El Secretario General de la Asociación Obrera Minera Argentina, Héctor Laplace, concedió una entrevista a los efectos de hacer un balance de su gestión en el último año. Al mismo tiempo nos entregó distintas definiciones de lo que piensa de la situación de la actividad minera nacional y de la coyuntura del país. Brega por un inminente cambio de la cuestión económica nacional a partir de la llegada de un nuevo gobierno peronista con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
¿Cómo observa la realidad del sector minero en torno a las inversiones de los últimos años?
Las tan ansiadas inversiones anunciadas en el año 2016 nunca llegaron. Sí hubo un ingreso de inversiones para el litio en exploración y a la puesta en marcha de nuevos emprendimientos. Sobre este tema nosotros hemos mantenido una postura crítica para lograr que este mineral genere nuevas fuentes de trabajo mediante la suma de valor agregado. Desde AOMA concebimos que, para el arribo de capitales de riesgo, es imprescindible reglas de juego claras en materia jurídica y económica, algo que seguimos careciendo. Así lo pregonamos desde hace dos décadas y lo seguimos sosteniendo.
¿Para usted es débil la estabilidad que propone Argentina a los inversores?
Más que débil diría sumamente imperfecta, volátil y desconcertante. Si no revertimos este presente, Argentina queda última en la lista de objetivos para los inversores. Y si a eso le sumamos la inflación o la quita y la reimplantación de nuevo costos, tal como sucedió con las retenciones a este sector industrial, por eso sostenemos que estamos muy lejos de ser previsibles.
¿A qué le adjudica esta situación?
A la improvisación de quienes hoy nos gobiernan y no han encontrado el camino para concretar lo que anunciaron en campaña electoral. La carencia de claridad en establecer reglas claras de juego y de resistirse a implementar una Política de Estado para este sector. Aggiornando esos lineamientos y atentos a los rumbos del mercado minero internacional.
¿A todo esto se le suma las dificultades que presentan la economía nacional y la inflación?
Nosotros desde AOMA opinamos desde nuestra perspectiva como trabajadores. No importa el color y la ideología que gobierne. Hemos sido un gremio que siempre alertó del impacto negativo de la inflación en el bolsillo de los trabajadores y que la ineficiencia de las políticas sectoriales repercute negativamente en las economías regionales. Existió una mala incidencia de los ajustes del gobierno y en la impericia en acertar rumbos para lograr una economía robusta y predecible. Pertenecer a una industria que planificó su desarrollo y lo logró mantener por veinte años, es que sabemos cómo sustentar el valor de poseer una economía tendiente a ser sana.
¿Usted se refiere a que la estabilidad junto a políticas de Estado certeras permitieron acceder a proyectos como Veladero, Alumbrera, Salar del Hombre Muerto, Vanguardia por nombrar algunos?
A esos que usted nombra le podemos agregar Gualcamayo, Cerro Negro, Cerro Moro, Pirquitas, Chinchillas, San José, Manantial Espejo entre otros, que son consecuencia de un plan que tuvo proyección en el tiempo. Reglas claras que permitieron el desarrollo de yacimientos metalíferos. El eje transversal de todos ellos fue una Política de Estado estable. Oportunidades que fueron aprovechadas. Algo que desde hace varios años nuestro país abandonó y en los últimos años empeoró. Vale resaltar que un 90 % de esas inversiones que enumeramos siempre se hicieron en gobiernos peronistas.
No tengo ninguna duda, me baso en la historia reciente. La inmensa mayoría de los emprendimientos mineros metalíferos fueron en tiempo de gobiernos peronistas. La realidad no nos permite mentir.
¿Cuál es para usted el paso que se debería dar para recuperar el terreno o tiempo perdido?
Primero debemos ordenar las cuentas de un Estado mal manejado y deficiente. El que se endeudó y apostó a la timba financiera. Esto caracterizó al detestable gobierno de Mauricio Macri. Argentina debe volver a un lineamiento de previsibilidad integral que nos reposicione para adentro y fuera del país. Ante la enorme crisis que vive el país, principalmente de credibilidad en sus gobernantes, el actual gobierno ya demostró que posee demasiada ineptitud y así lo piensa y siente la gran mayoría del pueblo.
