La nueva Ley de Hidrocarburos duerme en la discusión interna de los despachos en los más alto del poder en Argentina
ADRIANO CALESINA
La deuda con el FMI condiciona los tiempos que pide Vaca Muerta Hay posturas encontradas dentro de la gestión de Alberto Fernández. La salida es un modelo a lo Chevron, con un blindaje para que empresas puedan girar capitales al exterior.
La nueva Ley de Hidrocarburos, también conocida como la "Ley Nielsen" o "de Vaca Muerta", duerme en la discusión interna de los despachos en los más alto del poder en Argentina. En la industria el ambiente es inquietante. Pasa el tiempo y urge un marco para conocer qué tipo de políticaenergética tendrá el país en los próximos cuatro años. Al menos, por ese período de gobierno.
El debate tiene dos frenos visibles que podrían destrabarse si se sigue el camino del consenso político. El primero es externo y tiene que ver con el proceso de renegociación que emprendió el gobierno de Alberto Fernández con una deuda de u$s44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde busca apoyo de distintos actores internacionales. Se entiende que sin la previsión de cómo se pagarán los vencimientos de la deuda y la proyección de crecimiento, será complejo estructura una política para los inversores.
Y el otro es el frente interno, relacionado a la visión que tienen las provincias y en particular Neuquén, con priorizar el desarrollo de los proyectos no convencionales, que necesitan no sólo de inversión extranjera, sino de un esquema financiero adaptado a un país de libremercado, con reglas claras desde lo jurídico y la libre disponibilidad de divisas para girar al exterior. Por ahora, ese escenario no aparece con tanta claridad, salvo una comunicación del Banco Central que autoriza al giro del 20% de las utilidades y que fue una señal para los inversores.
El gobierno neuquino, de la mano del gobernador Omar Gutiérrez, junto con el líder del gremio de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra y todo el arco de asociaciones de pymes ligadas a los servicios de Vaca Muerta, han desplegado todos los argumentos de la experiencia del shale en la provincia y el aporte que hizo al crecimiento de la producción petrolera en estos últimos meses (en diciembre aportó el 50% del crecimiento en todo el país). Pero con las lecciones y los argumentos aún no alcanza para definir un borrador para impulsar la nueva ley.
“No hay un texto, hay algunas miradas que están en discusión, básicamente porque no hay una política energética definida. Entonces los interlocutores no son válidos y cualquier discurso, cualquier bajada de línea es por cuenta propia”, reflexionó uno de los actores que están cerca del tratamiento de la ley a +e, en la previa a la discusión en el Congreso de la Nación.
Dentro del oficialismo entienden que a medida que se cierre el tema de la deuda hay que llenar los huecos sobre la ley de Vaca Muerta. “Hay que salir a decir algo, marcar una posición, pero todavía no hay nada” agregó la fuente consultada.
El camino que busca Vaca Muerta es similar al que se hizo en 2013, con el ingreso de Chevron a la Argentina con el 929/13, que creó el Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos, que instauraba la libre disponibilidad de divisas y el derecho de comercializar hasta un 20% de la producción en el mercado externo, unas condiciones que rigen para proyectos con un piso de 1000 millones de dólares de inversión.
“No hay un texto, hay algunas miradas que están en discusión, básicamente porque no hay una política energética definida", dijo un fuente de la industria.
“Esta visita sirve para visualizar las posibilidades para el armado de la ingeniería financiera que nos permita expandir la actividad de YPF en Vaca Muerta”, apuntó Guillermo Nielsen, presidente de YPF, en una visita a Loma Campana.
El presidente de YPF, Guillermo Nielsen, ya había adelantado, en una visita en diciembre pasado al yacimiento Loma Campana, que el gobierno nacional buscaría armar una ingeniería financiera para garantizar la llegada de los capitales. Una suerte de blindaje, a pesar de la fragilidad de la economía nacional.
“Esta visita sirve para visualizar las posibilidades para el armado de la ingeniería financiera que nos permita expandir la actividad de YPF en Vaca Muerta”, había dicho Nielsen durante esa visita.
El tema está candente y la discusión no está extenso de las múltiples miradas dentro del gabinete de Alberto Fernández y también de la alianza que compone el gobierno, que va desde un proyecto más garantista para las empresas y otro que busca, sin restricciones, la de nominada “soberanía energética”.
“No sé los demás, pero nosotros tenemos claro que el camino de la Argentina es el de la soberanía energética”, agregó un referente el kirchnerismo que conoce la discusión interna, y que sabe, además, de la importancia económica de Vaca Muerta para la provincia de Neuquén.
