Ernesto Cussianovich*
La campaña electoral generó un aumento inesperado de la exposición pública de la minería en el país.
La crisis económica, la urgencia de divisas, la prédica de un nuevo federalismo, la diversificación de la economía y las expectativas generadas por el litio, fueron algunos de los temas que propiciaron una mayor presencia de la actividad minera en la cabeza de los argentinos.
En esa misma línea, y tal vez como resultado de esta mayor exposición, se produjo un cambio de orientación (también inesperado) en la mirada de la población sobre esta industria. Este cambio resultó en un leve avance en la valoración y en la propia aceptación de la minería por parte de una mayoría de los ciudadanos, especialmente de aquellos sectores de la población para quienes sigue siendo un sector invisible.
Efectivamente, en el estudio sobre minería y opinión pública que acabamos de concluir a pocos días de las elecciones generales, se puede verificar una mirada tenuemente más positiva de la población sobre este sector. Se trata de una encuesta comparativa que revela una mejora en la reputación de la industria minero respecto de los números alcanzados hace un año atrás.
Es igualmente un avance en una tendencia anual que debería confirmarse el año próximo, especialmente en lo concerniente al conocimiento, el interés y la identificación de la minería como motor de crecimiento y desarrollo. Esto es algo que comenzó con el inicio del actual gobierno de Mauricio Macri y que continuó a lo largo de la campaña electoral durante este 2019. Para que esta valoración positiva se sostenga en el tiempo e incluso se incremente en los próximos años, será necesario un cambio de orientación de la economía en el corto plazo.
Pero también un viraje del propio sector minero en los meses de transición venideros. Para comenzar, será necesario poner en marcha acciones puntuales que acrecienten la visibilidad de la actividad dentro del marco de la futura transición económica. Esto es particularmente importante para provincias como Mendoza y Chubut donde la minería cuenta con serias posibilidades de instalarse y comenzar a quebrar viejos estereotipos sobre su capacidad de transformación económica y social. Esto debe ocurrir aun cuando se trate de meses donde la urgencia y la complejidad guíen las decisiones.
En el 2020 la industria minera deberá moverse a una velocidad mucho mayor a la registrada hasta hoy. Tendrá poco espacio para la retórica y para las acciones o gestos asociados a la corrección política. Así parecen exigirlo los sorpresivos giros en las preferencias políticas y electorales, las oscilaciones en el humor social por efecto de la crisis y los cambios de rumbo basados en el “ensayo y error” que hemos observado en los dos últimos años.
Por otro lado, en el actual contexto de incertidumbre sobre la marcha del país en el corto plazo, las oportunidades y los tiempos para la toma de decisiones se han reducido. Las proyecciones de las empresas, los inversores, los organismos de financiamiento internacional y los del propio gobierno no lograron acercarse al actual cuadro de situación.
En esa línea, persisten las dudas sobre la capacidad y posibilidad del próximo gobierno, sea el que resulte electo, para acertar con sus diagnósticos. Este es el cuadro de situación en el que la minería debe examinar en detalle sus ventajas y desventajas. La minería es una actividad acostumbrada a vivir en el ojo de la tormenta y bajo un marco de perplejidad y riesgo constante.
De manera que puede decirse que tal vez ha adquirido una capacidad y experiencia para adaptarse a distintas circunstancias de crisis que no tienen otros sectores productivos. De hecho, la crisis ha sido parte constitutiva de la actividad minera en la Argentina. Se trata -es cierto- de contextos de crisis y de riesgos inherentes a la industria. Dilemas y conflictos específicos asociados al ambiente o las comunidades, aunque también a los gobiernos en las provincias y, en especial, a sus gobernadores.
Por otro lado, si bien en el corto plazo las condiciones económicas son por igual adversas a todos los sectores de la economía, la naturaleza del mediano y largo plazo de la minería le otorga algunas ventajas. Más aún, a diferencia de otros sectores productivos, la minería depende cada vez más de las condiciones políticas y económicas de los estados provinciales, la mayoría con autoridades favorables al sector y con sus economías y finanzas más o menos estables.
En ese sentido y dependiendo de las provincias, se impone en cada uno de estos territorios una lectura más perspicaz de la política que apunte al equilibrio entre las demandas del sector minero y las de los gobiernos provinciales.
