A través del Boletín Oficial , el Gobierno confirmó la creación del Plan Nacional de Obras Públicas denominado "Argentina Hace", el cual comprende la ejecución de pequeñas y medianas obras en todo el país con el objetivo de reactivar la economía, generar empleo local y garantizar el acceso a derechos.
La resolución 12/2020, firmada por el Ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis , consiste, a partir del financiamiento de obras y servicios públicos, en la reanimación de las economías locales, asociadas al sector de la construcción y rubros afines, la generación de mano de obra intensiva y la consolidación local y regional.
El Plan, explica el documento, se desarrollará con financiamiento nacional y se ejecutará a través de las provincias y los municipios cuyos proyectos resulten aprobados para su ejecución.
Además, esta reglamentación propone una acción inmediata con obras de corto plazo , generando un fuerte impacto en las economías locales, pudiendo ser efectuado a través de diversas entidades de la comunidad y que se encuentren legalmente constituidas tales como Cooperativas, Organizaciones Sociales, trabajadores de la economía popular y/o MiPyMEs radicadas prioritariamente en cada zona de intervención.
Según detallan, "Argentina Hace" promueve "la creación de nuevos puestos de trabajo en los territorios locales respetando un criterio de equidad de género, tendiendo a cubrirse los mismos bajo un régimen de paridad".
Por último, en la resolución se mencionan tres pautas que deberán tener en cuenta las distintas provincias y municipios en relación a los proyectos que se presenten.
Ciudad de Buenos Aires, 09/03/2020
VISTO el Ex–2020-14790433-APN-SGA#MOP del Registro del MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, la Ley de Ministerios N° 22.520 texto ordenado por Decreto N° 438 del 12 de marzo de 1992 y sus modificatorios, el Decreto N° 7 de fecha 10 de diciembre de 2019 y el Decreto N° 50 de fecha 19 de diciembre de 2019; y
CONSIDERANDO:
Que, entre las facultades del MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, conforme el Decreto N° 7 de fecha 10 de diciembre de 2019, se encuentra la de entender en la formulación, elaboración y ejecución de la política nacional relacionada con obras de infraestructura habitacionales, viales, públicas e hídricas.
Que resulta indispensable promover la reactivación de las economías locales, del sector de la construcción, la generación de mano de obra intensiva y la consolidación local y regional.
Que a fin de lograr los objetivos indicados resulta conveniente la implementación de un Plan de alcance nacional al que se denominará “ARGENTINA HACE” y cuya finalidad primordial está dada por el restablecimiento de las obras y construcciones en todo el territorio nacional como motor del desarrollo.
Que entre los objetivos del Plan “ARGENTINA HACE” se propicia garantizar derechos, mejorando el nivel de empleo, la distribución de los ingresos y el acceso a servicios urbanos e infraestructura social básica.
Que el Plan se desarrollará con financiamiento nacional y se ejecutará a través de las Provincias y los Municipios cuyos proyectos resulten aprobados para su ejecución.
Que en virtud de lo normado por el Decreto N° 50 de fecha 19 de diciembre de 2019, Anexo 3, Acápite XIII, se encuentran bajo la órbita de este MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, la Dirección Nacional de Vialidad, el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA), Agua y Saneamientos Argentinos S.A. (AYSA), Corredores Viales S.A., Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) entre otros, conformando un núcleo de actuación conjunta que permitirá asistir la demanda que el PLAN conlleva.
Que el Plan propone una acción inmediata con obras de corto plazo de ejecución, generando un fuerte impacto en las economías locales, pudiendo ser efectuado a través de diversas entidades de la comunidad y que se encuentren legalmente constituidas tales como Cooperativas, Organizaciones Sociales, trabajadores de la economía popular y/o MiPyMEs radicadas prioritariamente en cada zona de intervención.
Que el MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS concentrará entre sus obligaciones principales y en la medida de la disponibilidad de recursos financieros suficientes, las de financiar y monitorear los proyectos de obra que resulten aprobados.
Que el Plan “ARGENTINA HACE” promueve la creación de nuevos puestos de trabajo en los territorios locales respetando un criterio de equidad de género, tendiendo a cubrirse los mismos bajo un régimen de paridad.
Que el Plan a su vez, propicia la generación de capacidades individuales y colectivas, a partir de posibles intercambios con Instituciones de Formación y Capacitación en artes y oficios vinculados a la construcción.
