El Presidente de la República Sebastián Piñera hizo un llamado, luego de una extensa reunión en el Palacio de La Moneda, a un acuerdo por la paz, por la justicia y por una nueva Constitución.
El mandatario ratificó las palabras del el ministro del Interior Gonzalo Blumel, quien el domingo habló sobre la realización una nueva Constitución, dentro del marco institucional, pese a que este martes todos los partidos de la oposición firmaron un documento pidiendo Asamblea Constituyente como método para la confección de una nueva carta magna.
"Un acuerdo por una nueva Constitución dentro del marco de nuestra institucionalidad, pero con una clara y efectiva participación ciudanda; con un plebiscito ratificatorio para que los ciudadanos participen no sólo en la elaboración de esta nueva constitución, sino que también tengan la última palabra en la aprobación y construcción de este nuevo pacto social que Chile necesita", expresó.
También Piñera llamó a un "acuerdo por la paz" y contra la violencia, además de un acuerdo por la justicia para "poder empujar todos juntos una robusta agenda social que nos permita avanzar hacia un Chile más justo".
El jefe de Estado además, informó que llamarán a personal en retiro de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) para que se reintegren a las actividades para combatir los hechos de seguridad pública.
"Para fortalecer la importante e indispensable labor de Carabineros y la PDI hemos decidido abrir la posibilidad de reintegración a carabineros y policias de investigaciones de todas aquellas personas que hayan tenido un retiro reciente, para aumentar la capacidad y eficacia de nuestras fuerzas de orden y seguridad", dijo Piñera, publicó T13
La Tercera
El Presidente convocó la noche de este martes a tres grandes acuerdos: por la paz, por una agenda social y por una nueva Constitución. Antes, La Moneda analizó la opción de volver a decretar un estado de emergencia, dado el descontrol evidenciado en todo el país por el paro nacional.
Tras una violenta jornada en el marco de la convocatoria a un paro nacional hecha por más de un centenar de organizaciones sociales agrupadas en la Mesa Unidad Social, y que tuvo una amplia recepción a lo largo del país, el Presidente Sebastián Piñera hizo un fuerte llamado a la unidad de los chilenos y convocó a todos los sectores políticos a tres acuerdos: 1. Por la paz y contra la violencia. 2. Por justicia, que impulse una agenda social para “un Chile con más oportunidades”. 3. Por una nueva Constitución, con un plebiscito ratificatorio.
“Los acuerdos que Chile necesita no pueden avanzar con la violencia; e igual como no toleramos ninguna violación a los DD.HH., tampoco toleramos ninguna impunidad ante delitos que reflejan tanta maldad y que han causado tanto daño”, subrayó el Mandatario, quien también anunció que instruyó al Ministerio del Interior y Seguridad Pública para presentar nuevas querellas por Ley de Seguridad del Estado “contra todas aquellas personas que han incitado, promovido, fomentado o participado en la comisión de los graves delitos que hemos visto en esta jornada”.
Piñera se había ido pasadas las 17.00 de La Moneda rumbo a su residencia en Las Condes. Con el transcurso del día, mientras las manifestaciones se fueron recrudeciendo y los niveles de violencia también, Blumel, Rubilar y el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, se reunieron para analizar los disturbios.
A esa hora los incendios, saqueos y desmanes se multiplicaban por todo el país, transformándose en el día más violento después del fin de semana del 18, 19 y 20 de octubre cuando se produjo el estallido social. Tras el retorno de Piñera a Palacio, el anuncio de que el Mandatario hablaría generó expectación sobre la posibilidad de que se volviera a decretar un estado de emergencia, lo cual finalmente no ocurrió. Más tarde, el presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, confirmaría que el Presidente Piñera había analizado ese escenario.
Mientras los canales de televisión mostraban que la violencia se expandía a todas las regiones, Piñera citó al ministro de Defensa, Alberto Espina, quien llegó a Palacio a las 20.23. Ahí se concretó la reunión con Rubilar, Blumel, Ubilla, su jefa de gabinete, Magdalena Díaz, y su asesor, Benjamín Salas, con quien analizó la opción de estado de emergencia.
Una persona que estuvo en la reunión cuenta que en la cita se optó por una decisión política: emplazar a la oposición a un diálogo para salir de la crisis.
Según fuentes de La Moneda, pesó el análisis que sacar de nuevo a los militares a la calle podría afectar los atisbos de diálogo con la oposición que se han observado en los últimos días en el Congreso.
Otro anuncio que llamó la atención fue la reintegración de excarabineros y exmiembros de la PDI para apoyar las tareas de ambas instituciones que llevan casi un mes desplegados en las calles. “A pesar de todo el esfuerzo desplegado por Carabineros y la PDI, el orden público ha sido vulnerado”, dijo el Mandatario.
