desencadenó a mediados del año pasado tras las elecciones PASO y el casi automático DNU 566 del congelamiento del precio del petróleo y los combustibles.
Con siete meses de descalces entre los costos de producción, del petróleo y de los combustibles, llegó la crisis global del Brent para formar una tormenta perfecta en la que desde las empresas y los gobiernos provinciales coinciden en señalar que debe resolverse de inmediato, pues cada día que pasa daña aún más al sector.
Esta semana el crudo internacional perforó el piso de los 27 dólares en el caso del Brent, y ya son muchos los pronósticos que lo sitúan en la franja de los 30 dólares en los meses por venir. Un valor que llevaría al petróleo nacional a cerca de 25 dólares y con ello a la parálisis de todos los desarrollos, convencionales y no convencionales.
El sector reclama en estos días que se tomen medidas, que pasen de la idea que había hace apenas unas semanas de incentivar inversiones con una nueva petrolera, a un plan B que permita que el barco esquive el iceberg de la caída del Brent.
El subsecretario de Energía de Mendoza, Emilio Guiñazú, le puso nombre a las cosas y aseguró que “ésta es una crisis que no es del mercado. Estamos ante una batalla de los grandes carteles productores del mundo, de Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos, una pelea entre el convencional de los primeros y el shale del último”.
Pero como toda buena tormenta perfecta requiere, el escenario en el país debía ser aún más complicado. Y a la pelea de los carteles internacionales del petróleo se sumó una puja local, con la oposición de las grandes compañías integradas del sector que poseen las mayores refinerías del país, al precio sostén que comenzaron a debatir las provincias con Nación en torno a los 50 a 52 dólares.
La semana pasada, la mayoría de las provincias que integran la Organización de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) se reunieron con el secretario de Energía de la Nación, Sergio Lanziani, y comenzaron a delinear un plan único que buscan presentar en esta misma semana.
Para las provincias productoras la crisis no pone en riesgo sólo a la industria, sino también al trabajo y la seguridad energética.
La propuesta básica es avalar un precio sostén para el petróleo dentro del país, un nuevo barril criollo, que por un lado permita mantener congelados los surtidores, y por el otro proteja a las empresas productoras del valor internacional. “Lisa y llanamente con el precio internacional se funden todas las empresas”, sintetizó Guiñazú.
Pero ese precio es el punto de discordia. La mayoría de las provincias impulsa que sea “de 50 dólares o un poco más”, como dijo el ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monterio. Pero desde las grandes refinerías buscan que sea de entre 46 y 46 dólares, las refinerías no integradas piden incluso un menor valor y hasta Chubut, para proteger sus exportaciones, planteó que sea de 47 dólares.
Esa diferencia amenaza con dejar fuera de producción a la mayoría de las pequeñas productoras, aquellas que subsisten de la venta de sus barriles, mientras que en el caso de las refinerías permitiría que tengan una ganancia, que recupere parte de lo que perdieron en el último semestre de congelamiento.
Para las provincias productoras, 44 dólares por barril es un sinónimo de crisis presupuestaria pues las regalías están estimadas, en la mayoría de los casos, en torno a los 50 dólares.
“Argentina tiene que aislarse del mundo, tiene que bajarse del ring en una pelea en la que no tiene nada que ver, y protegerse porque sino va a ser daño colateral de la pelea entre Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos y los años de trabajo y las millonarias inversiones se van a destruir y no vamos a poder reactivar esta industria por el contexto de país que tenemos”, enfatizó Guiñazú.
Así como la situación nacional es diferente a la de las principales potencias productoras del mundo, también entre las provincias hay diferencias. Es el caso de Chubut, donde por su crudo pesado -el Escalante- entre un 30 y un 40% de la producción no se destina al mercado doméstico sino que se exporta.
Ese cúmulo de producción, que el año pasado fue de unos 18 millones de barriles, no se vería beneficiado por la aplicación de un precio sostén nacional. Y según se estima, las productoras de esa zona podrían reducir la producción antes de venderla a pérdida.
Es por esto que uno de los planteos en debate atiende a cuestiones más profundas en la industria petrolera como son las alícuotas de las retenciones a las exportaciones -que siguen al 12% porque no se reglamentó la Ley de Solidaridad Social que las bajó al 8%- como así también reducciones impositivas de parte de los gobiernos provinciales y la amortización acelerada de inversiones.
También se incluye en la cuenta que, para poder mantener los surtidores congelados, Nación debe garantizar que no actualizará el Impuesto a los Combustibles que por las postergaciones que lleva desde el año pasado ya implicaría un alza del 6% en los precios de las naftas.
Estos planteos disímiles amenazan con dilatar el parche a la crisis actual pero también con dañar al magro sector exportador si no son considerados.
