Muchos consideran que el cobre es un activo que muestra el estado de salud de la economía mundial, porque se emplea en la construcción comercial y la construcción de viviendas y en muchos otros aspectos de la producción. Incluso hay quienes consideran que el cobre tiene la capacidad (aunque de forma limitada) de pronosticar los puntos de inflexión de la economía mundial, por lo que echar un vistazo al comportamiento de este mercado puede ser satisfactorio, además de educativo.

Los mercados del cobre han estado atravesando una racha de pérdidas desde mediados de enero. Del 15 de enero al 3 de febrero los futuros del cobre perdieron alrededor del 13,5% de su valor de mercado. No obstante, desde el martes pasado, los mercados han mejorado, terminando en territorio positivo al final de la sesión del jueves y ganando alrededor del 3,5 por ciento durante la racha ganadora.

Los precios del cobre, al igual que los precios de todos los metales básicos, son muy susceptibles a la situación económica de China, que es uno de los mayores productores y consumidores de estos productos básicos en el mundo. Sólo en el caso del cobre, el país asiático cuenta con cerca de la mitad de la demanda mundial.

El estallido del coronavirus sin duda avivó los temores en los mercados mundiales, ya que se espera que afecte a la actividad económica china de manera significativa, debido al temor por la epidemia, esto está afectando al sector de los servicios de China. Se espera que la economía en su conjunto se reduzca este año, puesto que el S&P Global Ratings ha comunicado recientemente que pronostica una caída del crecimiento económico chino del 5,7 al 5 por ciento, en tanto que Goldman Sachs replantea a la baja sus expectativas de crecimiento del 5,6 al 4 por ciento.

Los analistas sostienen que el efecto final del brote dependerá en gran medida de la habilidad del gobierno chino para contenerlo y de cómo se maneje el regreso al trabajo después de las largas vacaciones de año nuevo, lo cual se espera que suceda el lunes. Muchos trabajadores chinos dudan en estos momentos en volver a sus lugares de trabajo, temiendo que las fábricas locales no implementen suficientes medidas de seguridad, por lo que aún no está claro cómo se desarrollará esta situación.

La semana pasada los mercados del cobre se vieron aliviados ya que el número de nuevas infecciones reportadas en todo el mundo parecía estar reduciéndose. Los mercados también esperaban que las medidas de estímulo recientemente implementadas por el gobierno chino incrementaran el precio de este metal. El optimismo era tal que muchos afirmaban que el pico de la expansión del virus ya había sido alcanzado, afirmación que la Organización Mundial de la Salud desmintió el jueves.

"Es demasiado prematuro hacer predicciones sobre los números", dijo el director ejecutivo del Programa de Emergencias de Salud de la Organización Mundial de la Salud durante una conferencia de prensa en Ginebra.

La preocupación por la interrupción del suministro también ayudó a impulsar los precios al alza, ya que las autoridades chinas decidieron imponer medidas de restricción del transporte con el fin de ayudar a frenar la epidemia. Los analistas también esperan que algunas fundiciones de cobre recorten sus niveles de producción si la actual situación no mejora, por ejemplo, la casa de investigación china Antaike estima que la producción china de cobre caerá más de un 15 por ciento en febrero (mes a mes), después de haber caído un 9,9 por ciento en enero según los datos suministrados por Shanghai Metals Market (SMM).

En la sesión del viernes, los mercados de futuros del cobre mostraron una reacción negativa, perdiendo alrededor del 1,54 por ciento y rompiendo la racha de ganancias de la semana pasada. Los datos negativos publicados por la Comisión Nacional de Salud podrían estar detrás de esta reciente ola de pánico, el número de muertes superó el del brote de SARS durante el fin de semana, y se prevé que el número de muertes seguirá aumentando a medida que se vayan reportando más nuevos casos diariamente.