Que los interesados cuyos proyectos resulten aprobados, ajustarán la mecánica de acreditación de la inversión efectuada conforme los lineamientos expuestos en el Reglamento General para la Rendición de Cuentas de Fondos Presupuestarios Transferidos a Provincias, Municipios y/u Otros Entes de aplicación en el ámbito de este Ministerio.
Que por la normativa mencionada en el considerando precedente se deberá incorporar como ANEXO a los Convenios que se suscriban con las Provincias o los Municipios, formando parte de la documentación contractual en los procedimientos de contratación que se lleven adelante como consecuencia de la suscripción de tales Convenios.
Que la SECRETARÍA DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA dependiente del MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS ha tomado la intervención de su competencia.
Que el presente Plan será financiado en función de los recursos financieros existentes en la jurisdicción de este MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, como así también con los presupuestos propios de los organismos descentralizados o empresas o entes del Sector Público Nacional que se encuentran dentro de la órbita de este MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS y que adhieran al presente PLAN.
Que la DIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS JURÍDICOS DEL MINISTERIO DE INTERIOR, ha tomado la intervención que le compete en virtud del art. 7 del Decreto N° 50 de fecha 19 de diciembre de 2019.
Que la presente medida se dicta en uso de las facultades conferidas por la Ley N° 22.250 (texto ordenado por Decreto N° 438/92) y Decretos N° 7/2019 de fecha 10 de diciembre de 2019 y N° 50/2019 de fecha 19 de diciembre de 2019.
Por ello,
EL MINISTRO DE OBRAS PÚBLICAS
RESUELVE:
ARTÍCULO 1°– Créase el Plan Nacional de Obras Públicas denominado PLAN “ARGENTINA HACE”, en el ámbito del MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS.
ARTÍCULO 2°– Apruébase el Reglamento del PLAN “ARGENTINA HACE”, que, como Anexo I, registrado bajo el número PV-2020-15279839-APN-MOP, forma parte integrante de la presente medida.
ARTÍCULO 3°– El objeto del PLAN “ARGENTINA HACE” consiste, a partir del financiamiento de obras y servicios públicos, en la reactivación de las economías locales, asociadas al sector de la construcción y rubros afines, la generación de mano de obra intensiva y la consolidación local y regional.
ARTÍCULO 4°– El gasto que demande el cumplimiento de la presente medida será atendido con las partidas presupuestarias que se asignen en cada Convenio Específico.
ARTÍCULO 5°– Las Provincias y los Municipios deberán observar las siguientes pautas en relación a los proyectos que se definan en el marco del PLAN “ARGENTINA HACE”:
a) Realizarse a través de diversas entidades de la comunidad y que se encuentren legalmente constituidas tales como Cooperativas, Organizaciones Sociales, trabajadores de la economía popular y/o MiPyMEs radicadas prioritariamente en cada zona de intervención. Asimismo y en situaciones especiales, podrán encararse las obras por administración, siempre que ello implique la contratación de nueva mano de obra.-
b) Llevar adelante un proceso de participación y capacitación inicial que promueva la participación de la comunidad en el PLAN “ARGENTINA HACE”.
c) Ejecutarse en un plazo no mayor a CIENTO OCHENTA (180) días.
ARTÍCULO 6°– Facúltase a los Señores SECRETARIOS DE OBRAS PÚBLICAS y DE INFRAESTRUCTURA Y POLÍTICA HÍDRICA a fijar los montos máximos financiables por obra que se ejecutarán en el marco del PLAN “ARGENTINA HACE” creado por el art. 1° de la presente medida, como así también a suscribir los Convenios Específicos, Actas Complementarias, Adendas y todo otro acto administrativo necesario, en el marco de sus competencias.
ARTÍCULO 7°– Asimismo y ante proyectos cuya incumbencia específica corresponda a organismos descentralizados o a empresas o entes del Sector Público Nacional que se encuentren dentro de la órbita de este MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, se procederá a su remisión a los fines de la debida intervención técnica, legal y financiera, en el marco de sus competencias y del presente PLAN.
ARTÍCULO 8°– La Autoridad de Aplicación del PLAN “ARGENTINA HACE” será la SECRETARÍA DE OBRAS PÚBLICAS dependiente del MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, a través de la UNIDAD COORDINADORA que a tal efecto se constituya y que estará integrada por personal de esa Secretaría y de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica. Dicha UNIDAD tendrá a su cargo la formulación de las normas aclaratorias y complementarias y de los criterios de distribución de los recursos.
