Silvia Naishtat
Mientras se prepara el viaje a los EE.UU. del ministro Martín Guzmán y su debut en el Council of the Americas en Nueva York, se suceden encuentros con bonistas e interesados en asistir al Gobierno en esa puja.
“Es un punto de partida complejo y delicado, con ingresos en baja y estabilidad por el cepo que cerró el canal de fuga de divisas. Todo está atado a la renegociación de la deuda”, dispara Soledad Pérez Duhalde de Abeceb. En su visión, Argentina no es un país insolvente. “Solo el 35% de la deuda de los privados es exigible, el problema es que está puesta en el corto plazo. La negociación puede salir bien en un mundo casi sin tasas de interés”, vaticina al soltar que no ve condiciones aún para retomar el crecimiento y salir del estancamiento.
El principal accionista y CEO de Fate y Aluar, Javier Madanes Quintanilla, es de los que esperan los resultados de esa negociación que el Presidente puso como fecha límite el 31 de marzo. “Se le asigna una importancia exclusiva, lo que hace postergar cualquier definición, también por falta de interlocutores operativos dentro del Gobierno. Es triste vernos sentados en el banquito mientras las máquinas envejecen y los procesos se deterioran”, describe.
Sobre Aluar y Techint pesan las amenazas de Trump de colocar elevados aranceles a esas importaciones desde Argentina. Hasta ahora no se aplica. “Se está corriendo una carrera complicada que debiera ser lo más corta posible, no es dramático, pero será un año duro. No hay magia”, dice Madanes Quintanilla.
Marina dal Poggetto, de EcoGo, sostiene que la situación está más calma de lo que se preveía y lo atribuye a ese “gran estabilizador” que es el cepo. “Arrancaron con el paquetazo fiscal, cambiaron la indexación previsional, frenaron la baja de impuestos y van a eliminar la cláusula gatillo de las paritarias. Son medidas saludadas por el mercado”, dice. Pero observa descoordinación con el Banco Central que avanza “a velocidad inusitada reduciendo la tasa para expandir el crédito. Eso puede repercutir en ampliar la brecha entre el dólar mayorista y el contado con liquidación y generar tensión”. En sus codiciados informes prevé para este año un aumento de 39% en salarios, la inflación en 37%, una suba de 25% en el dólar y una caída de 1,6% en la economía que, si bien es menor al 2,7% de 2019, implica que aún no levantaremos cabeza.
“Cuando baja el río se ven los pies”, dice Alejandro Reca de San Ignacio, el dulce de leche incorporado a precios cuidados. Cuenta otra rareza argentina que los hace tambalear: por las demoras en los pagos de la cadena de comercialización, las empresas tienen capital de trabajo negativo. Para respirar, apuesta a la exportación: fueron a China y se les acabó la plata antes de ingresar. Mejor les está yendo en Japón y ahora buscan arrancar en la India.
En las provincias del Norte y en Santa Fe los productores de biocombustibles están en pie de guerra. Macri ya les había dejado de cumplir con las fórmulas de precios por la integración del 12% del bioetanol a las naftas y el 10 % del biodiesel al gasoil. Las petroleras presionan para que se reduzca significativamente ese corte obligatorio por ley. Según Claudio Molina, de la Asociación de Biocombustible, hoy la capacidad ociosa llega al 50%. En un año les vence el régimen. ¿Por quién doblarán las campanas?
Lejos de esta disputa y casi imperceptibles, hay una seguidilla de almuerzos de fin de semana en Punta del Este que tienen como estrella al presidente electo Luis Lacalle Pou. Les anticipa que Uruguay, Brasil y Paraguay han diluido sus diferencias y empujan un recorte sustancial de los aranceles externos en el Mercosur. Para los industriales argentinos equivale a dejar sectores enteros en vías de extinción. No es un dato menor justo cuando el Gobierno prorrogó la aplicación de la ley de la economía del conocimiento. Cuando las Cámaras de las tecnológicas quisieron saber los motivos, en la Casa Rosada les explicaron que el FMI alertó sobre el costo fiscal de un régimen que iba a beneficiar a unas 11.000 firmas. Ningún algoritmo les advirtió que Alberto los castigaría, precisamente, apelando a una receta del Fondo.