¿Y qué se debe hacer con la minería?
Se debe abordar otro camino a las fórmulas hasta acá aplicadas. Por eso entendemos que nuestra clase dirigente debe prepararse para consensuar un decálogo de políticas a aplicar en las próximas décadas. Medidas de fondo que trasciendan las cuestiones electorales y que suba la ideología que fuera elegida, haya políticas sectoriales que no se van a modificar. Esto significará volver a ser creíbles y ésta debe ser la consigna. Esto permitirá regresar a la previsibilidad para que los mercados y capitales internacionales, y también los capitales nacionales, crean en la producción como una inversión genuina, no especulativa. Desde estos parámetros se volverá potencializar a nuestras Pymes y de ese punto de partida crear trabajo genuino que motorizará el consumo.
Algo que históricamente ha sido muy difícil concretar…
Si, puede ser, pero debemos intentarlo y exigirlo. Los que sufren más esta inestabilidad y precariedad económica no somos sólo los trabajadores, son nuestros viejos, los jubilados, desocupados y lo peor, que nuestros jóvenes sientan que se les esfumó el futuro. Debemos impedir que la impericia de los gobernantes les robe el sueño de crecer en su nación.
Hoy aprendimos que las redes sociales, los globitos de colores y las campañas coucheadas, pero sin contenido, demostraron que están vacías y son perjudiciales para el pueblo.
Debemos buscar consensos para volver a reafirmar que el eje de un pueblo está en su gente. Que los individuos deben ser la fuente inspiradora del progreso. Que el horizonte y el esfuerzo del conjunto debe ser la reconstrucción de un país. Es imperativo que se acaben los privilegios de unos pocos y se enaltezca a los más postergados para enfrentar los nuevos desafíos. Para ello, cada referente sectorial, debe asumir su rol y ponerlo en función del bien común.
En el último documento de AOMA efectuado en Neuquén el gremio de los mineros se refiere a este tema de la responsabilidad social de las empresas y los dirigentes…
Por supuesto. No podemos aceptar que existan empresas que piensen que los trabajadores somos descartables. Que ante un semestre que arroja números negativos en sus balances, de la noche a la mañana, digan “cerramos” y dejan a miles de familias fuera del mercado laboral. Esto es inadmisible. Montaron siempre discursos y publicidades institucionales señalando que los recursos humanos son el valor supremo de cada compañía y ante un
nubarrón en sus cuentas dejan cesantes a sus trabajadores sin prever la incidencia social de estas determinaciones. Por eso decimos que no sólo hay que enunciarse serios, hay que serlo en forma real, efectiva y responsable. Los primeros que nos planteamos esto somos nosotros, los dirigentes gremiales, que debemos ejercer este rol en forma coherente. Nos podremos equivocar, pero jamás traicionar a nuestra gente y ser desleales a nuestra función.
¿Se han perdido muchas fuentes de trabajo en el último año?
Solamente en la metalífera hemos tenido una fuerte reducción que supera los dos mil compañeros. En las cementeras hubo solamente doscientos cincuenta entre las planta Loma Negra de Barker y San Juan. Las Pymes, que son las más castigadas, han hecho grandes esfuerzos para mantener sus planteles operativos pese a los recortes en la demandas de sus productos. En resumen, no somos ajemos a lo que sucede en el resto de las industrias. Pero este año ha sido muy lamentable para los yacimientos de segunda y tercera categoría de nuestra actividad, principalmente las que están relacionadas con el rubro construcción.
¿Laplace usted cree que se puede revertir la carencia de nuevas inversiones en exploración y puesta en marcha de los yacimientos?
