Pronóstico desalentador para la industria y Neuquén
Raúl Oscar Vila
Mientras las tensiones geopolíticas aumentan en el Medio Oriente, el precio del petróleo no encuentra su punto de equilibrio en el mercado mundial. A este escenario se suma la incertidumbre de las empresas de servicios. Los estados previsores buscan alternativas.
Como hemos publicado en este medio, las principales cuencas de Estados Unidos debieron bajar equipos de perforación producto de problemas financieros. Esta realidad generó una significativa desaceleración de la actividad y consecuentemente, importantes pérdidas en los balances de compañías de servicio como Halliburton, Schlumberger y Weatherford.
Este escenario, sumado a los indicadores de una potencial recisión en la economía global, hizo que las compañías petroleras ajustaran sus presupuestos para el año 2020 y varios estados analizaran alternativas para minimizar el impacto de una baja en los precios del barril del petróleo.
México tomó la decisión de contratar una cobertura para “proteger los ingresos del gobierno de las ventas de petróleo para el 2020”. Según la agencia Reuter, “las famosas firmas de Wall Street -Citigroup Inc, Goldman Sachs Group Inc y el JPMorgan- están colaborando con el gobierno mexicano en el desarrollo de un programa de protección (cobertura) ante la posible caída del precio del barril”
El martes pasado, el viceministro de Finanzas de México, Gabriel Yorio, dijo que el programa de cobertura permitiría vender el petróleo en un valor de los U$D 49; lo que le permitiría al gobierno mexicano administrar tranquilamente su presupuesto. “Este es un valor con el que podemos controlar los riesgos de una caída en el precio del petróleo” expresó Yorio. “Obviamente si el precio es más alto, tendremos mayores ingresos… pero si baja, estamos cubiertos contra este riesgo” dijo en el Congreso de la Unión.
Pero México no es el único país que se prepara para una baja del crudo. En septiembre, la agencia Reuter publicó que el Banco Central de Rusia elaboró un informe macroeconómico donde el petróleo podría alcanzar un mínimo de U$D 25 el barril durante el 2020.
Cabe mencionar que el presupuesto 2019 de Rusia se basó en un precio del barril de U$D 40; mientras que Arabia Saudita estimó el precio en U$D 80 el barril. Es claro que ambos estados tiene diferencias en establecer el punto de equilibrio, y esta situación termina generando tensiones entre los miembros de la OPEP y sus aliados para establecer la oferta mundial.
Al analizar el comportamiento actual de los mercados se observa una tendencia a la baja. En octubre del año pasado el barril osciló en un máximo de U$D 76,90 y 12 meses más tarde, el precio del crudo no puede superar los U$D 61.
Existe un difícil desafío para la industria petrolera mundial como para los países productores. Las tensiones en el Estrecho de Ormuz, la desaceleración de la actividad y la poca demanda producto de una potencial recesión, exige reajustar los presupuestos de las compañías y analizar alternativas que posibiliten a los gobiernos mantener los ingresos de las rentas petroleras sin implementar mayores impuestos.
Un desafío de los países que tienen claro no matar la gallina de los huevos de oro. Una asignatura pendiente para los líderes de Argentina que sin lugar a dudas deben cruzar en el mundo de los negocios.