“Las exportaciones en el país son mínimas y la industria necesita una respuesta urgente que es el precio sostén. El resto es cierto, y hay temas irresueltos hace años, pero primero hay que proteger a la industria porque sino no vamos a tener industria sobre la que discutir las cuestiones de fondo”, cerró Guiñazú.
El avance del coronavirus cambió en cuestión de días la forma en la que se trabaja en prácticamente todas las empresas del país y las firmas que operan en Vaca Muerta no son la excepción. Desde las operadoras se elaboraron detallados protocolos de actuación con cambios que van desde el trabajo desde el hogar en forma obligatoria, hasta la prohibición de viajar en avión o incluso la de compartir el mate.
Ante este escenario, las firmas que operan en Vaca Muerta se encontraron con algunos avances que representaron una ventaja a la hora de tomar estas medidas, como son la cantidad de controles y monitoreos que se realizan de forma remota, y la extensión para ello de las redes de fibra óptica aún en medio de los campos petroleros.
La geonavegación es una de las tareas que desde hace años es monitoreada a distancia, no sólo desde las salas de control que a veces están en las oficinas centrales de las áreas y otras veces en Neuquén capital o Buenos Aires, sino incluso desde las oficinas centrales de las petroleras en Estados Unidos.
Es por esto que la ampliación del home office fue más sencilla, incluso para aquellos empleados que, por ser parte de los grupos de riesgo, tuvieron que obligatoriamente quedarse en sus casas desde antes de la orden nacional de licencias.
Es que la mayoría de las operadoras de Vaca Muerta tomaron estas medidas con anticipación, y las aplican desde hace más de una semana.
Entre las recomendaciones que muchas firmas incluyeron en sus protocolos se encuentran las de evitar las reuniones personales, utilizando para ello sistemas de teleconferencia. Y en caso de no poder hacerlo, se fijó como parámentro que en los encuentros no haya más de diez personas o de una persona por metro.
Algunas compañías instrumentaron horarios flexibles de trabajo para evitar que sus empleados usen el transporte público en hora pico.
A su vez, se aplicaron en varias firmas horarios flexibles de ingreso y egreso para evitar que los empleados usen el sistema público de transporte en las horas pico. Y algunas firmas llegaron a limitar la cantidad de personas que por cada vez pueden subir a sus ascensores.
Los viajes, tan usuales en las firmas petroleras, fueron reducidos a su mínima expresión, y la mayoría de las firmas anunció que sólo se autorización aquellos viajes dentro del país que sean autorizados por los supervisores correspondientes, dado que se busca evitar el paso de los trabajadores por los aeropuertos. Aunque ahora la medida quedó diluida por la prohibición de los vuelos.
En los yacimientos, donde hay tareas que deben ser realizadas en persona, se recomendó extremar los cuidados, en especial en lo que hace al lavado de manos. Y para ello varias firmas remarcaron que el alcohol en gel sólo debe ser usado si el trabajador tiene las manos limpias.
Otras recomendaciones generales se aplican también en los campos petroleros, siempre siguiendo los parámetros dispuestos por Nación y la Organización Mundial de la Salud. Entre ellos se pide a los trabajadores que eviten saludarse con contacto físico, que no compartan el mate e incluso que no circulen por las locaciones y oficinas más allá de lo estrictamente necesario.
En tanto que los mismos recaudos están siendo pedidos a las empresas contratistas.
En lo que hace al funcionamiento de los equipos de perforación, pulling y workover, el gobierno de Neuquén informó que a la fecha ninguna compañía informó que se reducirán sus trabajos programados. Sin embargo varias firmas ya anticiparon que, por precaución, cuando un equipo termine el trabajo que está haciendo no iniciará el siguiente
Con el objetivo de reducir al mínimo el contacto interpersonal otras empresas del rubro energético también lanzaron campañas por medio de las cuales instan a sus usuarios a utilizar sistemas de gestión online.
Uno de los casos son las estaciones de servicio en donde firmas como YPF propusieron a los conductores que usen la aplicación para comprar anticipadamente la carga y evitar así abonar en efectivo.
Pero también otras empresas como son Camuzzi y en general las enroladas en Adigas, la cámara del sector, convocaron a los clientes que compran garrafas a realizar el trámite por medios electrónicos para reducir también la atención a grandes masas de público.
Los contratos entre productoras de gas y distribuidoras para la provisión del fluido a hogares y comercios, un servicio público esencial, vencen el próximo 31 de marzo y el Gobierno tiene la decisión de prorrogarlos por, al menos, un mes.
Según averiguó Energía On, el tema se está hablando en las mesas de petroleras (con YPF, Total Austral, Pan American Energy y Tecpetrol a la cabeza), distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Camuzzi y Ecogas, entre otras) y la secretaría de Energía, pero a falta de dos semanas para el plazo, no hay acuerdo sobre cómo renovar los contratos.
