El rol de la mujer en la minería argentina y los desafíos pendientes
La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) entrevistó a Laura Ropolo, Subsecretaria de Desarrollo Minero y a Sylvia Gimbernat, Subsecretaría de Política Minera, para conocer cuál es el rol de la mujer en la minería argentina actual en el marco del 8-M.
Laura Ropolo, Subsecretaria de Desarrollo Minero, es economista, docente e investigadora. Su especialidad es la competitividad sistémica en entramados productivos en general y es una apasionada del estudio de los territorios y sus realidades socioeconómicas y culturales.
¿Cómo ha sido su experiencia en la industria?
Muy gratificante. Me siento útil formando equipos de profesionales multidisciplinarios o evaluando realidades socioeconómicas y diseñando participativamente planes de desarrollo endógeno, donde la existencia de un proyecto o una mina lo hace posible. Sin ella estarían sumidos a la pobreza muchos territorios de nuestro país (en la puna o en la meseta patagónica o en nuestros pueblos andinos). La vida me llevó a que la minería sea hace más de 15 años la “vocación productiva” con la que trabajo desde cada uno de los ámbitos que me desempeñe y me desempeño. Docente, Investigadora, analista, consultor o funcionario público de provincia o de nación, hoy. Soy feliz siendo minera.
Rescato del sector mucha ciencia aplicada, muchos hombres y mujeres que entregan gran parte de su vida a estudiar y a trabajar para lograr convertir potencial geológico minero en verdaderos procesos de desarrollo. Hay buenos y malos ejemplos, de todos se aprende.
Me siento una privilegiada de poder ser minera, aunque lo sea “de mina abajo” o de “comunidades”. Me siento orgullosa de los mineros “reales” y creo debemos honrarlos por sus esfuerzos personales.
Agradezco a mi familia el esfuerzo que hace para permitirme cumplir mi profesión que a veces nos distancia del hogar en momentos que no se repetirán. Desde el lugar que me toco o que me toque que en esta industria realmente cada sinsabor siempre tiene su recompensa. Trabajar en la minería contemporánea en Argentina realmente es virtuoso, desafiante y comprometedor a más.
¿Cómo ve la situación actual de las mujeres en la minería?
Mejorando y ganando terreno.
Tanto en las operaciones como en los cargos gerenciales de empresas como en el sector público regulador cada vez somos más las mujeres.
Todo se adapta y se torna más “sensible” al convivir con mujeres. Desde cosas simples a las más complejas en los campamentos, en los horarios, en las reuniones. Siempre una mujer da un toque que disrumpe lo tradicional. Es una industria tradicionalmente machista hoy reconvertida.
Hay sobradas experiencias de mujeres mineras que realmente han cambiado la forma de hacer minería en el país y empresas que permiten que se desarrollen habilidades. No me gusta generalizar pero, en un equipo minero con una mujer, seguramente el grado de eficiencia es mayor.
La mujer no descansa hasta que el proceso esté sistematizado e impecable y además está en su trabajo y en la realidad de la familia directa e indirecta a la vez, o mira situaciones básicas de convivencia que el hombre generalmente no percibe.
La mujer es más obsesiva ante la posibilidad de mejorar un proceso. Al menos, esa es mi experiencia. Me gustan los equipos mixtos, hasta un hombre es más eficiente con una mujer al lado.
Tengo que agradecer a muchos hombres que han sido jefes o compañeros de trabajo que nos han dado la oportunidad de desarrollarnos profesionalmente junto a personalmente.
Se que aún los índices de masculinidad son altos en la industria y tenemos que seguir ahondando posibilidades para que más mujeres que quieran puedan ser mineras.
¿Qué le aporta la inclusión de la mujer a la industria minera?
Humaniza la minería. La “perfuma”, en el sentido de que hasta la más “dura” ingeniera o abogada o conductora de un “fuera de ruta” no solo se ocupará de su trabajo, sino que estará atenta a lo que le pasa al grupo o vera a detalles que a un hombre suelen pasárseles.
Hoy los mismos hombres para tareas de mucha precisión, eligen mujeres. Hay competencias laborales en las que se eligen mujeres, conducir camiones fuera de ruta es una. Eso es muy bueno. Aún igualmente hay mucho por recorrer en términos de igualdad de género en este sector y en la economía en general.
¿Cuáles deberían ser los temas a tener en cuenta para que siga creciendo la inclusión?
Consideraciones que tengan que ver con gestión por resultados, teletrabajo, roster’s adecuados a la realidad familiar de cada operaria/jefa/o el cargo que le toque según su habilidad. El doble rol de la mujer de trabajadora minera y ama de casa, madre, esposa debe ser considerado empáticamente.
Muchas mujeres que han progresado profesionalmente en el sector han sacrificado su vida familiar en extremo y eso debería poder armonizarse mejor. No puede ser una cosa o la otra. Debemos encontrar el término medio.
Sylvia Gimbernat, Subsecretaría de Política Minera de la Nación, inició su experiencia en la industria hace 20 años, siempre desde el Sector Público, Académico, Legal y Técnico. Reconoce que no ha sido fácil su inserción por lo que es gratificante poder, desde su función, trabajar por una gestión de cambio, instalando inclusión.
¿Cómo ve la situación actual de las mujeres en la minería?
Actualmente, la situación de la mujer en la minería es mejor, pero se necesita seguir trabajando e implementando herramientas, que logren el acceso a puestos de poder que marcan desigualdad, terminar con las brechas salariales entre hombres y mujeres, así como también aumentar la participación de la mujer en la Ciencia y Tecnología.
¿Qué le aporta la inclusión de la mujer a la industria minera?
Lo que le aporta la mujer a la industria es un desafío que implica garantizar la igualdad de oportunidades, aumentar su contratación, ascender a cargos superiores, garantizar igual de remuneraciones, planificar el desarrollo de su carrera atendiendo la condición de mujer, incorporar su perspectiva en las negociaciones, controles y decisiones relacionadas con la comunidad, involucrarse en su salud, educación, erradicación de la violencia de género, establecer mecanismos de acceso en la justicia, y evaluar el impacto de la actividad minera sobre su vida.
La fuerza del movimiento de mujeres en nuestro país permite prever que el cumplimiento de estas metas es posible, asegurando modelos de minería sustentable basados en una ética del cuidado.
¿Cuáles deberían ser los temas a tener en cuenta para que siga creciendo la inclusión?
En mi opinión, tendría que hablarse de paridad de género contribuyendo a la inclusión sustentable de la mujer en la minería, implementando una gestión de cambio como eje principal.