La falta de definiciones sobre la reestructuración de la deuda genera incertidumbre empresarial
SOFIA TERRILE
En un escenario de incertidumbre , el tiempo se convierte en una variable negativa. Así lo demuestran las caídas de las grandes empresas argentinas que cotizan en Nueva York : transcurridos los dos primeros meses del año, valen casi US$2000 millones menos, aunque no existan demasiados eventos negativos disruptivos para justificarlo.
Más específicamente, fue un retroceso de US$1941 millones en su capitalización bursátil , es decir, aquella medición que indica cuánto vale una compañía según el número que le atribuye el mercado .
En total, la suma de 15 compañías pasó de US$49.953 millones a US$48.012 millones entre el 1 de enero y el 28 de febrero pasados.
Entre las 15 firmas , de acuerdo con datos que elaboró la gerenciadora de patrimonios FDI, las que más perdieron fueron Central Puerto (33,33%), Cresud (31,39%) e YPF (31%). En el primer caso, la capitalización bursátil pasó de US$732 millones a US$488 millones. En el segundo, de US$363 millones a US$249 millones. Y en el tercero, la mayor pérdida de la terna en términos absolutos, de US$4555 millones a US$3143.
Completan el top 5 de las mayores pérdidas Edenor (28,75%) y Pampa Energía (27,88%). En tanto, solo dos compañías cerraron los primeros dos meses del año con números positivos en su capitalización bursátil : fueron Mercado Libre, que avanzó 7,71%, y Telecom, que creció 2,20%. Los avances de estas dos firmas son más por mérito propio que por políticas sectoriales, coinciden los analistas.
El mercado de capitales nacional -y, por ende, su reflejo en la cotización internacional de las acciones argentinas- se está moviendo al compás de la incertidumbre, dice María Laura Tramezzani, socia de AAG Finanzas. "Hay deadlines muy importantes de deuda en los próximos meses y hoy hay un solo tema en el mercado de capitales: la negociación", explica.
En este contexto, el tiempo se vuelve una variable negativa, porque cada día que pasa sin noticias trae mayor pesimismo. "No pasa nada, pero pasa un día y las cosas están peor que ayer" , añade.
En la última semana de febrero, se sumó una tracción hacia abajo del contexto internacional. Debido al pesimismo global por el avance del coronavirus , por caso, Wall Street tuvo su peor semana desde octubre de 2008 , en medio de una crisis financiera global.
No obstante, la mayoría de las pérdidas se deben al contexto local, apunta Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina. "El contexto internacional tiene un peso, pero luego de la caída grande post PASO y el desplome en dólares, quedamos disociados", dice, y ejemplifica con que las caídas pronunciadas en otros mercados, que pueden ser del 3% o del 4%, aquí se consideran casi marginales. "Sin el coronavirus, el rendimiento hubiese sido menos peor, pero no tan distinto" , agrega.
A la incertidumbre por la reestructuración de la deuda soberana se le suma la falta de definición respecto de las políticas públicas , señalan los analistas. "En la Argentina, las grandes empresas pertenecen a los sectores más concentrados, como el agropecuario, el energético y el de servicios públicos, donde aún no hay demasiadas precisiones", explica Rajnerman.
En el caso del agro, la suba de retenciones no ayuda. Todavía no se sabe qué sucederá cuando termine el congelamiento de tarifas ni cuál es el plan para Vaca Muerta , donde la actividad está paralizada desde agosto pasado a la espera de definiciones sectoriales. El Presidente adelantó el domingo pasado, en su discurso de apertura de sesiones en el Congreso, que enviará una nueva ley de hidrocarburos para potenciar al sector, pero aún no se conocen los detalles.
"El tema de las tarifas es binario -señala Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Eco Go-. O se corrigen teniendo en cuenta a los sectores más vulnerables o se congelan, así que esa falta de definición se traslada directamente a las acciones".
No es casualidad, entonces, que dentro del top 5 de los papeles que más perdieron en su capitalización bursátil haya cuatro energéticas . Claro que, en última instancia, todo está supeditado a la madre de todas las batallas: "Son políticas sectoriales que, si no se renegocia la deuda, quedan trabadas en un casillero en el que no se puede seguir avanzando", concluye Paolicchi.