Este es el mismo título de una nota escrita en octubre de 2019, donde se mostró la importancia de vender todos los bonos del mundo. Hoy creo que es de máxima importancia actualizarla e insistir, que puede ser una oportunidad para vender sin sufrir pérdidas catastrófica.
Este es el mismo título de una nota que escribí en octubre de 2019, donde repetí hasta el cansancio la importancia de vender todos los bonos del mundo
Hoy creo que es de máxima importancia actualizarla e insistir, ya que esta puede ser la última oportunidad que tengan de vender sin sufrir pérdidas catastróficas.
Los que leen mis notas hace tiempo, saben que repetí una y otra vez que había que vender los bonos de Argentina (lamentablemente muchos no me escucharon y los resultados están a la vista).
Ahora, luego del derrumbe de la bolsa de EEUU muchos creen estar a salvo teniendo gran parte de su capital en bonos, sean soberanos o corporativos.
Nada más lejos de la realidad. El verdadero desastre todavía no empezó. Y no será en el mercado de acciones. La masacre menos esperada la vamos a ver en el mercado de bonos.
Muchas veces hablé sobre la burbuja crediticia que existe a nivel mundial y las condiciones que la generaron.
En mi nota del año pasado les avisaba que su estallido estaba cerca y en estos momentos, lo estamos viendo en vivo y en directo.
Primero, tuvimos la fallida salida a la bolsa de WeWork (señal de que el dinero gratis comenzaba a agotarse) y las dificultades económicas de China (antes del Coronavirus).
Ahora, el caos generado por el Coronavirus ha paralizado la economía mundial.
¿Y adivinen qué? Las empresas están mega endeudadas y ahora tendrán dificultades económicas.
Quiero empezar por mostrarles un gráfico que compartí la semana pasada con los participantes de nuestro Workshop de Inversiones:
La deuda BBB (categoría más baja de “Investment Grade”) es más del 50% del universo de estos bonos. Noten que hace 20 años ese porcentaje era sólo el 17%. Es decir que de todo el universo “de calidad”, la mitad está al borde de ser considerada “deuda basura” (o junk). Es lógico que con el empeoramiento de las condiciones económicas muchos de estos bonos reciban un downgrade y pierdan la categoría de Investment Grade (cuando eso suceda, muchos fondos que sólo pueden invertir en “grado de inversión” se verán forzados a venderlos).
El mercado ya tomó nota de esto y la venta de bonos ha comenzado. (Vale agregar que incluso mucho de esos bonos BBB ya deberían ser calificados como Junk Bonds. ¿Saben cuáles son las compañías que los califican? Las mismas que decían que los títulos hipotecarios del 2008 eran AAA: Standard & Poors, Fitch y Moodys)
Si no están convencidos de lo que digo, sólo basta ver lo que está pasando con los ETFs de bonos. En la última semana, los Bonos Grado de Inversión (LQD) bajaron un 8,10%:
Por su parte, en la última semana, los Bonos “High Yield” o Basura, bajaron un 5,9% (ya habían empezado a bajar antes):
Como les decía, esta puede ser la última oportunidad de salir de los bonos corporativos de todo el mundo.
Y si alguno piensa que estar comprados en bonos de países emergentes es una buena opción, creo que se equivocan: es una pésima idea.
Pero una vez más, no me tienen que creer a mí. El mercado habla por sí mismo.
Sólo para mostrar un ejemplo vean la explosión que tuvo el Credit Default Swap (que es un seguro en caso de default) de Brasil. Esto equivale a decir que los bonos de Brasil cayeron en picada:
No van a tener otra advertencia. Si tienen bonos (en especial los corporativos) de cualquier país del mundo, la relación riesgo retorno es pésima.
¿Conclusión?
Vender.