El régimen anunció que produce cinco kilos diarios y que está desarrollando dos nuevos modelos de la maquinaria para tratar los minerales. Con ello, se aleja más del acuerdo firmado con las potencias mundiales en 2015.
Irán aseguró que tiene un ritmo de producción de cinco kilos de uranio enriquecido por día, multiplicando por más de 10 veces la producción de hace dos meses, en avances que marcan un mayor alejamiento con respecto a los compromisos asumidos en el acuerdo nuclear de 2015.
El anuncio, que incluyó también una mención a un prototipo de centrifugadora que funciona 50 veces más rápido que las permitidas dentro del acuerdo, coincidió con el 40 aniversario de la toma de la embajada estadounidense en 1979 y el inicio de una crisis de rehenes de 444 días.
Al emplear estos dispositivos avanzados, Irán reduce aún más el plazo de un año que según los expertos necesitaría Teherán para tener material suficiente para construir una bomba nuclear, si quisiera hacerlo.
El acuerdo internacional limitaba a Irán a utilizar solo 5.060 centrifugadoras IR-1 de primera generación para enriquecer uranio haciendo girar a gran velocidad el gas hexafluoruro de uranio.
En una puesta en escena teatral en la instalación nuclear de Natanz, donde se rodó la entrevista, Ali Akbar Salehi, vicepresidente de la República Islámica y jefe de la Organización Iraní de la Energía Atómica, presionó un botón para activar un conjunto de 30 centrifugadoras IR-6, elevando a 60 el número de máquinas en marcha.
Salehi señaló en declaraciones a la televisión oficial que en los últimos dos meses Irán puso a punto dos nuevos modelos de centrifugadoras, una de las cuales ya comenzó el período de pruebas. Uno de estos prototipos, al que llamó IR-9, sería unas 50 veces más rápido que las IR-1.
Las medidas responden a la decisión de Irán de abandonar las restricciones impuestas por el acuerdo sobre su programa nuclear firmado en julio de 2015, del que Estados Unidos se retiró unilateralmente.
Según acuerdo, suscrito en Viena por el grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania), Irán aceptaba reducir su programa nuclear a cambio del levantamiento de parte de las sanciones que asfixian su economía. Pero cuando en mayo de 2018 Estados Unidos decidió abandonar unilateralmente el acuerdo y restablecer duras sanciones económicas, Irán empezó a incumplir algunos de sus compromisos.
Irán ya ha superado sus limitaciones de enriquecimiento (3,76%) y reservas (300 kilos), en un intento de presionar a Europa para que ofrezca un nuevo acuerdo. Pero más de un año después de la retirada de Estados Unidos, las naciones europeas no han logrado ofrecer a Irán una forma de vender en el extranjero su petróleo, castigado por estrictas sanciones estadounidenses.