Una de las claves de la subida de precios del oro desde el pasado verano ha sido la política monetaria adoptada por diversos bancos centrales a lo largo de 2019, que se ha traducido en una moderación respecto a anteriores políticas, que ha permitido que volvieran las bajadas de tipos de interés.
En un post publicado en GoldHub, el blog del Consejo Mundial del Oro, el responsable de Market Intelligence de este organismo, Alistair Hewitt, apunta a los cambios en la política monetaria de diversos bancos centrales del mundo como una de las claves que ha permitido al oro dispararse durante la segunda mitad del año.
En opinión de Hewitt, “es sabido que la economía mundial sufre. Las actuales tensiones comerciales entre Estados y China (y también otros mercados), la agotante cuestión del Brexit, así como la gran cantidad de puntos de incertidumbre en el panorama geopolítico mundial, se han dejado sentir. El crecimiento global se está ralentizando y los inversores son pesimistas respecto a las perspectivas de la economía mundial. La recesión se plantea como una posibilidad cada vez más real en muchas de las principales economías mundiales”.
Por todos estos motivos, los bancos centrales del mundo han emprendido una política de recortes de los tipos de interés. Según Hewitt, un total de 54 bancos centrales de los países emergentes y desarrollados han llevado a cabo recortes en sus tipos de interés básicos durante el mes de octubre.
Los datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) revelan que, en lo que llevamos de año 2019, de los 37 bancos centrales sobre los que este organismo realizan un seguimiento, el 60% han acometido recortes de los tipos de interés, el nivel más alto desde que tuvo lugar la crisis financiera global. “Y eso que todavía quedan dos meses para que concluya el año”, advierte Hewitt.
La moderación de las políticas monetarias ha provocado que se disparen los stocks de deuda con rendimientos negativos. Los datos de Bloomberg apuntan a que el valor acumulado de estos rendimientos negativos es en estos momentos un 260% mayor que hace un año, y un 80% más alto que a comienzos de 2019.
“Con esta nueva ronda de flexibilizaciones por parte de los bancos centrales, en un escenario económico cada vez más debilitado, es probable que los rendimientos negativos sean cada vez mayores”, advierte el ejecutivo del Consejo Mundial del Oro.
¿Qué influencia puede tener todo esto sobre el precio del oro? Como explica Hewitt en su post, cuando se evalúa la actuación del oro, se analizan cuatro factores principales:
+Expansión económica: cuando las economías se expanden, los ciudadanos tienden a adquirir más joyas, invierten más en tecnología y añaden más fondos a sus ahorros a largo plazo.
+Riesgos e incertidumbre: las correcciones en los mercados a menudo disparan la demanda de oro de inversión, que es considerado como un activo refugio.
+Coste de oportunidad: el precio de los activos con los que compite el oro, como los bonos (por medio de los tipos de interés), las divisas y otros, influye en la actitud de los inversores hacia el oro.
+Dinámica: los flujos de capital y los precios pueden impulsar o retraer la actuación del oro.
De entre estos factores, el coste de oportunidad ha sido el que más ha influido en la subida del precio del oro durante 2019. Las bajadas de tipos de interés han provocado la acumulación de rendimientos negativos en los bonos, reduciendo el coste de oportunidad de invertir en oro. La caída de los tipos y los rendimientos negativos hacen que la deuda pública resulte menos atractiva y aumentan la posibilidad de que suba la inflación y se produzca una depreciación de la moneda en el futuro.
Todos estos factores han contribuido a que los inversores se vuelvan a interesar por el oro. En opinión de Hewitt, “es probable que los bancos centrales sigan reduciendo los tipos de interés, lo que seguirá constituyendo un factor favorable a la subida del precio del oro”.
Las alarmas de la llegada de una nueva recesión económica están sonando con fuerza en los últimos meses y, con ellas, el interés de los inversores y ahorradores por poner a cubierto sus carteras y sus reservas guardadas durante años. Un escenario en el cual el rey de los metales, el oro, vuelve a reivindicarse como activo refugio por excelencia, sobre todo si hablamos de piezas físicas.
Desde principios de enero, el oro se ha revalorizado un 14 %, hasta rebasar los 1.540 dólares por onza el pasado 4 de septiembre. En la actualidad cotiza en el LBMA a 1.492 dólares onza. Aunque hay muchas vías para beneficiarse de este repunte, en los últimos meses se ha percibido una mayor demanda por piezas físicas que serían garantía de valor en el caso de un gran colapso de los mercados, nos cuenta Invertia en un amplio artículo.
