Gabriela Origlia
A una economía ya complicada en la Argentina y en el mundo el coronavirus (Covid-19) le agregó un impacto significativo. Ya hay estimaciones de lo que el bloqueo en China (un mercado clave para las exportaciones locales) y en otros países afectados tendrán en el comercio y la economía global: la consultora Capital Economics calcula que el brote costará más de US$280.000 millones sólo hasta fines de este mes. La percepción es que hasta el segundo semestre no se regresará a una mediana normalidad en el comercio internacional.
Según un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, del lado del comercio internacional, «entre los países afectados por el brote COVID-19 China es un caso paradigmático para la Argentina ya que es el destino de casi el 90% de nuestras exportaciones de poroto de soja (que aportaron cerca de US$ 3.000 millones en el 2019), el 70% de las carnes bovinas (por más de US$ 2.000 millones) y el 22% de la carne porcina (con un valor de US$ 3,5 millones en el 2019). En Brasil, nuestro principal socio comercial y termómetro de lo que puede esperarse para la actividad económica local, la participación del gigante asiático en las exportaciones es incluso más alta, estimándose que se deterioren sus perspectivas de crecimiento para este 2020».
China representó en 2019 el 14,29% del comercio exterior argentino; el segundo mercado después de Brasil. En materia de importaciones (las chinas se desplomaron 17% en el primer bimestre a nivel mundial), el 19% de las que realiza el país provienen de allí. Del total de las operaciones argentinas, 71,3% corresponde a Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA); 23,4% a Productos Primarios (PP) y 5,3% a Manufacturas de Origen Industrial (MOI).
El impacto del Covid-19 llega por dos vías; en los sectores en los que China es uno de los principales demandantes, hay una reducción en los precios de las commodities debido a una caída de las compras y a las dificultades para exportar. Por otro, en los que el país es un importante proveedor mundial, hay retrasos en las entregas y algunos fabricantes buscan nuevos proveedores.
¿Hay estrategias a instrumentar para reducir el golpe del Covid-19 en las exportaciones? Fernando Vilella, director en Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y experto en China indica que el «terror a las pestes» es «innato y poco manejable, lo que genera cambios en las conductas de consumo». A su criterio, sólo cuando la epidemia empiece a retraerse se abrirá la posibilidad de «recuperar stock y realinear producción» aunque advierte que «mucho de lo no consumido será una pérdida real».
Javier Cao, responsable de inteligencia sectorial de la consultora Abeceb, también apunta al rol que juega el plazo que se extienda la enfermedad; cree que todavía es «muy prematuro» evaluar un impacto. «Si el problema es contenido es posible que gran parte de la caída del PIB chino del primer trimestre se compense con una recuperación rápida; si la espiralización sigue, el efecto será mucho mayor».
Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, indica que los problemas de China y sus satélites se transmiten «rápidamente» al mercado mundial y por la potencia que tienen es «difícil» sustituir esos mercados. La Argentina -comenta- podría intentar buscar compensar con una ganancia de intensidad en el comercio con Brasil y el Mercosur.
«En principio deberíamos estar vendiéndoles más de lo que les vendemos y viceversa. Profundizar el comercio regional es una posibilidad; en algunos casos como carnes aparece la oportunidad de Rusia pero con la caída del precio del petróleo se complica. Temo que estamos al inicio de una crisis económica y comercial por todo lo que está sucediendo. A los países de Europa siempre nos costó acceder, es importante retomar la negociación para el acuerdo entre Mercosur y Unión Europea, al que le quedan puntos por resolver», sostiene el economista.
Desde la consultora DNI, Marcelo Elizondo, entiende que los procesos de comercio internacional son sostenidos en el tiempo y el Convid-19 es dramático «concentrado» en el tiempo: «Hay que demostrar resiliencia y capacidad de sostenerse, esperar a que pasen los problemas, porque es probable que en el segundo semestre los inconvenientes remitan. Por ahora es posible que hasta negocios ya cerrados se caigan».
Menciona que hay factores que los expertos consideran incidirán en mejorar la situación: el calor que comienza en el hemisferio norte y que es un enemigo para la propagación del virus; la experiencia del sistema público de salud realizada en los primeros meses del año y la posibilidad de que aparezca una vacuna. «Hay que esperar y es probable que en un tiempo se puedan reiniciar negocios y operaciones», define Elizondo.