ARTÍCULO 9°– La presente Resolución comenzará a regir desde el día de su publicación en el Boletín Oficial.
ARTÍCULO 10– Comuníquese, publíquese, dése a la DIRECCIÓN NACIONAL DEL REGISTRO OFICIAL y archívese. Gabriel Nicolás Katopodis
NOTA: El/los Anexo/s que integra/n este(a) Resolución se publican en la edición web del BORA -www.boletinoficial.gob.ar-
e. 10/03/2020 N° 13228/20 v. 10/03/2020
Fecha de publicación 10/03/2020
La Nación
CARLOS MANZONI
Se acumulan ya 17 meses de baja de la actividad y se perdieron 90.000 puestos de trabajo directos desde 2018; la obra pública está golpeada por el ajuste fiscal y por el corte del financiamiento externo, mientras que la privada padece la falta de inversión ocasionada por la incertidumbre macroeconómica.
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Atravesada por los males de la coyuntura macroeconómica, la construcción es otro de los motores de la economía argentina que se apagó o, al menos, empezó a funcionar a media máquina. Los dos pilares que la componen están golpeados: la obra pública está prácticamente paralizada, debido al ajuste fiscal y a la imposibilidad de obtener crédito en los mercados, y la obra privada no recibe inversiones por culpa de los miedos propios de la recesión. ¿Conclusión? La actividad cayó 13,5% en enero respecto de igual mes de 2019, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos ( Indec ).
¿Qué esperar en medio del actual panorama? Nadie vislumbra que este sector amague con una recuperación, al menos hasta mitad de año. El tenue optimismo está dado, de todos modos, por una razón que no es un síntoma de buena salud para la economía en general: como los argentinos no tienen otras alternativas financieras donde colocar sus ahorros, podrían volcarse a la refacción, ampliación, remodelación y autoconstrucción, algo que impulsaría un poco la actividad y la venta de materiales.
Rodrigo Álvarez, economista y CEO de la consultora Analytica, comenta que el desplome de la construcción se verifica tanto en la obra pública, en el contexto de un ajuste fiscal que afecta principalmente a la inversión del Estado, como en la obra privada, inmersa en un mercado completamente paralizado. "No hay buenas perspectivas para el sector hasta que no se reactive la economía y vuelva a ser receptor de excedentes de otras actividades", opina.
Al poner el foco en cada una de las patas de la construcción, Álvarez dice que el plan de obra pública apenas se está delineando y, a fin de cuentas, su dimensión va a depender del presupuesto, que a su vez estará supeditado a lo que resulte de la reestructuración de la deuda. "La obra privada, en tanto, continuará el curso de las obras iniciadas, porque el costo en dólares bajó mucho. Sin embargo, la tasa de salida es baja en un mercado inmobiliario que prácticamente no se mueve, por resistir una baja de precios en un contexto de falta de demanda", analiza el economista.
Julio Crivelli, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), afirma que su sector atraviesa desde 2018 una situación dramática, de dificultad financiera y crisis recesiva. "Esto lo padece la obra pública y de viviendas, por la falta de pagos y por las obras paralizadas, pero también el sector privado, donde las expectativas son relativas. Si se resuelve la cuestión de la deuda y hay una nueva ley de presupuesto, puede ser que la estabilización de la economía traiga alguna actividad", evalúa el directivo.
Asimismo, Camarco expresó mediante un comunicado que la incertidumbre en el mercado afectó el inicio y la continuidad de las obras privadas, ya que las dificultades financieras y la falta de ventas afectan el fondeo de los proyectos. "De hecho, en enero de 2019 se registró el menor número de operaciones inmobiliarias de la serie estadística", manifestó la entidad.
La cámara sectorial también comunicó que en el ámbito de la construcción privada hay una parálisis de las inversiones industriales, ante la falta de un horizonte claro y frente a las restricciones cambiarias y para la remisión de utilidades al exterior. "Sectores que requieren fuertes inversiones privadas, como la industria del gas y petróleo, particularmente el desarrollo de Vaca Muerta, energías renovables y minería, se encuentran fuertemente restringidos o paralizados, a la espera de un escenario claro. La falta de presupuesto nacional para obras de vivienda social y los atrasos en los pagos de las obras públicas certificadas completan el cuadro de situación", se señala desde la cámara.
