Algunas empresas dudan sobre una posible renegociación de los contratos garantizados por el Banco Mundial
SANTIAGO SPALTRO
Las energías renovables no serán prioridad en el gobierno de Alberto Fernández. Una prueba irrefutable es que la subsecretaría de Energías Renovables, en la que el experto Sebastián Kind tuvo vuelo propio durante el Gobierno anterior, fue rebajada a Dirección Nacional de Generación Hidroeléctrica y Energías Renovables y está a cargo de la abogada sanjuanina experta en turismo Andrea Polizzotto Bacur, una outsider que todavía no fue designada oficialmente y hasta en la propia Secretaría de Energía existen dudas sobre su futuro.
Pero al margen de las internas del Ministerio de Desarrollo Productivo y su dependencia de Energía, en donde dos renuncias y una pelea propia del Partido Justicialista (PJ) de Misiones destiñeron la incipiente gestión de Sergio Lanziani, uno de los sectores estrella del macrismo produce récords, aún con inestabilidad macroeconómica.
La sostenida alza del riesgo país desde mediados de 2018 y el férreo control de cambios golpeó y llevó al ocaso al sector, que no tendrá licitaciones públicas importantes hasta que baje el costo del financiamiento y se libere capacidad de acceso al transporte de electricidad. Mientras el futuro no ofrece buenas perspectivas y hasta algunas empresas dudan sobre una posible renegociación de los contratos (garantizados por el Banco Mundial), la maduración de las inversiones en los últimos tres años llevaron a una producción récord.
El martes de la semana pasada, las energías renovables alcanzaron una potencia de 2004 MW (sobre un parque instalado superior a los 2700 MW) y abastecieron al 12% del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). La energía mensual generada en diciembre de 2019 había sido de 912,2 gigavatios-hora (GWh) y continuó el ascenso casi ininterrumpido iniciado en mayo de 2018.
En el último mes del año pasado, las energías limpias cubrieron el 8,2% de la matriz, por encima del objetivo del 8% pactado para el 31 de diciembre y originalmente planteado para 2017. El promedio anual fue de 6% de participación sobre la demanda, según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
Con todo, 2020 será solamente un año de colección de frutos de las inversiones anteriores. En las próximas semanas, ingresarán en operación comercial el Parque Eólico (PE) Arauco II por 100 MW (con inversiones del gobierno de La Rioja y de la estatal Integración Energética Argentina, Ieasa -ex Enarsa-) y el PE Energética I, con 79,8 MW en Bahía Blanca, construido por la multinacional estadounidense AES.
Lo estrictamente regulatorio fue solucionado. Después de casi dos meses de tensión con el Gobierno saliente de Mauricio Macri por las trabas que impuso el cepo, el Banco Central (BCRA) flexibilizó las condiciones para la salida de divisas. Así, las generadoras volvieron a recibir los desembolsos del exterior y continuaron la construcción de parques.
Ahora, lo que preocupa al sector es el congelamiento tarifario, que implica una mayor erogación del Estado nacional en concepto de subsidios, y las demoras en los pagos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) a las generadoras. Si se extiende el congelamiento, las empresas aducen que necesitarán aportes de capital o usar reservas en caja.