La firma Thorne & Associates, consultora en economía y finanzas, realizó una proyección de los panoramas positivos pero también negativos que se cernirán sobre la economía nacional para los próximos dos años.
Por el lado negativo, la estimación de ésta empresa -que preside el ex ministro de Economía y Finanzas Alfredo Thorne- es que este año habrá un menor impulso de la inversión minera, que pasará de crecer 22% real en el 2019, a sólo 2.5% en el 2020.
El principal sustento de esta proyección es la culminación de Mina Justa y de la ampliación de Toromocho, que representan un tercio del total de la inversión minera, y al hecho que -subraya- la inversión en el resto de proyectos mineros se ha contraído.
Asimismo, observa que si bien el rubro que, en el sector minero más ha crecido en términos de inversión es el destinado a la infraestructura, la inversión que más ha caído (en el promedio móvil de seis meses) es en exploración, lo que anticipa un menor aumento de la capacidad de producción de largo plazo.
Igualmente, advierte que el sector hidrocarburos tampoco ofrece un soporte significativo a la inversión privada, y proyecta que caiga tanto el 2020 como el 2021.
A su vez, a pesar que el riesgo político se ha reducido, advierte que la pérdida de confianza empresarial durante la segunda mitad del 2019 ha empezado a tener efectos sobre la inversión privada, que se sentirán sobre todo en la primera mitad de este año.
Asimismo, observa que si antes preveía que el BCR recortaría su tasa dos veces este año, ahora proyecta que lo hará solo una vez, ya que ha aumentado el riesgo de presiones inflacionarias externas, sobre todo mediante el precio del petróleo y los alimentos.
Además, añade, el efecto benigno de la migración sobre los precios perderá fuerza este año por las restricciones migratorias. Por ello, explica, sube su proyección de inflación de 2.2% a 2.4% a fines de año.
En su proyección de los aspectos positivos que podría tener nuestra economía, Thorne & Associates destaca que, si bien sigue previendo ajustes en el gasto privado este 2020, la mitigación de los riesgos políticos internos le ha hecho reducir la magnitud de esos ajustes.
Así, añade, para la inversión, pasan de una proyección de -2-2% a 0% de crecimiento, y para el consumo, de 2.5 a 2.7%, y además incrementa su proyección del PBI para éste año, a 2.8% desde un anterior 2.5%, y mantiene una proyección de 3% para el 2021.
Respecto a la inversión privada, refiere que los datos sugieren que ha sido sostenida por una recuperación del sector inmobiliario, incentivada a su vez por una recuperación del precio de los inmuebles. “Para estos dos años, esperamos que siga creciendo, aunque menos que antes”, pronostica.
Por el lado del consumo, indica que se evidencia que la expansión del crédito sigue contribuyendo al crecimiento, pero que éste impulso disminuirá este año, debido a un menor estímulo monetario y a un menor impulso migratorio.