RICARDO ALONSO*
Los indígenas del continente americano fueron grandes mineros y metalurgistas. Cuando los españoles llegaron a las montañas de Perú y Bolivia encontraron que la explotación de los metales y su beneficio eran temas que, a su manera, los nativos habían dominado.
Al igual que las técnicas de la orfebrería. La fundición de las menas ricas en metales preciosos, además del cobre, las obtuvieron mediante el ingenioso uso de las huayras. Huayra es una palabra quechua que significa viento y precisamente usaron las quebradas por donde se encajonaba el viento para dirigirlo hacia los rústicos hornos y así lograr que corriera el metal.
Con la escasa vegetación de las alturas, especialmente yareta, y usando la taquia, o sea los excrementos secos de camélidos, lograban las temperaturas para fundir los minerales. Los españoles adoptaron las huayras y los visitantes al cerro Rico de Potosí en los siglos XVI y XVII comentan el espectáculo dantesco nocturno que representaban las miles de huayras encendidas en la montaña. Y también adoptaron muchos de los vocablos mineros indígenas.
García de Llanos recopiló en 1609 un “Diccionario de las maneras de hablar que se usan en las minas y sus labores en los ingenios y beneficios de los metales”, donde se observa que más del 60 por ciento de los términos utilizados provienen de las lenguas indígenas quechua y aimara. Los términos de la lengua castellana fueron adaptados y muchos de ellos tienen que ver con analogías relacionadas a cosas, objetos e instrumentos propios de la agricultura, navegación y oficios de los españoles en su tierra.
Dentro de la amplia gama de vocablos que designan a los minerales y sus formas de presentarse, tanto en la superficie como en las profundidades, se tienen los de pacos, mulatos y negrillos. El término paco tiene un origen complejo. Por un lado se atribuye al color rojo que es típico de los sombreros de hierro donde abundan los óxidos e hidróxidos y que se encuentran en las partes más superficiales de los yacimientos metalíferos.
Son las coberteras de hierro podrido producto de la descomposición de minerales primarios originales como pirita y calcopirita. Ocurre que esos minerales se formaron por fluidos que precipitaron en un ambiente profundo, anóxico, de alta temperatura y presión.
Al quedar expuestos en la superficie, donde reinan la presión y temperatura ambientes, ellos pierden su estado de equilibrio original. Ante las nuevas condiciones comienza un proceso de transformación que los convierten en una variedad de especies minerales de diferentes cationes del grupo de los óxidos e hidróxidos, además de carbonatos, sulfatos, cloruros, silicatos o fosfatos. Ahora bien, el color de los pacos más generalizado son los ocres amarillentos, marrones o rojizos con el cual se conocieron a los “carneros de la tierra”, o sea a los camélidos andinos.
Entre ellos la vicuña y el guanaco por un lado y, la llama y la alpaca, por el otro; estos últimos productos de la domesticación. Los terrenos superficiales, oxidados, fueron llamados pacos por el color semejante a esos camélidos que eran desconocidos en Europa. Los uniformes marrones de los policías en Bolivia dieron pie a que se les llamara Pacos, término común que se extendió a otros países andinos.
El metalurgista hispano boliviano Álvaro Alonso Barba, en su libro “El Arte de los Metales” (Madrid, 1640), dice que: “Paco en la lengua general de aquesta tierra quiere decir Bermejo, color que más o menos encendido es el ordinario de las piedras, que llaman metal paco”. En el Diccionario Minero publicado por mí en Madrid en 1995 se define a los pacos como: “Sustancias metalíferas y minerales en o cerca de la superficie que han sido muy alterados, por lo que no revelan los caracteres que les son propios. Se presentan habitualmente bajo la forma de materiales terrosos, blandos, oxidados, de colores grises y ocres por lo cual también suele llamársele "colorados".