El sector de frigoríficos ya es uno de los más afectados en la Argentina, el gigante asiático representó 75% de las operaciones en el exterior el año pasado. En diciembre había problemas relacionados con la baja de precios (el destino tenía stock acumulado) y por los puertos cerrados por el Covid-19, los envíos están paralizados a nivel mundial.
Involucrados en el negocio subrayan que no hay nada que puedan hacer, salvo esperar a que los puertos normalicen su funcionamiento. Ricardo Schiavoni, gerente del santiagueño Forres Beltrán (enviaba 1.000 toneladas mensuales de carne bovina a Shanghai y Beijing),sostiene que están muy golpeados: «Hacia fin de año fue un problema comercial, cuando los compradores no pudieron convalidar los precios que pagaron a mediados de octubre. Hubo retrasos y renegociaciones de contratos. Desde comienzos de enero empeoró la situación;no pudieron retirar los contenedores y el consumo está muy afectado, con restaurantes cerrados, suspensión de eventos y actividad diezmada».
Una luz se encendió a fines de la semana pasada cuando, según Schiavoni, hubo consultas para reiniciar las operaciones y tratar de alcanzar un ritmo más regular. «Hay que ver cómo se desenvuelve», dice y agrega que hay quienes apuntan a que hay mejores perspectivasen el segundo trimestre.
En el caso de cordobés Logros, por el impacto de la enfermedad redujo a la mitad su faena mensual; de 10.000 cabezas mensuales el 70% llegó a ir a China. A fines del año pasado alcanzaron a enviar tres contenedores diarios a ese mercado, por lo que ahora debieron reperfilar su producción y hasta cortaron las horas extras, según cuenta Mariano Grimaldi, presidente de la empresa. Advierte que el stock acumulado en China demorará mucho más en agotarse porque toda la actividad está frenada y, a la vez, reconoce que es muy complejo reemplazar aunque sea en parte esa demanda.
Para Vilella puede hacerse una analogía entre el Covid-19 con «otros eventos semejantes en los últimos años, todos con una dinámica biológica y otra, social económica». La primera, dice, se está empezando a detener en su centro de origen y a expandir en el resto del hemisferio norte, mientras que en el sur todavía todos los casos son importados. «La experiencia de los chinos puede ser útil al resto del mundo», añade.
En lo económico, el impacto es muy fuerte en logística comercial, productiva y turismo. «En China, en amplias áreas, no circulan los alimentos ni los insumos para producirlos. Lo mismo probablemente ocurrirá en otras regiones como Europa y otros asiáticos importadores como Irán -describe-. La dinámica económica y social va detrás de la biológica por eso se manifiesta a pleno después».
El reporte de Abeceb da cuenta de que en el caso de los granos el impacto sobre las cotizaciones de los commodities es a la baja, tanto en soja como en maíz y el trigo. «En todos los casos el impacto es difícil de aislar dado que el mismo es compensado por la tendencia alcista que mostraban muchos de estos cultivos previo al impacto del virus», indica pero aclara los precios podrían seguir retrocediendo en las próximas semanas, lo que terminará derivando en menores precios para la cosecha 2019/20.
La cosecha local ya está en terreno de definiciones en materia productiva por lo que a ese nivel el golpe será menor, pero sí habrá un efecto en términos de divisas y de rentabilidad. Se suma a la suba de retenciones que ya afecta la rentabilidad.
Garzón ratifica que la agroindustria pampeana es la más expuesta a la profundización de los problemas. En el caso chino, el Covid-19 es un factor coyuntural que se suma a otros estructurales que ya anticipaban inconvenientes, como la desaceleración de su crecimiento por envejecimiento de la población, un cambio de su estructura económica basada más en servicios que en productos industriales y la eliminación de la brecha tecnológica que separaba al gigante del resto de los países desarrollados.
Otros sectores alcanzados por el remezón internacional de la economía son el de petróleo y minería, hay una baja significativa en el precio de estos commodities. El lunes pasado se hundió el precio del barril por la guerra entre Arabia Saudita y Rusia. En el caso de los minerales, cayó el cobre y aumentaron sus precios los metales preciosos por su utilidad como refugio de valor. El impacto de corto plazo sobre la Argentina, apunta Abeceb, es más limitado debido a que ambos sectores están pendientes mayormente de regulaciones internas, por lo que la actividad ya se encuentra frenada.
