Laura Vales
A un mes del cambio de Gobierno, el Grupo Techint paralizó la construcción del reactor Carem 25, mientras le reclama al Estado una actualización de precios y el pago de deudas. Fueron suspendidos los 500 trabajadores de la planta.
Techint paralizó la construcción de las obras de ingeniería civil del reactor Carem 25, en la localidad de Zárate, y suspendió a la totalidad de su personal, cerca de 500 personas entre obreros de la Uocra, supervisores, maestranzas, gastronómicos, seguridad privada y transporte. El viernes a las seis de la tarde a los gremios se les notificó que este lunes el personal no podrá ingresar, por un plazo de tres semanas.
El Grupo Techint le viene reclamando al gobierno nacional y a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) la actualización de los precios en los convenios y el pago de desembolsos atrasados de la licitación. En enero de este año, la empresa había amenazado con retirarse, pero luego llegó a un acuerdo con la administración nacional. Esta suspensión de la obra, resuelta a menos de un mes del recambio presidencial, es una atribución de las empresas del sector, ya que el régimen laboral de la construcción permite las suspensiones sin causa. Sin embargo, los gremios pedirán al Ministerio de Trabajo el dictado de una conciliación obligatoria, ya que la medida no fue comunicada a la cartera laboral. “Para nosotros, la suspensión no tiene validez”, dijo a PáginaI12 Facundo Ocampo, abogado de la Uocra-Zárate.
El abogado de Uocra comunicó que pusieron en conocimiento de lo ocurrido a la cartera laboral “para que intervenga de forma urgente ya que este lunes los trabajadores recibirán los telegramas”. A partir de las 8 de la mañana, los suspendidos realizarán una asamblea para decidir un plan de lucha.
“Toda la gestión del gobierno macrista ha sido terrible para los trabajadores de Atucha. Arrancamos con un vaciamiento de la inversión; en 2016 tuvimos 2400 trabajadores despedidos que nunca pudieron reubicarse. Y ahora el Gobierno se va con la construcción parada del único proyecto nuclear que sobrevivía”, señaló Ocampo.
La obra fue iniciada durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. A partir de 2016 pasó por sucesivas suspensiones y la desafectación de varias empresas constructoras. En 2017 Techint se adjudicó la segunda etapa de la obra de ingeniería. La idea era que Carem 25 comenzará a funcionar en 2020, luego se postergó esa expectativa para 2022; hasta ahora están terminado el 60 por ciento de los trabajos.
La firma reclama un monto de 6 millones de dólares a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Los trabajadores vienen de varios meses en conflicto y, en agosto, llegaron a cortar los accesos de la rotonda al Complejo Centrales Nucleares, exigiendo al Ministerio de Producción que dé respuestas para garantizar la continuidad en sus trabajos.
Los Andes
GUILLERMO PENSADO*
La energía nuclear nació y encontró su primer paradigma: energía para el desarrollo, pero también destructiva. La primera bomba buscó la paz y lo logró. Paz transformada en guerra fría y absurda acumulación de ojivas nucleares capaces de terminar con la humanidad. Pero también llegó la energía nuclear para uso doméstico e industrial, y sus aplicaciones en la medicina. El accidente de Chernóbil es difícil de olvidar, pero sirvió de base para una energía nuclear moderna y segura. Hoy, el desarrollo científico y tecnológico nuclear es fundamental en la medicina y fuente de energía en gran escala, todo el día y sin emisiones de CO2 (dióxido de carbono). Según OIEA, la energía nuclear evitó emisiones por 68.000 millones de toneladas de CO2 desde 1970.
El carbón recuperó su importancia energética a fines del siglo XX, desplazando al petróleo y el gas. El crecimiento económico del Este Asiático, con fuerte demanda de energía, sólo pudo ser rápidamente cubierto con carbón. Así, las emisiones de CO2 se aceleraron porque es el mayor generador entre las fuentes de energía.
Carbón implica smog, con nocivos efectos para las personas. En 1952, la trágicamente famosa “nube asesina” en Londres por smog industrial y calefacción mató a 4.000 personas en las primeras semanas y 8.000 en los siguientes meses. Actualmente, las ciudades industriales de China muestran niveles de smog preocupantes.
Para revertirlo, China implementó un plan de energía nuclear como fuente de energía limpia a gran escala. India, Corea del Sur y los Emiratos Árabes la siguen. En contraposición a Alemania, donde las emisiones de CO2 aumentaron por incrementar la quema de carbón para energía. Actualmente Alemania importa energía nuclear desde Francia.
El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) fijó una meta al 2050 para el aumento de la temperatura desde la época pre-industrial: no debe superar los 2°C. El IPCC estima que 80% de las fuentes de energía deberían ser con bajas o nulas emisiones de CO2: solar, hidráulica, eólica o nuclear. Energía hidráulica y nuclear son las únicas de gran escala que pueden generar todo el tiempo. La Asociación Nuclear Mundial (WNA) estima que la energía nuclear debería aumentar su generación al 25% del total. Todo un desafío social e industrial.
Argentina puede ayudar en este desafío gracias al conocimiento científico y técnico nuclear que posee. Siendo una política de estado, se desarrolló y mantuvo más allá de los cambios de gobierno y las crisis económicas (con altos y bajos, obviamente). Hoy cubre 10% de la energía nacional, y el plan es incrementarlo. Argentina es precursora en el desarrollo de pequeños reactores modulares con un proyecto que compite a nivel mundial por ser el primero, más seguro y económico
La paradoja local es importar toda la materia prima del combustible nuclear, pese a tener recursos minerales que cubrirían las demandas por 100 años y podrían exportarse con fines pacíficos. Recuperar el autoabastecimiento daría independencia energética y ayudaría al desarrollo industrial y a la lucha contra el cambio climático.
*Lic. en Geología. Cámara Mendocina de Empresarios Mineros.