En el Instituto de Estadística y Registro de Industria de la Construcción (Ieric), remarcan que la actividad empezó a caer fuerte a mediados de 2018, cuando sufrió el impacto de la gran devaluación comenzada en marzo de ese año. "A partir de ahí, ya nunca se recuperó. Y eso fue muy malo, porque si la construcción anda mal, se frena la actividad de la economía en su conjunto, ya que este sector no solo moviliza en forma directa, sino que también dinamiza indirectamente otros sectores industriales y comerciales", explican.
A la hora de desgranar las razones del derrumbe, en el Ieric señalan como grandes culpables a la paralización de la obra pública en 2019 (se terminaron grandes obras en la Ciudad de Buenos Aires y, al igual que en el resto del país, la crisis macroeconómica cortó la posibilidad de nuevos proyectos) y al contexto desfavorable para la inversión, que desalentó nuevos desarrollos en la obra privada.
La mala situación tiene su reflejo en la variación de la compra de materiales para la construcción. Tal como publicó el Indec el jueves pasado, en enero de este año el consumo de asfalto cayó 63,6% respecto de igual mes de 2019; el de hormigón elaborado, 43,1%; el de grifería, tubos de acero sin costura y vidrio, 17,4%; el de hierro redondo y aceros para la construcción, 15,4%; el de cemento portland, 14,7%; el de mosaicos y calcáreos, 13,7%; el de artículos sanitarios de cerámica, 11,3%; el de pinturas, 7,2%, y el de cales, 6,8%.
Según especifica Pedro Brandi, presidente de Grupo Construya, hay que tener en cuenta que en un año promedio la venta de materiales de construcción tiene 20% de su demanda representada por la obra pública, 20% por la compra para reparación, refacción, ampliación y autoconstrucción, y 60% por lo que se considera la obra privada propiamente dicha (gran parte de eso lo representa la vivienda familiar; un 15%, las grandes torres, y el resto, los monobloques y los edificios).
Por su parte, Damián Di Pace, economista y director de Focus Market, remarca que la construcción, tanto pública como privada, es una actividad gran dinamizadora de la economía. "Por eso, la Argentina debería generar incentivos fuertes para fortalecer las inversiones en este sector. El déficit fiscal y la imposibilidad de endeudarse en los mercados implican caída de inversión en el sector público; pero, por otro lado, la restricción a la compra de dólares para atesoramiento a la cotización oficial puede redireccionar a la construcción privada el ahorro que no puede refugiarse en moneda estadounidense", analiza.
Es bastante unánime la opinión de los especialistas consultados respecto de que en 2020 no se producirá una explosión de la obra pública. "No vemos un movimiento significativo en las obras públicas y pensamos que no va a ser un año bueno en ese aspecto. Además, todos los proyectos de PPP (participación público privada) se cortaron por falta de financiamiento, porque eran proyectos apalancados con crédito privado, hoy cerrado", dice Brandi.
Sí podría verse un pequeño repunte por el lado de la refacción, remodelación, ampliación y autoconstrucción. En el Ieric destacan que lo poco que se movió de la actividad en 2019 fue aquello impulsado por ahorros volcados a refacciones o construcciones de viviendas familiares. "Esto se refleja en la performance del cemento en bolsa, que terminó el año con una caída de 7,6%, pero que en diciembre cayó menos (en ese mes bajó 4% el consumo en bolsa, mientras que la compra a granel bajó 17%)", relatan en este instituto.
Otro indicio que da lugar a cierto optimismo es que, tal como señalan en el Ieric, el único dato positivo de 2019 fue que los permisos de obra crecieron 11% en el acumulado del año y dieron un salto de 48% en diciembre respecto de igual mes de 2018 (en enero de este año subieron 7,5% en comparación con igual mes de 2019). "Esto significa que hay muchas obras proyectadas que, si bien no se iniciaron por la incertidumbre general, en cuanto haya una señal positiva, empezarán a levantarse", explican en ese instituto.
Sucede que, tal como indica Brandi, el costo de la construcción está 30% más barato que su promedio histórico (hoy está en torno de US$700 el metro cuadrado), algo que, pese a que el resto de las variables no acompaña, hace muy atractivo a este sector para el inversor. "En este sentido, pasa algo parecido a lo que sucede con las acciones cuando están bajas: todos compran porque estiman que van a subir y ganarán con la diferencia", acota.
Carlos Spina, director comercial de Argencons y secretario general de la Asociación Empresaria de la Vivienda, dice que entre la devaluación y el cepo cambiario se generó una brecha que hace que hoy sea mucho más barato construir. "Acá hay una oportunidad importante para los que quieran invertir desde el pozo. Por parte del Estado hubo medidas tendientes a incentivar la oferta, pero faltaría complementar con estímulos a la demanda", agrega.
