En China, el índice principal llegó a marcar la mayor caída desde agosto de 2015, aunque algunas pérdidas se recuperaron
La epidemia de coronavirus está marcando la agenda económica internacional y se ha convertido en una de las principales preocupaciones a escala mundial. Uno de los sectores que están pendientes de ello es de los metales preciosos, debido al importante peso que tiene China como productor y también como consumidor.
La consultora británica especializada en metales preciosos Metals Focus ha dedicado su último informe semanal, Precious Metals Weekly, a indagar en el impacto que la epidemia puede tener en el mercado del oro y del paladio.
En el momento de publicar este informe, China había confirmado 20.552 casos de coronavirus y un total de 426 muertes. Según el informe, el número de infectados ya ha superado el total de afectados durante la epidemia de SARS de 2003 en China.
Según recuerdan los analistas de Metals Focus, “en aquel momento, el crecimiento del PIB se ralentizó en el punto más alto de la epidemia, pero luego rebotó con suavidad”. Sin embargo, en esta ocasión consideran que el daño causado a la economía china puede ser mayor, especialmente en un escenario como el actual, en el que el crecimiento del PIB del país ha caído al mínimo de los últimos 30 años durante 2019.
Como suele suceder en estos casos, la preocupación por el impacto que el coronavirus pueda tener en la economía global ha alimentado la demanda de activos refugio lo que, a su vez, ha favorecido al oro.
En cambio, a pesar de las consistentes ganancias empresariales en el cuarto trimestre de 2019, las acciones estadounidenses se han dejado todas las ganancias que había acumulado desde comienzos de año: los índices S&P 500 y Dow Jones han registrado sus primeras caídas en el mes de enero desde el año 2016.
En China, el índice principal cerró el lunes con una caída del 7,9%, la mayor desde agosto de 2015, aunque algunas de estas pérdidas se han recuperado después.
De cara al futuro, los analistas de Metals Focus consideran que la cuestión principal es saber cuándo se logrará contener el virus. “Aunque se ha registrado algo de volatilidad, los inversores siguen confiando en los mercados de capitales, ya que existe el consenso de que el impacto potencial en la economía global solo será a corto plazo”, afirma el informe.
En este escenario, aunque la actual incertidumbre beneficia al oro en su condición de activo refugio, la subida del precio del metal va a ser limitada. “En cambio, si el virus continúa expandiéndose y se convierte en una pandemia, la debilidad prolongada de la economía china y su impacto en los mercados globales debería suponer un importante impulso para el oro”, apuntan desde Metals Focus.
De momento, la situación va a influir en la demanda de oro y paladio físicos por parte de China. Respecto al oro, desde la consultora recuerdan que antes de que se desencadenara la epidemia, el sector joyero chino estaba atravesando una mala racha, con una caída de clientes, subida del precio del oro y cambios estructurales. De ahí la caída del 7% en la demanda de oro por parte de este sector en 2019, su mínimo de los últimos siete años.
La obligación de que los ciudadanos chinos permanezcan en sus domicilios ha terminado de agravar esta caída de las ventas en el sector de la joyería, que ha perdido además su periodo de mayor actividad del año, la llegada del Año Nuevo.
Aunque se reanude la actividad en los próximos días, el miedo al contagio va a seguir retrayendo a los consumidores, por lo que los analistas de Metals Focus estiman que el sector experimentará una caída del 6% en sus ventas anuales.
En cuanto al paladio, el impacto del virus en la demanda y en los precios del metal pueden ser los mayores de entre los metales preciosos, ya que China también es el mayor consumidor mundial de paladio y el mayor impulsor del crecimiento de su mercado, acaparando más de un tercio de la subida de la demanda de este metal para su industria automovilística.
Además, el afán de los inversores chinos por adquirir lingotes de paladio ha esquilmado los stocks acumulados y la capacidad de producción, contribuyendo a que la situación del suministro sea aún más crítica.
Antes de que se extendiera el virus, se esperaba que la industria automovilística china remontara en 2020, después de dos años de contracción. Sin embargo, los cortes en los transportes y logística provocados por la epidemia van a obligar a parar a las cadenas de producción por falta de suministros.
“De todas formas, el impacto de la crisis en las ventas de automóviles y en la producción será de corta duración. Se espera que el Gobierno chino ponga en marcha una serie de medidas para estimular la economía y la industria automovilística va a ser una de las beneficiadas. Además, las restricciones en los transportes públicos durante la epidemia pueden incrementar el deseo de algunas familias de poseer coche propio”, señala el informe, que augura una pronta recuperación para el sector.
Esto, unido al aumento de la cantidad de paladio utilizada en cada catalizador, debido al endurecimiento de la legislación sobre emisiones contaminantes, podría provocar un aumento del consumo de paladio en China este año.