La crisis por el COVID-19, el nuevo tipo de coronavirus que desplomó la economía mundial en las últimas dos semanas, demoró también las decisiones, ya que este tema, así como el futuro de los precios de los combustibles, no es prioridad en la agenda del ministerio de Desarrollo Productivo, más ocupado en reactivar el mercado interno.
Una alta fuente oficial contó a este diario que “no hay nada cerrado, pero lo más firme en este momento es que se irá a una prórroga entre ellos (productoras y distribuidoras), al menos de un mes, para seguir evaluando lo de las subastas”.
Esas licitaciones son las que adelantó en exclusiva este medio en enero: en modalidad firme para que distribuidoras y generadoras eléctricas se aseguren gas durante 3 ó 4 años, al tiempo en que las petroleras garantizan una demanda local de mediano plazo.
Las petroleras agrupadas en la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) tenían cierta desazón por la demora del proceso.
Los contratos que dominaron la relación desde el 1° de abril de 2019 fueron obtenidos mediante subastas en febrero del año pasado, con un precio promedio ponderado de 4,62 dólares por millón de BTU, que se pesificaron a un tipo de cambio de $ 41 por dólar, que fue el promedio de las cotizaciones de los primeros 15 días de marzo 2019.
Las sucesivas devaluaciones de la moneda argentina determinaron que hoy las productoras cobren menos de US$ 3 /MMBTU por el gas.
El extendido congelamiento de tarifas (primero aplicado por el expresidente Mauricio Macri en octubre para no complicar el proceso electoral y luego prorrogado por Alberto Fernández al menos hasta julio, por efecto de la Ley de Solidaridad Social sancionada en diciembre) impide un nuevo pass through.
En la presentación de su balance de gestión, el ahora exsecretario de Energía, Gustavo Lopetegui, postuló que las petroleras tendrían los números de su negocio en orden si el gas se pagara algo por encima de los US$ 3,50.
Según trascendió en portales periodísticos, el ex ministro Juan José Aranguren indicó que sería peligroso dejar esos contratos de provisión entre productoras y distribuidoras de gas en el mercado spot en invierno, lo que podría arrojar precios muy por encima de los deseados.
Hasta ahora, el 70% estaba contractualizado y el 30% se manejó vía spot, con una alta participación de la empresa estatal Integración Energética Argentina S.A. (IEASA, ex ENARSA) en la venta de gas a Camuzzi Gas del Sur, Gasnor y Gasnea.
LmNeuquén
DAVID MOTTURA
El 31 de marzo concluye el último acuerdo salarial que firmaron los sindicatos petroleros con las cámaras empresariales. Sin embargo, el contexto de pandemia del coronavirus, que se suma al crack petrolero con la caída del valor del barril y de las acciones de las compañías, obliga a los líderes gremiales a establecer nuevas prioridades. En las distintas cuencas productoras se están aplicando protocolos de prevención y de distanciamiento social, en las oficinas y en los yacimientos.
La discusión paritaria para el 2020 tenía que empezar en estos días, según comunicó Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa. La crisis por el coronavirus y la caída de la economía mundial provocó un cambio de planes. Por ejemplo, el sindicalista del gremio chubutense Jorge Ávila pide ocho horas de trabajo y sueldo íntegro, atento a que podría reducirse la actividad de perforación.
"Con toda esta situación, nos hemos enfocado en las acciones de prevención de esta pandemia. Estamos en comunicación con las empresas, pero tenemos que darle prioridad a la salud de nuestros trabajadores y sus familias", apuntó Marcelo Rucci, secretario administrativo del gremio de base de la Cuenca Neuquina, ante la consulta de +e. El sindicato de petroleros encabeza en Rincón de los Sauces con el municipio y otros organismos un protocolo de prevención muy estricto en los ingresos a la localidad.
"Vamos a tener que empezar a discutir la paritaria de este año, en un contexto difícil porque ha caído la actividad. Además, se suma el coronavirus y la guerra de precios entre Arabia Saudita, Estados Unidos y Rusia", había sostenido Pereyra hace exactamente una semana. Todos los días cambia algo con el coronavirus, todos los días hay cambios de hábitos y prioridades. El objetivo era que esta semana los paritarios petroleros se reunieran.
En la localidad mendocina de Maipú, los sindicatos de todo el país tuvieron una cumbre y definieron tres ejes. Un precio sostén del barril en torno a los 52 dólares que garantice la actividad, que el gobierno nacional aplique las retenciones del 8% al petróleo -que aún se mantienen en 12%- y la conformación del Frente Federal de Trabajadores para tener una participación unificada en los debates sobre la actividad. La paritaria no estuvo en la agenda.