En el norte de Chile es un nombre común para designar el cloruro de plata, que ha sido el mineral más productivo de esa región. Según el color y composición se clasifican en: "pacos amarillos", ricos en óxidos de hierro; "pacos añilados", de color índigo por contener cobre; "pacos azucarados", por contener cuarzo sacaroideo; "pacos azufrados", los que contienen muchos sulfuros; "pacos basofiados", cuando son pobres en ley (Perú); "pacos blancos", por el color claro; "pacos de estaño", pequeñas venillas o cristales de casiterita, algunas veces con arcilla, y con numerosas cavidades de las cuales ha desaparecido la pirita; "pacos de plomería", a minerales de plata cornea; "pacos mulatos", a la mezcla de minerales oxidados con sulfuros; y "pacos pavonados", mezcla de óxidos, sulfuros y sulfoantimoniuros.Es una palabra de uso común en Perú, Bolivia, Chile y Argentina”. Si los pacos por la presencia de manganeso eran negros les llamaron quemazón. Los pacos con minerales de plata, sea nativa o en forma de distintas sales, recibieron nombres como “chacos”, “vilanquis”, “azufrados”, “coyos”, “mosqueados”, entre otros.
Una clase de pacos con manchas de sulfuro de plata en estado de descomposición se designaba como “encajetado”. Se llamó “machacado” a los minerales, especialmente los "pacos", donde la plata estaba visible, y a veces también el oro. Por extensión se dio el nombre al metal de plata pura penetrado de ella, en forma visible, en hilos, en puntas como clavos, en granos, hojuelas, etcétera.
Chancaca, un término que se usa para un dulce de azúcar proveniente de la miel de caña, fue un término usado para los minerales oxidados de los pacos, con dominio de las limonitas, hidróxidos amarillos de hierro. Algunos mineros llamaron así también a la mezcla de pacos y pavonados (tetraedrita). Los mulatos y los negrillos hacen referencia a metales alterados que se encuentran a mayor profundidad y se formaron generalmente en zonas afectadas por el nivel freático o donde ocurren los minerales primarios inalterados.
Claramente estas “castas de minerales”, como se les ha dado en llamar, hacen referencia a comparaciones raciales con mulatos o negros. Mulato fue el resultado de la unión entre negros y blancos. Los minerales mulatos se encuentran en la transición entre los pacos y los negrillos, esto es entre los minerales oxidados y sulfurados. Presentan colores grisáceos. Formaban parte de los llamados "metales fríos", esto es minerales donde escaseaban las sales de hierro. De allí que no podían someterse a una amalgamación directa y generalmente se encontraban profundos en las minas, unos 80 a 150 m de hondura. Los negrillos hacen referencia por analogía a la raza negra. Miles de esclavos negros fueron transportados desde África hacia América y la mezcla racial dio lugar a mulatos y zambos.
En las minas se utilizó el término metales negrillo para designar a los sulfuros más profundos, los primarios y no alterados, en ambientes reductores por debajo del nivel freático. Se encontraban a mayor profundidad que los metales mulatos. Se trataba de minerales de plata cupríferos, muy oscuros. Los "negrillos acerados" son algo más claros y con aspecto de acero. En general si predominaban los sulfuros se les llamaba "mulatos" y si eran más complejos (sulfoarseniuros o antimoniuros) se les llamaba "negrillos". Al sulfuro de plata además de negrillo se lo llamó "plomo ronco".
A una variedad de negrillos que consistía en una mezcla de sulfuros de plata, bismuto y plomo se le dio en Potosí el nombre de “mazacote”. También los viejos mineros apreciaban la “quisca” una variedad de pedernal blanco de la zona de negrillos, que se tenía por buena señal de la proximidad de minerales ricos. El vocabulario de los antiguos mineros es riquísimo en términos por analogías que con el tiempo fueron reemplazados por vocablos técnicos del habla profesional.
Sin embargo en diversas minas andinas aún se utilizan muchos de ellos como fuera señalado en: “Alonso, R.N., 1995. Diccionario Minero. Glosario de voces utilizadas por los mineros de Iberoamérica. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 263 p. Madrid”. Pacos, mulatos y negrillos forman parte de esa casta especial de asociaciones minerales en la terminología minera andina. Muchos de esos minerales, ricos en metales preciosos, aún aguardan su puesta en valor en el interior profundo de nuestras montañas.
*Doctor en Ciencias Geológicas