Uno de los momentos críticos que marcaron la jornada había ocurrido durante la tarde, en San Antonio, Región de Valparaíso, cuando una turba de cerca de 100 personas atacó -con piedras, fierros y bombas molotov- el Cuartel Nº 2 de la Escuela de Ingenieros Militares del Ejército, también conocida como la unidad Tejas Verdes.
Allí, los encapuchados derribaron el acceso al recinto y generaron desmanes en los primeros patios. Uno de los artefactos incendiarios, de hecho, alcanzó a un camión de abastecimiento y a las bodegas.
En primera instancia, el Ejército lamentó esta situación a través de sus redes sociales, señalando que “como institución condenamos el ataque violento del cual fue objeto la Escuela de Ingenieros en San Antonio”.
Sin embargo, según fuentes del mundo uniformado, la molestia en la entidad castrense era grande. Por la noche, y poco antes del discurso del Presidente Piñera, el Ejército emitió un comunicado de prensa, en el cual subrayó que “la institución condena enérgicamente el ataque injustificado que propinó un grupo de delincuentes a uno de los cuarteles de la unidad militar, acto que con una violencia desmedida, afectó a una parte de sus instalaciones”.
Se informó también que como consecuencia de este ataque, resultó herida una soldado conscripto femenina con un proyectil en su rostro. Se encontraba fuera de riesgo vital.
También se dijo que “el actuar del personal de la guardia del cuartel, con apoyo de una unidad de reacción y dando cumplimiento a los procedimientos establecidos, evitó que se produjeran mayores daños”.
Sin embargo, uno de los párrafos del comunicado fue también una clara advertencia: “Frente a nuevos ataques a instalaciones militares en cualquier parte del país, estos serán respondidos adecuadamente en uso de la legítima defensa, con las capacidades puestas a disposición del personal que custodia estas instalaciones en resguardo del personal, infraestructura, equipamiento y bienes públicos entregados por el Estado para el cumplimiento de sus tareas constitucionales”.
Aunque la jornada de este martes marchaba tranquila, pasadas las 17 horas Carabineros, intendencias, bomberos y autoridades seguían en alerta. Y fue cerca de las 18.00 cuando violentos ataques de encapuchados terminaron en una serie de incendios.
Durante el día se produjeron incidentes menores. Comenzaron temprano en Santiago: a las 8.30 horas, un grupo de encapuchados levantó una barricada en Teniente Cruz con General Bonilla, en Pudahuel. Hechos similares se fueron repitiendo conforme avanzó la jornada. A las 16.00, una masiva marcha ya estaba reunida en Plaza Italia.
El grueso de los manifestantes se expresó de forma pacífica, pero pasadas las 18.00 comenzaron los incidentes más violentos, por ejemplo, el que afectó al restaurante La Hacienda Gaucha, ubicado Vicuña Mackenna. Allí, un grupo de encapuchados atacó el recinto con elementos incendiarios y provocó el inicio de las llamas en el primer piso. Además, el local fue saqueado. En la misma comuna, pero en el barrio Lastarria, quemaron el ingreso de la Parroquia de la Veracruz.
Mientras eso pasaba en Santiago, en regiones también se sabía de saldos negativos. En Concepción, Región del Biobío, la gobernación fue incendiada por un grupo de desconocidos. Las llamas consumieron gran parte de la entrada al edifico público y solo fueron controladas tras varias horas de trabajo de Bomberos. El fuego también destruyó allí oficinas de Extranjería y de la Seremi de Bienes Nacionales.
En Antofagasta, en tanto, se registraron incidentes aislados en el centro de la ciudad. Pero la imagen que más llamó la atención fue cómo un grupo de manifestantes logró botar una señalética en plena carretera.
Por la noche, los hechos de violencia recrudecieron y en varias regiones informó de una serie de saqueos a supermercados y otros establecimientos comerciales.
Pero en la mañana de este martes la movilización en Santiago, Valparaíso, Concepción, Antofagasta y varias ciudades, decenas de miles de personas participaron en diversas marchas, en su mayoría pacíficas.
Pero como ha sucedido en las manifestaciones anteriores, en la tarde comenzaron los desmanes en distintos puntos de Chile, incluyendo el incendio de la Gobernación de Concepción, el ataque inédito al Regimiento Tejas Verdes en San Antonio y varios disturbios de diversa gravedad en Antofagasta y otras ciudades.
Ya en la mañana, barricadas y bloqueos de caminos y autopistas por parte de camiones anticipaban cómo se venía el día. Profesores, estudiantes, funcionarios públicos, empleados de la salud y gran parte del comercio estaría paralizado. Mientras en varias partes las calles parecían vacías, la congestión vehicular dificultaba el acceso y salida de la capital. Fue por ese motivo que las dos cámaras del Congreso suspendieron sus actividades, una decisión que fue criticada por algunos parlamentarios que habían logrado llegar.
En 322 comunas, la Confederación Nacional de la Salud Municipalizada (Confusam) adhirió a la paralización, aunque su huelga está activa desde el 29 de octubre y “con una adhesión de paro de más de un 95% de los consultorios desde Arica a Magallanes”, según su presidenta.
