La empresa estatal de petróleos de Arabia Saudita, Aramco, obtiene este miércoles el mayor debut bursátil de la historia, después de que aumentara un 10% el valor de sus acciones sobre el precio inicial, pocas horas después la apertura de los mercados en la bolsa de valores de Riad.
Aramco, que es señalada como la empresa más rentable del planeta, tenía planeado obtener US$26.500 millones, lo que ya superaba el récord establecido por la empresa china Alibaba, que en su salida a la bolsa en 2014 recibió US$25.000 millones en venta de acciones.
Pero con el aumento en el precio de este miércoles, que es el máximo permitido por la bolsa de Riad, las ventas podrían alcanzar los US$29.000 millones.
Tras varios meses de planeación y contratiempos, Aramco decidió comenzar la venta de sus acciones en la bolsa de valores de Riad, conocida como Tadwul, que después podría extenderse a otras ciudades como Nueva York y Londres.
La familia real saudita tomó la decisión de ceder una pequeña porción de la compañía (1,5%, que se traduce en 16 millones de acciones) como parte de su plan de evitar la dependencia de su país del petróleo.
El dinero que se adquiera por esta venta será usado en inversiones no relacionadas con los temas de energía.
Aramco es considerada la empresa más rentable del planeta.
El aumento del precio inicial, le da a Aramco, que procesa cerca del 10% del petróleo que se exporta en el mundo, un valor de mercado de US$1,8 billones, y aunque eso la convierte en una de las empresas con mayor valoración, está por debajo del objetivo que tenía pensado el príncipe heredero Mohamed bin Salman, que esperaba valorarla en US$2 billones.
Pero esta impresionante salida a la bolsa no ha estado libre de problemas en el camino.
La salida a la bolsa de este miércoles de Aramco se espera que sea la mayor en la historia bursátil.
Para llegar a vender el total de las acciones que se ofrecen en bolsa, Arabia Saudita depende de los inversionistas locales y regionales, después del tibio interés que se mostró en el extranjero.
Al inicio del plan de venta, Arabia Saudita pretendía recibir cerca de US$100.000 millones por estas acciones en dos fases: primero en la bolsa de valores de Arabia Saudita -Tadwul- y después en otras ciudades.
Pero pronto esa idea se desmoronó, después de que inversionistas señalaron sus preocupaciones relacionadas con el cambio climático, el riesgo político y la falta de transparencia corporativa.
Y las instituciones financieras internacionales tampoco estaban convencidas de la valoración que esperaba la compañía en los mercados globales, lo que llevo a Aramco a cancelar los eventos de marketing en Londres y Nueva York.
Además, en el mes de septiembre, la empresa sufrió severos ataques de drones que afectaron su infraestructura y que pusieron algunos interrogantes sobre su confiabilidad para brindar sus servicios.
Esto obligó a concentrar sus esfuerzos en los inversionistas locales: sauditas y sus poderosos aliados en el golfo Pérsico. Los bancos sauditas le ofrecieron a sus clientes créditos con bajos intereses para que compraran las acciones.
Se espera que las acciones de Aramco tengan un lanzamiento estelar, gracias al respaldo de inversionistas locales y a las instituciones sauditas, a las que se les pidió comprar acciones cuando comenzó la venta.
Vecinos del país árabe, como Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, también han impulsado la venta con la inyección de varios millones de dólares.
El ministro de energía de Arabia Saudita confía en que la valoración en el mercado de Aramco superará los US$2 billones en los próximos días.
Ante esto, los analistas están de acuerdo en que el precio de las acciones (cerca de US$8,5 por acción) se mantendrá firme en el futuro próximo, pero el reto será sostener el "moméntum" de la salida en el largo plazo.
La IPO, que es como se denomina la salida a la bolsa, está en el corazón del plan de Arabia Saudita de diversificar su economía más allá del petróleo.
El príncipe heredero, Mohamed bin Salman, quien está implementando la estrategia, quiere utilizar el dinero de la venta de acciones para financiar algunas de las principales iniciativas del llamado plan “Vision 2030”, por el que se busca modernizar al país con inversiones en nuevas industrias y proyectos multimillonarios