Pero en este aspecto también hay cuestiones propias del país que complican las cosas. Di Pace hace mención a la burocracia que existe a nivel local para iniciar una construcción y menciona el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial, en el que, en un ranking que mide la facilidad para iniciar proyectos, la Argentina está en el puesto 150 entre 190 países, detrás de sus vecinos Chile, Paraguay y Uruguay. "Acá se necesita casi un año de trámites para empezar a levantar un edificio", enfatiza el analista económico.
En este contexto, la Camarco presentó una serie de propuestas para reactivar el sector, como la aplicación a toda empresa constructora de regímenes fiscales y previsionales de excepción; el establecimiento de una línea de descuento de certificados de obra pública, y la neutralización de los contratos (sin multas ni sanciones por un plazo), entre otras.
En un plano más estructural, la cámara sectorial sugirió, además, que se fije un incentivo fiscal a la construcción de nuevas viviendas para sectores medios; que se impulse un proyecto de ley que establezca que los créditos hipotecarios se actualicen por el coeficiente de variación salarial (CVS), y la puesta en marcha de un plan de construcción de viviendas sociales, a través de los institutos de vivienda provincial (IPV) con recursos del Estado Nacional.
En este complicado escenario económico navega hoy la construcción: la foto actual de este histórico motor de la economía argentina es más que preocupante y, por ahora, lo que se puede llegar a vislumbrar de la película en el futuro cercano no es más que una tibia recuperación.
Así como en momentos de bonanza la construcción es el sector que más rápido repunta y se convierte en gran generador de puestos de trabajo, en épocas de vacas flacas también es el que más rápido sufre el deterioro de la actividad y la pérdida de empleos . Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en diciembre de 2019 el número de asalariados registrados en el sector privado cayó 12,4%, con respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en el acumulado de enero a diciembre hubo una baja de 5,2% (se pasó de 434.260 puestos a 374.059).
Según el Instituto de Estadística y Registro de Industria de la Construcción (Ieric), el actual número de empleados registrados en el sector es el más bajo de los últimos 15 años. "Se han perdido 90.000 puestos de trabajo directos desde marzo de 2018, a los que hay que sumar los indirectos de la industria proveedora. Esto se debe a que hay mucha incertidumbre respecto del futuro", opinó Julio Crivelli, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco).
Estos datos no resultan extraños, si se tiene en consideración que el sector lleva 17 meses consecutivos de caída de su actividad. Pero lo que sucedió en diciembre de 2019 fue lapidario: se perdieron 19.586 puestos en tan solo 31 días.
Rodrigo Álvarez, CEO de Analytica, ratifica que la situación en el empleo es preocupante, porque se están perdiendo puestos a un ritmo muy intenso. "Las empresas no están en condiciones de sostener esta parálisis por mucho tiempo más, sobre todo teniendo en cuenta que el sector público también está frenando los pagos y desembolsos", señala.
Por su parte, Carlos Spina, director comercial de Argencons y secretario general de la Asociación Empresaria de la Vivienda, dice que se observa una aceleración de la destrucción de puestos de trabajo en los últimos tres meses. "Yo creo que, no habiendo obra pública a la vista, debe haber una iniciativa para promover la obra privada. En esa línea, desde la Mesa de la Vivienda armamos un plan de incentivos sectoriales que queremos presentar al Gobierno", comenta.
El economista Javier Lindemboin, investigador del Conicet, profesor de la UBA y director en esa universidad del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Ceped), explica que la importancia del empleo sectorial no deriva tanto de su cuantía (nunca ha llegado a ser el 10% del total). "Deriva, eso sí, del hecho de estar asociados su volumen y su dinámica al ciclo económico, estimulándolo a partir de que en alta proporción sus miembros -aun siendo una expresión del empleo masculino con remuneración más rezagada- son a la vez parte constitutiva de la demanda de consumo interno", afirma.
Lindemboin agrega que la precariedad sigue predominando entre los asalariados (el índice pasó de 68% en 2004 a 61% en 2006) mientras que entre 2016 y 2018 se mantuvo en torno del 54%. "Hay que tener en cuenta que, desafortunadamente, ese sector del Indec no proporcionó la información del período en que el instituto sufrió la intervención, de modo que por esa vía no es posible conocer la evolución durante casi una década (de 2007 a 2015 inclusive)", comenta el especialista.