En Valparaíso, ya el lunes Merval alertaba que al día siguiente no habría servicio de metrotrenes entre Limache y la ciudad puerto. Y a primera hora de este martes, el seremi de Transportes, José Emilio Guzmán, confirmaba el flujo mínimo de locomoción.
La red Transantiago cerró sus operaciones del día a las 17.00, Metro -que estuvo con varias de sus estaciones cerradas toda la jornada-, a las 20.00 y Tren Central lo hizo a las 19.00.
DF
Fuerte movimiento del dólar ayer abre escenarios para reacción de inversionistas y del Banco Central hoy tras desmanes en todo el país y a la exigencia de los partidos de oposición sobre una asamblea constituyente.
El conflicto social por el que atraviesa el país nuevamente golpeó al peso chileno, en una volátil jornada del mercado cambiario donde el nerviosismo provocó que los inversionistas nacionales hicieran masivas compras de dólares, llevando el tipo de cambio a nuevas alturas y aumentando las expectativas de una intervención del Banco Central, la primera desde 2011.
Después de haber marcado el lunes un máximo histórico sobre $ 760, la jornada partió con una agresiva subida que lo empinó sobre los $ 770 y después pasando ágilmente las barreras de los $ 780 y los $ 790. Fue poco antes del mediodía que el cruce de monedas llegó a su peak del día: $ 800,08. Un verdadero hito.
De ahí, el peso fue recuperando terreno, en medio de una serie de tomas de utilidades, situación que se consolidó cuando el Banco Central rompió el silencio y dio señales de calma al mercado, en lo que algunos calificaron como una “intervención verbal”.
Con todo, el cruce de monedas terminó la jornada en $ 783,82, un nuevo récord histórico, según cifras de Bloomberg. Esto representó una subida de $ 23,39 con respecto al cierre del día anterior, su mayor alza diaria desde octubre de 2008.
Según lo relatan operadores de las mesas de dinero del mercado, el ambiente ayer sólo se podía describir como “caótico”, con los inversionistas invadidos por un sentido de urgencia por comprar dólares que se fue acrecentando en la medida que la divisa seguía su rally.
Las primeras horas de la sesión, las órdenes de compra se multiplicaban, pero después de tocar la línea de los $ 800, un número que los agentes empezaron a ver con preocupación, se dio un punto de inflexión.
En ese momento, algunos operadores se dedicaron a vender para capitalizar la agresiva subida, mientras que otros preferían enajenar bajo el riesgo de que el Central pudiera pronunciarse después del cierre del mercado, dejándolos en una posición incómoda con dólares “caros”.
Esto sólo se vio reforzado cuando el BC publicó su comunicado, señalando estar listo para usar sus herramientas contra “situaciones anómalas”.
Esta agitación dejó una marca evidente en los montos transados del mercado cambiario, considerando que en la jornada se operaron US$ 1.747,7millones, según datos de la Bolsa Electrónica.
Esto representó un aumento de más de 50% con respecto a las transacciones diarias promedio del último mes, y también, el día más activo desde finales de junio de este año.
Desde el mercado financiero destacaron que el segmento más activo durante la jornada fueron inversionistas individuales, tanto de perfil retail como aquellos con mayor patrimonio. Esta tendencia se ha mantenido en las últimas semanas, en las que han sido los inversionistas nacionales los mayores compradores, mientras que institucionales y extranjeros han estado más cautelosos.
Después de meses de moverse al ritmo de lo que pasaba en los mercados internacionales, siguiendo las señales de la Reserva Federal, los vaivenes del precio del cobre y las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, la atención de los inversionistas se ha volcado completamente a Chile.
Operadores locales aseguran que lo que más está pesando en el mercado cambiario en estos días ha sido la incertidumbre política que se extiende en el país desde que empezaron las manifestaciones en varias grandes ciudades hace más de tres semanas.
Además, el último anuncio de La Moneda para tratar de aplacar las manifestaciones de descontento social, el generar una nueva Constitución, dejó a los inversionistas nerviosos, tanto por los potenciales cambios a las “reglas del juego” como por la extensión del proceso.
Junto con la potencial nueva Carta Magna, el hecho de que las protestas no den tregua pese a los anuncios del Ejecutivo tiene a los capitales buscando refugio. “Cualquiera se puede dar cuenta que todas estas semanas van a tener un costo grande en desempleo, producción, etc”, explica un operador local.
Eso sí, desde las mesas de dinero hacen énfasis en que la volátil jornada cambiaria de ayer y el salto del lunes de esta semana se dan por movimientos “apanicados” por la incertidumbre, lo que ha aumentado los niveles de volatilidad de las sesiones.
Después de la dura jornada de ayer, queda poca certeza de lo que pueda pasar en el corto plazo. El grueso de los operadores ni siquiera se aventura a proyectar lo que va a pasar hoy, cuando la sesión nuevamente estará presionada por la situación que vive el país.