Las principales empresas de hidrocarburos del país unificaron posición y discurso. Según supo Ámbito, solicitarán una inyección de subsidios para sostener la actividad. Las provincias productoras y los sindicatos, coinciden.
Las principales empresas de hidrocarburos del país pedirán al Gobierno nacional el retorno del barril criollo para sostener el precio local del petróleo entorno a los u$s50.
En línea con el pedido de algunas provincias productoras, las compañías unificaron su postura en las últimas horas y se preparan para participar de la reunión convocada por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Según pudo saber Ámbito, todavía no hay fecha ni lugar, pero sí hay invitados. Kulfas ya se reuniónal menos una vez con Guillermo Nielsen, presidente de YPF, para analizar la caída del crudo internacional y el valor de las acciones de la petrolera de mayoría estatal. Allí se acordó que no varían los precios de los surtidores porque esa decisión golpearía más las acciones, que cayeron de u$s15 a u$s6 de un plumazo.
Este martes Matías Kulfas anunció que se aplicarán Licencias no Automáticas para la importación de petróleo crudo, gasoil y naftas con el fin de evitar maniobras especulativas que afecten la producción local. Fue la primera medida concreta del Gobierno ante el derrumbe del precio del petróleo Brent y WTI.
De las Licencias no Automáticas quedarán excluidos de la disposición los combustibles de aviación, nafta virgen, gas licuado de petróleo y el fueloil pesado para fuentes energía eléctrica, calderas y hornos. Se espera una resolución en el Boletín Oficial.
El pedido de las petroleras de reinstaurar el barril criollo lo anticipó el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren. El denominado "barril criollo" funcionó entre 2007 y 2015 como precio sostén para evitar que una cotización por debajo de los u$s50 afectara las inversiones de las compañías que operan en el país. El objetivo es preservar la actividad y las fuentes de trabajo.
Neuquén es la primera provincia productora que plantea expresamente la necesidad de implementar el denominado barril criollo. “La idea es trabajar en un precio sostén de u$s50 promedio el barril que nos permita darle continuidad a la actividad, preservando los empleos, la producción y las inversiones”, dijo el ministro de Energía neuquino, Alejandro Monteiro, quien reveló que este miércoles las provincias productoras serán recibidas en Buenos Aires por el secretario de Energía, Sergio Lanziani, y el subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajal.
Al mismo tiempo, Pedro Milla, líder de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles (FASPGyBio), dijo que los sindicatos petroleros están en alerta, pero descartó más despidos o suspensiones. "No estaría mal fijar otro barril criollo", dijo Milla en diálogo con Ámbito, y agregó: “El crudo debería estar más alto para dar previsibilidad a las empresas que inviertan”, sostuvo.
Esta semana trascendieron declaraciones de del CEO de YPF, Daniel González, en una conferencia anual con inversores de Wall Street, donde les anunció un recorte de 20% en las inversiones para el 2020. La posición de González fue clara, coincidente con el resto de las petroleras integradas: con el petróleo Brent por debajo de u$s50 no hay espacio para desarrollar nuevos yacimientos de producción no convencional, como los que están en Vaca Muerta.
"Estamos teniendo breakevens bajos con las nuevas perforaciones en bloques ya desarrollados, pero es difícil hacer inversiones en nuevos bloques con precios internacionales menores a u$s50", dijo el CEO de YPF. Sus competidores piensan lo mismo, y así se lo dirán al Gobierno nacional.
Tras el desplome de los precios del petróleo, Ámbito reveló el lunes que la Casa Rosada preparó para estos días una convocatoria a las petroleras para analizar el impacto y algunas iniciativas. Fuentes oficiales indicaron que las medidas a tomar "apuntarán a sostener las inversiones y a proteger las fuentes laborales del sector de los hidrocarburos, principalmente de Vaca Muerta”.
MDZ
PABLO ICARDI
La industria petrolera es una de las más importantes en Mendoza. A los problemas vernáculos que ya frenaban la inversión, se le suma el contexto internacional que puede hacer inviables muchos proyectos.
Si el petróleo y en particular "Vaca Muerta" eran la gran esperanza para generar riqueza en Argentina y en Mendoza, ahora son esa industria es una preocupación. Puede sonar exagerado, pero la burbuja de la ilusión petrolera comenzó a desinflarse y al contexto interno adverso se le sumaron variables inmanejables.