Mientras tanto, en la isla que es la provincia de Neuquén, la dilación del debate trae consecuencias. Las pymes están soportando la falta de actividad (se bajaron 17 equipos de perforación) y hay una invasión de empresas que empiezan a ganar el mercado y las licitaciones, en perjuicio de las chicas. Un drama con final abierto.
Algunos de los puntos que se discuten de manera informal y de los que no hay acuerdo. Muchos se remiten a viejos modelos que entran en tensión con la etapa de Vaca Muerta durante el gobierno de Mauricio Macri.
Libre disponibilidad de hidrocarburos. Que las empresas puedan exportar sin la necesidad de cumplir con una cuota para el mercado interno. Es una discusión compleja en el contexto de país. Ya se hizo durante el kirchnerismo.
Amortización acelerada del capital. Más allá de los beneficios que hizo el gobierno de bajar de 12 a 8 por ciento las retenciones a las exportaciones de crudo, las empresas piden más. Fue la primera señal a Vaca Muerta.
Devolución anticipada del IVA. Tal como sucedió con los proyectos de energías renovables durante el gobierno de Macri, también se puso sobre la mesa ese beneficio fiscal. Buscan beneficios para importar bienes de capital.
Fideicomiso externo. Sería la conformación de uno fuera del país, con repago vía dividendos con el respaldo del Banco Central, quien sólo informa y no puede impedir el pago.
Río Negro
VICTORIA TERZAGHI
La temporada de parálisis en Vaca Muerta no tiene fecha de finalización. Además del parate, las pymes vienen mirando con desconfianza las últimas adjudicaciones de contratos de las operadoras de la Cuenca Neuquina donde, un cambio de paradigma, que da lugar a firmas integrales, las margina ante lo que antes eran sus fuentes de ingresos. Sin embargo, en las últimas semanas comenzaron a aparecer algunas luces de alivio, principalmente, desde el sector financiero.
Juan Pablo Morgentaler, responsable financiero del Centro Pyme Adeneu, reseñó que el año comenzó con buenas señales para el sector pese al arrastre de inactividad que vive la industria hidrocarburífera. Las noticias tienen un doble impacto porque es la época del año en la que se comienzan a definir muchos de los contratos que se extenderán los próximos meses.
Centralmente lo que cambió fueron las tasas de financiamiento tanto desde la banca pública como la privada. Eso mejoró el acceso al crédito, sobre todo de corto plazo, e impactó en los mercados de capitales.
“Desde mediados de 2018 en adelante todo fue muy complejo porque el financiamiento era carísimo con tasas entre 60 y 80 puntos. Desde enero el BCRA (Banco Central de la República Argentina) flexibilizó los encajes a los bancos privados con la condición de que presten dinero a las pymes por debajo de los 40 puntos de tasa de interés”, explicó el especialista.
La eficiencia financiera puede hacer ganar o perder un contrato. Es algo que las operadoras miran al momento de evaluar las opciones”.
Esto generó un efecto derrame que se apuntaló con una oferta muy agresiva desde los bancos públicos. Las tasas quedaron entre 30 y 50 puntos que se traducen en créditos blandos y que permiten, centralmente, apuntalar el capital de trabajo de las pymes petroleras, un apalancamiento clave para su funcionamiento.
El impacto también llegó a las herramientas financieras del mercado de capitales donde se consiguen tasas del 28 por ciento anual para el cambio de cheques propios y de terceros. “En épocas de bonanza las empresas pueden darse el lujo de no ser eficientes financieramente, pero en momentos como el que vivimos ahora es inaceptable”, explicó Morgentaler.
Desde el Centro Pyme continúan con el asesoramiento a las empresas neuquinas vinculadas a los hidrocarburos. En toda la provincia son 800 unidades económicas de las que ya visitaron 55 firmas con facturaciones de entre 60 y 700 millones anuales.
“La eficiencia financiera puede hacer ganar o perder un contrato. Es algo que las operadoras miran al momento de evaluar las opciones. Muchas de las firmas que asistimos son especialistas en su rubro, pero desde la cuestión técnica y a veces descuidan los aspectos financieros. Cuando ves sus balances notás que tienen un costo altísimo de financiamiento”, indicó el funcionario.
Uno de los puntos que aseguró se puede corregir inmediatamente son las disponibilidades transitorias. Utilizar el dinero disponible así sea por un corto período puede generar excedentes no contemplados.