Los últimos informes emitidos por varias casas de inversión, como los del banco suizo Julius Baer o el gestor de fondos neoyorquino Wisdom Tree, explican que la remontada ha tomado fuerza al calor del discurso de los economistas más agoreros, pero también por las compras masivas de oro de los bancos centrales, que aumentan así sus reservas en detrimento de las divisas tradicionales como el franco suizo o el dólar estadounidense.
Con este panorama, el preciado metal va camino de cerrar su cuarto año consecutivo al alza. En este periodo, la remontada alcanza ya una revalorización del 36 %.
Estos son algunos de los consejos que más repiten los asesores patrimoniales, según Invertia:
El consejo más frecuente es que nunca se sobrepase un 10 % de la cartera de inversión. Este porcentaje suele ser suficiente para conseguir una buena exposición al activo en el que se desea invertir sin correr excesivos riesgos de jugárselo todo a una sola carta.
Aunque es un activo bastante líquido en todo el mundo, hay que tener en cuenta que las piezas de oro de tamaño medio, tanto lingotes como bullion, son las que más aceptación tienen y suelen conseguir unas valoraciones más adecuadas a la hora de negociar con ellas. Las piezas demasiado grandes o pequeñas pueden encontrar más dificultades para su circulación.
Según las claves de Invertia hay que tener en cuenta que lo ideal es adquirir oro físico con perspectivas a largo plazo, más que como moneda de cambio o pasarela a otros activos.
Respecto a la seguridad, los expertos aconsejan acudir a compañías de inversión en metales preciosos que cuenten con trayectoria, estén bajo la supervisión o el paraguas de algún organismo o grupo internacional y que no ofrezcan piezas ni precios que difieran mucho con lo que se suele manejar en este mercado.
Antes de adquirir una pieza conviene comprobar que cuenta con ciertos distintivos que acrediten su autenticidad y pureza: sus señales de identidad. En el caso de las monedas de inversión o bullion, comprobando los listados de emisiones de la Casa de Moneda que las haya acuñado y cuya marca de Ceca figurará en la pieza. En barras y lingotes, es habitual que haya marcas con el nombre del fabricante, una alusión al nombre del metal y su peso. Es obligatorio que figure su pureza y el sello del certificador, mientras que el número de serie frecuentemente aparecerá solo en los lingotes de fundición de mayor peso.
A la hora de comprar estos lingotes o monedas bullion en algunas de las firmas de inversión en materias nobles que ofrecen este servicio, casas de moneda o tiendas de numismática hay que tener en cuenta que las normas vigentes sobre pagos en efectivo también afectan a este producto. El vendedor no podrá aceptar pagos en metálico por más de 2.500 euros. A partir de esa cantidad, la transacción deberá ejecutarse a través de una cuenta bancaria.
Tanto si la compra es en un despacho físico como a través de una tienda online, la compra de metal precioso suele llevar aparejadas ciertas comisiones que conviene conocer y preguntar antes de cerrar la operación. Habitualmente, en función del tamaño y lo extraordinario de la pieza en cuestión, esta tasa se mueve entre el 1,5 % y el 3 % sobre el precio oficial.
Ya sean lingotes o bullion de oro que cumplen con determinados estándares están exentas del pago de IVA en España, a diferencia de lo que ocurre con las joyas hechas de este metal, que tributan al 21 % por este impuesto. En monedas, lingotes, barras o láminas de oro, deberán contar con una pureza igual o superior a 995 milésimas y tener alguno de los pesos que enumera la ley vigente a partir de 2 gramos. En el caso de las monedas, se exige que sean de ley igual o superior a 900 milésimas, hayan sido acuñadas después de 1800 para curso legal en su país de origen y se hayan comercializado a un precio que no sobrepase en más de un 80 % al valor de mercado del oro que contengan.
Por último, Invertia cierra sus consejos para la adquisición de oro físico con el punto referente a la venta del mismo pasado el tiempo prudencial de su adquisición. “si por el motivo que sea se quiere vender conviene conocer el precio al que se está negociando la pieza de la que el inversor pretende desprenderse. Además, ha de saberse que en el caso de obtener plusvalías se debe tributar por ellas señalando estas ganancias en la declaración anual de IRPF. Asimismo, los asesores recomiendan no acudir al primer comprador que pudiera aparecer, sino dejarse aconsejar por un experto en el campo o recabar el criterio de la casa de inversión donde inicialmente se compró”.