El amor en tiempos de coronavirus: besos con barbijo y millones encerrados en San Valentín en China
Los enamorados suspendieron cenas, viajes, conciertos y bodas. Quedaron encerrados en sus casas, desde donde muchos eligen trabajar.
China sigue ofreciendo sus cifras diarias de la epidemia de coronavirus con un saldo de 1.380 muertos y 5 mil nuevos contagios, llevando el total de casos a más de 63 mil. Con este escenario, millones de chinos se quedaron sin San Valentín este viernes, encerrados en sus casas, repartiendo besos con barbijo y haciendo "home office".
Este año, el amor en tiempos de coronavirus, presenta un San Valentín triste sin cenas, ni bodas ni viajes ni flores.
Una joven china había previsto un viaje de ensueño junto a su novio ucraniano a través de China para ella y su novio, visitando los jardines en Suzhu, viendo arte moderno en Shanghai y patinando sobre hielo en los lagos helados de Beijing.
Pero en vez de la gira romántica, los dos terminaron encerrados en la casa de los padres de ella, sin atreverse a salir.
Algo similar pasó este viernes con millones de enamorados.
Para los amantes de Beijing ya no habrá concierto "My Heart Will Go On" ni lujosa cena con langosta. Estos acontecimientos especiales de San Valentín han sido plena y llanamente anulados.
Tyra Li vive en la capital con su novio desde hace tres años. Tras un viaje realizado durante el Año Nuevo chino, la pareja ha salido solamente una vez de su departamento para ir a hacer compras.
A diferencia de muchos de sus compatriotas, han renunciado a hacer pedidos en línea, por temor al contagio que podría provocar un repartidor.
"Nada de flores este año, de ninguna manera. Él tiene miedo de comprármelas, y yo de tocarlas", afirma Tyra.
En su tienda, una florista admite que las ventas han caído a la mitad respecto del año pasado, en parte porque los clientes tienen miedo del contagio durante el envío.
Otra tienda de flores de Beijing, Xian Hua Ge, calcula en 70% la caída del volumen de negocios, pero lo atribuye en parte a la ausencia de millones de personas que no han retornado a la capital tras las largas vacaciones del Año Nuevo lunar.
Por miedo a los contagios en trenes y aviones, muchos decidieron prolongar sus vacaciones en sus regiones de origen.
Para evitar grandes concentraciones de gente y fiestas, las autoridades instaron a los novios a retrasar su matrimonio, asestando un duro golpe al importante sector económico de las bodas (fotos, banquetes y otros).
Zhu He, de 25 años, había previsto ir a buscar su certificado de matrimonio el día de San Valentín, con su futuro marido y sus padres.
Pero los novios decidieron postergar el acontecimiento, ya que los padres de la futura casada rehúsan salir de su casa, pese a que viven como su hija en Cantón, al sur del país.
"No conducen ni uno ni otro, y no me inspiran confianza los transportes públicos", dice Zhu He, que alude al riesgo de contagio.
Otros son víctimas de largas separaciones como Shaw Wan, de 28 años, cuyo novio seguirá por tiempo indeterminado en Taiwán, mientras que ella trabaja en Beijing.
"No quiero que vuelva. ¿Y si se contagia en el avión?", dice ella.
Pero a mal tiempo hay que ponerle buena cara. Tyra Li asegura que aprovecha al fin que puede pasar mucho tiempo con su enamorado en la casa.
En circunstancias normales, durante los días laborables la joven pareja nunca consigue verse antes de las diez de la noche.
El gobierno amplió las vacaciones por el Año Nuevo Lunar para mantener las fábricas y las oficinas cerradas. Cines, templos y lugares turísticos cerraron para evitar que se formen multitudes. Los viajes en grupo quedaron cancelados y los empresarios demoraron sus viajar.
Las vastas industrias manufactureras chinas no pueden funcionar sin operarios en las fábricas. Pero a medida que algunos negocios reabren, Beijing dijo que todo el mundo que pueda trabajar desde sus casas, debe haberlo.
Esto está obligando a los empleados, desde emprendedores a la plantilla de 3.500 personas de la automotriz Volkswagen AG en Beijing, a contactar con sus clientes y socios comerciales y a mantener sus negocios en marcha a través del teléfono y el correo electrónico.
Millones de chinos operan empresas de limpieza del hogar u otros pequeños negocios desde sus casas. Muchos han sufrido el mismo impacto que compañías más grandes por las restricciones de movimiento y la orden de que las familias permanezcan en sus casas.
Maggie Zhang, cofundadora de SheTalks, una firma con sede en Beijing que organiza eventos para mujeres, trabaja desde el departamento de sus padres en la ciudad noroccidental de Zhangye, en la provincia de Gansu. Fue allí por el Año Nuevo Lunar y podría tener que quedarse hasta marzo.
Temporalmente, Zhang dejó de organizar charlas y otros actos públicos y está recopilando material para atraer usuarios a través de los perfiles de su empresa en redes sociales.
La epidemia que se desató a fines de diciembre tiene su epicentro en un mercado de la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei. En ese mercado se vendían animales salvajes para consumo humano, y se sospecha que una de esas especies fue el transmisor del virus, desde su origen (supuestamente los murciélagos) a las personas.
La costumbre en China de consumir animales exóticos, como gatos salvajes o pangolines, podría ser la raíz del problema. el mercado fue totalmente cerrado. Y ciudades como Tianjin prohibieron comer animales salvajes, bajo la amenaza de fuertes multas.
Ninguna unidad o individuo puede cazar, vender, comprar, transportar, transportar o entregar animales salvajes y sus productos con el propósito de consumo o comercio, señala la nueva norma. Los operadores de catering tampoco pueden solicitar negocios o atraer a los consumidores presentando nombres y fotos de animales salvajes prohibidos en sus letreros y menús.
La ciudad también impondrá castigos severos, incluidas multas y revocación de licencias comerciales, para tomar medidas enérgicas contra los actos ilegales relacionados con el consumo de productos y animales salvajes.
La prohibición es propicia para eliminar el mal hábito de comer animales salvajes y bloquear una posible fuente de infección epidémica, según la decisión.
Aunque el epicentro del coronavirus está en Wuhan y la mayoría de casos se registran en China, se han detectado casos en otros países del sureste asiático, Europa y América. La OMS, que declaró la emergencia sanitaria internacional a finales de enero, ha pedido a la comunidad internacional que redoble sus esfuerzos.
Los signos comunes de infección incluyen síntomas respiratorios, fiebre, tos y dificultades para respirar. En casos más graves, la infección puede causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte.
Los datos de fallecidos por el brote del nuevo coronavirus superan a los registrados a causa del brote de SARS o síndrome respiratorio agudo que se detectó por primera vez en 2002. En 2003, más de 600 personas habían muerto en China a causa de este virus, mientras que la cifra a nivel global alcanzó los 765 fallecidos.
Con información de EFE, AFP y AP