La macroeconomía deberá poner en marcha grandes cambios. Principalmente reducir al máximo la inflación, lograr la estabilidad económica y poner en funcionamiento trasformaciones a la lamentable situación económica del país. Mientras esto sucede, cada sector deberá prepararse para dar respuestas inmediatas a la puesta en marcha de un plan nacional. En la industria minera debemos dejarnos de jugar al distraído y revertir las prohibiciones para la minería en Chubut, San Luis, Córdoba, Tucumán, La Pampa y Mendoza, pero hacerlo en serio, no como lo han hecho hasta ahora. Hay que ser sensatos,
responsables, comprometidos y eficientes. La coyuntura exige trabajar en conjunto evitando los personalismos intrascendentes. Tenemos que prepararnos para cambiar la historia. La minería puede aportar sus potencialidades para sumar respuestas a las necesidades del país. Nosotros, como trabajadores, sabemos que tenemos los recursos humanos para hacerlo. Necesitamos convicción y empuje para restablecer la senda del desarrollo minero.
¿Entonces qué falta?
Un presidente como Alberto Fernández que no oculta su clara intención de poner en valor los recursos naturales, dentro de los cuales se encuentra la minería. Lo ha dicho claro en San Juan cuando le preguntan sobre esta actividad, él quiere que sea protagonista en el futuro inmediato. Comprende bien que nuestra nación necesita las inversiones genuinas que multiplican oportunidades y generan trabajo. Por eso decimos que hasta ahora faltó ponerse la camiseta de Argentina. De abandonar especulaciones empresariales y políticas.
Dejar de jugar a las conveniencias y priorizar el trabajo y la generación de riqueza. Necesitamos empresarios y funcionarios probos. Que jueguen para un mismo equipo. En la industria minera debemos consensuar nuevas metas y rumbos. Desterrar a los quijotes que buscan resaltar su trayectoria profesional.
Debemos volver a la fuente que nos permitió en un quinquenio cuadriplicar los trabajadores en relación de dependencia. Una industria capaz de sentirse orgullosa por ser pujante, solidaria y efectiva en la concreción de sus logros. Nosotros, desde AOMA, estamos preparados, podemos aportar conocimiento, trayectoria y convicciones. Creemos en nuestra gente, por eso en San Juan le expresé al electo presidente que cuenta con el apoyo incondicional de los trabajadores mineros.
¿ Lo entusiasma la llegada de un nuevo gobierno peronista?
No sólo me entusiasma, trabajamos para que eso sea una realidad. Falta muy poco para que suceda y desde el 10 de diciembre emprenderemos un nuevo camino en el país. No sólo asume el peronismo para devolverle la esperanza a nuestra gente, llega un proyecto nacional que volverá nuevamente a establecer el sentido común a la gestión del Estado. Alberto Fernández llega al poder de la mano de un mensaje claro y conciso. Haciendo autocrítica
y convocando a todos los sectores para sumarse y sacar del pozo a la Argentina. Sin mentiras y engaños, y sin falsas promesas, con la dura herencia que deja un gobierno nefasto y dañino como ha sido el de Macri.
¿Apuesta a que la minería será protagonista de este nuevo gobierno?
No tengo dudas. Así lo dijo el futuro presidente en la reunión sectorial del pasado 1 de octubre en San Juan. Él, desde el Estado, hará lo que deba hacer para poner en marcha el país. Junto al campo y la energía aseguró que la minería tendrá un importante protagonismo. Es de esperar que los empresarios estén a la altura de los acontecimientos y abandonen la especulación y entiendan el momento histórico de Argentina. Si logramos encolumnarnos detrás de objetivos precisos de desarrollo, estabilidad, previsibilidad y reglas de juego claras, tendremos un horizonte de nuevas oportunidades.
¿Volviendo al gremio se observó una apuesta importante en inversiones de nuevas sedes y obras edilicias?
Desde hace más de una década le venimos dotando de nuevas instalaciones a todas nuestras seccionales. Cada año intentamos y nos esforzamos por sumar beneficios para que disfruten nuestros afiliados y sus familias. Así lo demuestran las obras que realizamos en las seccionales de San Luis, 28 de Octubre y San Juan. En cada una de ellas cumplimos con viejos anhelos y estamos muy reconfortados por haber podido satisfacer inquietudes y cumplir. Es una forma de devolverle a cada trabajador la confianza que nos han ratificado en este tiempo que llevamos en la organización.