El fondo más antiguo es el Kuwait Investment Authority, establecido en 1953
DAVID MOTTURA
¿Vaca Muerta podría tener uno? Hay estados que destinan el dinero del petróleo y el gas a fondos especiales para mitigar crisis o a inversiones para educación, salud e infraestructura.
Cada vez que hay una crisis global de precios, en la política recuperan la idea: ¿y si la Argentina tuviera un fondo soberano o anticíclico con el dinero que generan el petróleo y el gas? Ya hay ejemplos alrededor del globo, algunos muy exitosos, que resultan un buen amortiguador en este contexto de guerra de precios.
El más conocido es el fondo constituido en Noruega, que ya tiene una recaudación de 1000 billones de dólares. “En tiempos de turbulencia, tenemos la posibilidad de sentarnos a esperar que pase”, decía Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega.
Otro modelo es el de Alaska, uno de los distritos de Estados Unidos. El Permanent Fund consiste en recaudar las regalías y su característica principal es que comparte los dividendos con los habitantes de ese estado. El último informe anual completo es de 2018, donde el gobierno de Alaska informa que a cada uno de los 639.247 habitantes que califican para recibir los dividendos se les entregó un cheque de u$s 1600.
El fondo más antiguo es el Kuwait Investment Authority, establecido en 1953. Su misión es conseguir retornos de su inversión a largo plazo que sean una alternativa a las reservas de petróleo, “lo que permitirá a las generaciones futuras de Kuwait hacer frente a las incertidumbres con mayor confianza”.
En tanto, el Qatar Investment Authority tiene como visión “ser reconocidos como una institución de inversión de clase mundial y convertirse en el socio preferido de elección para los inversores, entidades financieras y otras partes interesadas”.
De los siete emiratos que forman los Emiratos Árabes Unidos, dos cuentan con fondos soberanos: el Investment Corporation of Dubai y el Abu Dhabi Investment Authority. El Brunei Investment Agency es el fondo de otro de los países del golfo Pérsico.
México cuenta con el Fondo Mexicano del Petróleo (y agrega “para la estabilización y el desarrollo”). “El Fondo tiene por objeto recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asignaciones y contratos de exploración y extracción de hidrocarburos”, describe en su misión.
El Fondo de Desarrollo Nacional es otro caso de fondo soberano en América Latina. La estatal PDVSA es la encargada de aportar desde 2005 para Venezuela. “De esta manera, se logra una estrecha vinculación del petróleo con lo social en función del bienestar del país”, señala esta iniciativa venezolana, cuya industria actualmente atraviesa una crisis por el bloqueo de Estados Unidos.
Rusia tiene el National Wealth Fund, que aporta al sistema de pensiones de la Federación, compuesto por los ingresos venidos de impuestos a la industria y las exportaciones de petróleo y gas.
En Canadá, la provincia de Alberta cuenta con el Alberta Heritage Fund - -“ningún otro estado de ese país tiene un fondo parecido”, dicen orgullosos-. El objetivo es derivar parte de la renta de los recursos no renovables para apoyar programas sociales, de salud, de educación y de infraestructura.
Libyan Investment Authority es el fondo de Libia, establecido desde 2006, y tiene tres propósitos claros: crear una fuente diversificada de riqueza, estimular la economía con el financiamiento de proyectos y proporcionar estabilidad frente a los volátiles ingresos por el petróleo.
Angola es el segundo productor de petróleo en África, después de Nigeria. Ahí existe el Fundo Soberano de Angola, antes conocido como Fundo Petrolífero. Su visión es “promover el desarrollo social y económico de Angola con la generación de riqueza para los angoleños”.
¿Vaca Muerta podría tener un fondo soberano para captar la renta del shale oil y el shale gas para amortiguar situaciones críticas (estableciendo un precio sostén, como se pide hoy, por ejemplo)?. Algunos políticos lo han planteado. También se ha pensado en otras provincias como Chubut, en formato de fondo anticíclico. En especial en 2016, cuando hubo una fuerte caída de precios.
LmNeuquén
Adriano Calalesina
El especialista sostiene que la teoría de "la maldición de los recursos naturales" lleva a Vaca Muerta a pensar qué hacer con la renta petrolera. ¿Gasto público o inversión?
Carlos Waisman es argentino y tiene un doctorado en Sociología en la Universidad de Harvard, y desde ese lugar, donde se especializa en política comparada, mira a la Argentina y las bondades de los recursos de Vaca Muerta, hoy en una encrucijada por el desplome del precio del barril a nivel mundial.
“Hay que transformar a la provincia de Neuquén en una provincia rica, para cuando se acabe el petróleo”, comentó el especialista en diálogo con +e.
Waisman dio una conferencia abierta el jueves en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional del Comahue bajo el título “¿Neuquén en una encrucijada? Riesgos y oportunidades en la economía hidrocarburífera”, donde planteó qué hacer con la renta petrolera en los estados.
“Planteo que es crucial tratar de entender las políticas con las que distintos gobiernos han respondido a la emergencia de las economías petroleras a gran escala. Hay tres vías para salir de esta situación: la venezolana, la saudita y la noruega. A mí, particularmente, me gusta esta última salida”, indicó el analista, que también se expresó sobre la coyuntura de Vaca Muerta.
Waisman planta que todos los gobiernos, desde los más populares a los liberales, tienen conocimiento de que la industria hidrocarburífera está anclada al precio internacional del petróleo, con sus vaivenes.
Destacó, en ese sentido, el modelo de manejo de los recursos petroleros de Venezuela y señaló que cuando el país sufrió la baja en el precio del crudo, tuvo que emitir moneda y generó una inflación atroz.
Y en ese contexto, destacó como necesario crear un fondo soberano que no vaya exclusivamente al gasto público, como sucedió en ese país sudamericano, ni tampoco concentrar la actividad en la monoproducción petrolera que tiene en estos momentos Arabia Saudita, hoy en una suerte de guerra hidrocarburífera con Rusia.
“Hay una teoría, que es la de ‘la maldición de los recursos naturales’, que habla de la diferencia de rentabilidad que hay entre la economía petrolera y el resto, algo que puede conducir a la monoproducción absoluta, donde las demás actividades se van integrando a la economía petrolera o directamente van desapareciendo”, añadió Waisman.
Sobre la coyuntura política del país, Waisman expresó que hay un escenario de desconfianza de inversores y que aparece nuevamente en escena la palabra “default”, como una opción, en un contexto donde hoy se discute el modelo energético.
“Supongamos que Vaca Muerta funcione y en el mejor escenario posible, que acá hay un aluvión de recursos fiscales para el gobierno de Neuquén y que estamos obviando la crisis del coronavirus y la situación de China, la Ley de Hidrocarburos, etcétera. Supongamos que todo esto se resuelva; entonces, ¿cuál va a ser la medida que tome el gobierno? Por eso es necesario discutir modelos, para cuando en 20 años estemos hablando de otra etapa más allá de la industria petrolera”, sostuvo, aunque esta discusión emerge en un momento difícil para la economía del país.