En el caso del petróleo, la actividad se encuentra en suspenso a la espera de novedades sobre una potencial ley de incentivos; en los minerales, el efecto inicial es incluso positivo dado que la Argentina es exportadora de oro y si bien las expectativas sobre proyectos futuros se centran fundamentalmente en el cobre, al tratarse de una inversión de largo plazo la misma no se ve influenciada por un shock que se asume sería de corto plazo.
En cuanto a los productos en los que China es proveedor, se acumulan retrasos en los envíos y ya hay complicaciones en la cadena de abastecimiento global, especialmente en segmentos como el textil y el de electrodomésticos. En la Argentina, hay empresas de indumentaria que reemplazaron insumos por locales. El sector de los teléfonos móviles en Europa y Estados Unidos ya sufre los efectos del Conavid-19 que obligó al cierre de fábricas en China y afectó las cadenas de suministro de industrias dependientes de componentes fabricados en ese país; aunque algunos centros productivos están volviendo a trabajar llevará tiempo normalizar la situación.
La consutora británica Canalys remarcó que la producción mundial de móviles en febrero se redujo 35% en comparación con los niveles habituales del segundo mes del año; este mes el ritmo de fabricación se recuperaría 85% y en abril se volvería a la normalidad.
Un caso particular es el de la industria siderúrgica, en la que China es tanto el principal demandante como oferente; los expertos estiman que la presión bajista sobre el precio continuará mientras dure el brote con un potencial efecto de mediano plazo si comienzan a liquidarse los stocks.
«El impacto dependerá de la duración de la epidemia y de la reacción de los fabricantes chinos, que ya comienzan a evaluar mayores recortes de producción. A nivel local, el impacto se dará fundamentalmente vía precios y a través de la menor demanda de exportaciones, aunque el requerimiento es fundamentalmente interno», analiza Abeceb. .
Reuters
El presidente chileno Sebastián Piñera dijo el jueves que la propagación mundial del coronavirus va a tener un impacto "enorme" para la economía local debido a su fuerte dependencia de las exportaciones.
En una entrevista con el canal de televisión Mega el mandatario explicó que el retroceso que ha experimentado el precio del cobre, del que Chile es el mayor productor mundial, golpeará las arcas fiscales, lo que se suma a las proyecciones pesimistas para la economía global.
"Para Chile, que es un país abierto, que exporta gran parte de sus productos al extranjero, nos va golpear muy fuerte", subrayó el mandatario.
El peso chileno cerró el jueves por segunda jornada consecutiva en mínimo histórico, mientras que la Bolsa cayó más un 6% afectada por la crisis del virus, lo que se suma a la incertidumbre interna por las protestas sociales que sacuden al país desde octubre.
El mandatario explicó que se reforzarán los resguardos sanitarios en sus fronteras terrestres con Argentina, Bolivia y Perú y no descartó que se adopten medidas de control más estrictas en el país.
Perú tiene los fundamentos económicos para tomar medidas y enfrentar posibles efectos del coronavirus, aunque prevé actualizar sus proyecciones de crecimiento del país minero, dijo el miércoles la ministra de Economía, María Antonieta Alva.
El Gobierno anunció previamente una emergencia sanitaria que ordena el aislamiento por dos semanas de pasajeros provenientes de varios países de Europa y China, así como la postergación del inicio de las clases, la medida más fuerte tomada hasta ahora para proteger a la población del coronavirus.
Los casos confirmados con COVID-19 en Perú ascienden a 13 hasta la fecha.
"Perú tiene las fortalezas macroeconómicas para sobrepasar este shock. Nosotros tenemos un espacio fiscal importante que nos va a permitir medidas para cambiar este temporal", dijo la ministra en una conferencia de prensa, en la que participó el presidente, Martín Vizcarra, y otros ministros.
Alva no detalló las medidas económicas, pero mencionó que el Gobierno ha dispuesto por el momento unos 260 millones de soles (74 millones de dólares) para reducir la propagación del virus y tomar medidas de prevención en las escuelas públicas.
"En nuestro escenario base, el impacto (en la economía local) es limitado. Por supuesto vamos a seguir observando el desempeño económico y esos escenarios serán plasmados en la actualización de las cifras el 31 de marzo", afirmó la ministra.
Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre. China es su primer socio comercial, al que envía principalmente materias primas y productos de agroexportación.
La economía de Perú creció un 2,16% en 2019, su peor desempeño anual en una década, afectada por una desaceleración de la inversión pública, una caída significativa de la industria pesquera y una menor producción minera.
La actual proyección de expansión económica local para el 2020, realizada por Gobierno hace varios meses, es de un 4%.