EDUARDO HORMAZÁBAL
La última reunión de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo, OPEP, culminó sin un acuerdo para reducir la producción y con una disputa entre Arabia Saudita y Rusia por limitar o no el suministro. La decisión árabe de aumentar sus envíos provocó este lunes una lucha por la participación en el mercado que hizo descender al crudo un 22%.
Mientras los precios volvían lentamente al alza, el ministro saudí de Energía Abdulaziz bin Salman dijo que su idea era suministrar hasta 12,3 millones de barriles por día en abril y que no esperaban nuevas reuniones sin acuerdos frente al impacto del coronavirus en los precios de la energía. Su homónimo ruso, Alexander Novak, respondió que su gobierno no descartaba medidas conjuntas con la OPEP para estabilizar el mercado.
En tanto, el resto del mundo espera no sufrir en demasía los avatares de los precios. En el caso de Chile, que este jueves los precios de las bencinas no sufran alzas.
Diego Soffia, director ejecutivo de Efectivo, menciona que el conflicto es “una buena noticia” y que “sí o sí” habrá una baja” de los combustibles,que será pautalina gracias al Mepco y podría durar “algún tirmpo”.
En tanto Cristián Lecaros, CEO de Inversión Fácil, matizó diciendo que “desde el punto de vista de inestabilidad del país, que mantiene al dólar sobre los 800 pesos, no es bueno”.
“Sin embargo”, señaló, “a mediano plazo el Banco Central debería intervenir el precio del dólar para que la baja del precio del barril de petróleo llegue al bolsillo de los consumidores “.
Soffia, finalmente, recordó que “la OPEP siempre ha funcionado como un cartel, donde lo que más existe a la vista de todos es la colusión, una colusión validada donde ellos restringen las cuotas de producción para poder incrementar los precios, afectando a los consumidores y por lo tanto a los países que son importadores de petróleo, como es Chile, y directamente a las normas de la libre competencia”.
El Comercio
LORELY REQUEJO
En el caso de los combustibles de más bajo octanaje, los precios disminuyen de forma sensible solo tres meses después de la caída del precio de petróleo. (Foto: GEC)
Al término de la sesión previa, el precio del petróleo de Texas subió un 10% hasta los US$ 34.36 tras enfrentar su peor caída desde 1991: el pasado lunes, se hundió casi un 25% (31,12 dólares el barril). De este modo, la cifra llegó a niveles similares a los que se observaron en medio de la Guerra del Golfo.
El débil desempeño mostrado hace dos días fue impulsado por la guerra de precios desatada por Arabia Saudita, luego de que fracasaran sus negociaciones con Rusia para limitar la producción del crudo. Así sucedió en medio de un contexto de caída de la demanda debido a la propagación del coronavirus.
A nivel regional, los países que se ven más impactados por este retroceso son aquellos cuyos ingresos dependen del valor de sus exportaciones de crudo, como Ecuador, Colombia y Venezuela.
De otro lado, si bien no existe certeza de que los países importadores de petróleo –el caso de Perú– podrían verse beneficiados con una reducción de precios, se conoce que podrían sufrir otro tipo de consecuencias.
Particularmente, en el caso nacional, los efectos se trasladarían a las inversiones realizadas en cuanto a exploración. “Va a haber menos exploración porque los proyectos petroleros dejan de ser rentables”, afirmó Carlos Gonzáles, gerente de Enerconsult, en conversación con El Comercio.
“Había proyectos de desarrollo que eran rentables hace un mes y que ahora ya no lo son, entonces van a cancelarse o [se] van a suspender”, explicó.
Sobre este mismo punto coincidió Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Nacional de Hidrocarburos.
“El precio del crudo impacta sin duda a los planes de inversión de las empresas que están explorando”, subrayó. “Un precio muy bajo del crudo desincentiva inversiones”.
Cantuarias señaló que es “difícil” prever qué pasará con el precio de los combustibles en los próximos meses. Pese a ello, señala que el coronavirus tiene impacto “sustancial” en términos de desarrollo de la economía.
Por su parte, Renato Lazo, gerente general de la Asociación de Grifos y Estaciones de Servicio del Perú, consideró que este descenso tiene un efecto que “no es inmediato”, ya que las refinerías adquirieron el petróleo que procesan a un precio distinto al que se observa.
“El consumidor peruano va a percibir el impacto de la bajada del precio, pero no va a ser inmediato”, afirmó.
De acuerdo con un informe de la Unidad de Análisis Económico de El Comercio, no resulta tan sencillo encontrar patrones respecto a cuando se traslada la baja del precio del barril de crudo a los consumidores.
En el caso de los combustibles de más bajo octanaje, los precios disminuyen de forma sensible solo tres meses después de la caída del precio de petróleo. Mientras tanto, en el caso de los que tienen mayor octanaje, la repercusión ocurre al mes siguiente.