El derrumbe y la inestabilidad del precio internacional del petróleo suma un problema más en la ecuación económica de los proyectos de inversión que tienen las empresas para Argentina y pone a muchos de ellos abajo de la línea de viabilidad. El efecto negativo se potencia en el sector de explotación de petróleo no convencional, que en Argentina se traduce en los trabajos sobre la formación Vaca Muerta. En ese caso para Mendoza es más un impacto a las esperanzas de futuro que sobre la realidad, pues el fracking es aún una actividad incipiente y hay una sola empresa que está en desarrollo pleno. Pero también podría cortar las proyecciones de inversiones que tenía, por ejemplo, YPF sobre Vaca Muerta o con proyectos de petróleo pesado o recuperación secundaria.
En el caso del área Puesto Rojas que explota El Trébol, por ejemplo, cuando se otorgó la concesión por 35 años el precio internacional del petróleo de entre 65 y 70 dólares. Ayer, cayó a 35 dólares.
Pero el efecto negativo complica a toda la industria y Mendoza sufre las consecuencias. Otras inversiones previstas para este año y los siguientes que no tienen a Vaca Muerta como protagonista, pero sí a la explotación de petróleo pesado (como los realizados en Llancanelo) y también la explotación convencional pueden quedar afectados.
En el Gobierno monitorean la situación y la preocupación central no tiene que ver con los ingresos directos que genera el petróleo a las cuentas públicas a través de las regalías (que caerá), sino por el nivel de actividad y las consecuencias para la economía y el empleo. La tensión que se generará para el Ejecutivo no es nueva y oscilará entre la exigencia de cumplimiento de los contratos de concesión y el acompañamiento a las empresas. "Las inversiones bajo contrato deben cumplirse", aseguraron a MDZ desde el Ejecutivo. Ese mensaje tiene como principal destinatario a YPF. Mendoza preveía recaudar este año más de 10 mil millones de pesos por regalías.
Para Mendoza la industria petrolera no es una actividad más. Es que para la provincia no solo es una industria extractiva, sino que tiene un componente industrial enorme. Toda la cadena de valor de la industria está en la provincia y aporta más del 20% del PBG, con cerda de 4 mil millones de dólares. Desde la exploración, hasta la distribución de combustible. Mendoza es la cuarta provincia productora de petróleo, pero tiene la segunda refinería más grande del país y distribuye (a través de poliductos y transporte) combustibles a la zona norte y centro del país.
El potencial petrolero de Mendoza estuvo dormido por la falta de inversión en exploración durante más de una década, pero hubo un amague de reactivación que sumó expectativas. Tanto, que se generó una burbuja que ahora se desinfla. Las reservas comprobadas rondan los 45 millones de metros cúbicos de petróleo y se producen entre 75 mil y 80 mil barriles diarios en unos 2300 pozos activos.
El contexto internacional complica aún más a la industria energética. La baja en el precio desinfla las expectativas de inversión y aparece ahora como el principal escollo. Ese es uno de los "demonios", pero no el único.
El primer problema apareció para los petroleros con el cambio de las reglas de juego durante el final del mandato de Mauricio Macri. El combo incluyó el cese de los beneficios para explotar Vaca Muerta, el congelamiento del precio de los combustibles y el precio del dólar al que se liquida y del valor del barril; política que se mantuvo con Alberto Fernández.
Otro condicionante tiene que ver con el anuncio de una nueva ley de inversiones para el sector, cuestión que generó expectativas pero también incertidumbre. Eso generó un parate para esperar a conocer cuáles serán las condiciones que el gobierno de Alberto Fernández buscará imponer en el sector. La demora en dar a conocer la "ley Nielsen" suma más dudas.
El potencial de esos recursos tienen como otro condicionante en Mendoza la falta de infraestructura como caminos, oleoductos y tendidos eléctricos. Por eso, por ejemplo, el proyecto que avanzó se ejecuta en una zona ya explotada de manera convencional que se potenció ahora "bajando" hasta la roca madre En Mendoza YPF y El Trébol son las empresas que más avanzados tenían sus proyectos para innovar e invertir en petróleo no convencional. En el caso de El Trébol es la única que tiene una concesión en ese plano. Se trata del área Puesto Rojas, donde consiguió permiso para explotar por 35 años un reservorio en Vaca Muerta, con regalías al 9%. la baja del 30% que sufrió el crudo en el mundo.
En síntesis, la caída del petróleo lo soportaría el consumidor, el Estado Nacional mantendría sus ingresos por recaudación y las petroleras se comprometerían a mantener la actividad sin afectar las fuentes de trabajo.
Una alternativa que, en este triángulo poco amoroso, pierde el más débil…