Esto último significa alcanzar acuerdos internos respecto de las prioridades de la agenda minera para el 2020, pero también respecto de lo que la minería está dispuesta a ofrecer. Se trata de una estrategia basada en saber ofrecer para saber pedir.
El estudio muestra que, si bien falta mucho por hacer en relación al conocimiento general de la minería, en el último año aumentó la cantidad de argentinos que a lo largo y ancho del país reconoce “saber o conocer” algo sobre la actividad. En diciembre del 2018, el 16% de la población aceptaba saber mucho o bastante sobre la minería. En octubre de este año, ese porcentaje llegó al 22%. Más aún, hace un año atrás casi el 80% reconocía no saber “nada” o saber poco de esta industria y hoy ese porcentaje llega al 67%.
Gráfico 1. “¿Cuánto cree usted que sabe o conoce sobre minería: mucho, bastante, poco o nada?”
Sin embargo, la persistencia del bajo nivel de conocimiento de la minería se contrapone con el interés que la población ofrece con respecto a las noticias vinculadas con el sector. Hay que recordar que este estudio fue realizado a nivel nacional, de manera que se incluye en éste el peso o la influencia de los eventos, acciones, notas, redes sociales, etc., ocurridos en las provincias, con o sin actividad minera.
En el gráfico 2, se muestra que en octubre de 2019 una mitad de la población afirma tener “poco o nada” de interés, frente a otra mitad que reconoce “mucho y bastante” interés. Se trata de un entusiasmo por las noticias sobre la minería que experimentó un aumento de aproximadamente un 20% en el último año.
Un incremento que es posible que haya sido producido –en parte- por la dinámica de la campaña electoral en aquellas provincias mineras que tuvieron elecciones desdobladas, como es el caso de San Juan, Río Negro o Jujuy. Aunque también por la decisión política de algunos gobernadores que forma casi deliberada utilizaron por primera vez a la minería como leit motiv o plataforma de sus campañas electorales. Los casos de San Juan y Catamarca fueron los más visibles y -en este último casohay que destacar la campaña casi personal desplegada por la gobernadora Corpacci.
Gráfico 2 “¿Y ud. diría que las noticias relacionadas con minería le despiertan mucho interés, bastante interés, poco interés o nada de interés?”
A las expectativas y la promoción de las inversiones mineras por parte del actual gobierno y -en particular- del presidente Macri; se le sumaron los pasajes de la campaña electoral en los que la minería apareció en el centro de la escena.
Esto ocurrió particularmente por el lado de la campaña de Alberto Fernández quien reemplazó a las “inversiones” de Macri por las “exportaciones” como foco de atención y quien además contó con una buena cobertura mediática gracias al interés que logró captar luego de su resonante triunfo en las elecciones primarias. De hecho, tras ese triunfo Fernández se reunió en dos oportunidades con el sector minero.
En ambos casos, según hemos comprobado, la cobertura fue integral a lo largo y ancho del país. No en vano la opinión de los argentinos respecto a los niveles de apoyo a la minería de Mauricio Macri y Alberto Fernández, los dos candidatos más votados en las elecciones primarias, es muy similar. Al respecto, un 44% cree que Macri apoya a la minería, mientras un 37% cree que no.
Por su parte, un 38% afirma que Alberto Fernández apoya al sector en contraposición de un 35% que opina lo contrario (véase gráfico 3).
Si bien los porcentajes de respuestas respecto del grado de apoyo de ambos candidatos son muy similares, llama la atención el número de respuestas dudosas o de poco conocimiento sobre el tema (ns/nc).
“Grafico 3. ¿Usted cree que Macri apoya a la minería?” y “¿Usted cree que Alberto Fernández apoya a la minería?”
Por otro lado, a la hora de pronunciarse sobre a la situación de la minería, las respuestas de la población general siguen siendo más optimistas que pesimistas. Debemos insistir que se trata de un estudio que incluye respuestas de ciudadanos con distintos niveles de conocimiento sobre la situación de la minería en el país (respecto de la situación “general” del sector).
El año pasado el 60% de los argentinos consideraba que a la minería le iba “muy bien o bien” y este año ese porcentaje se redujo a casi un 50%. Quizás los efectos de la crisis económica sensibilizaron al público que en momentos de crisis –comúnmente- se vuelca casi naturalmente a favor de una mirada más negativa que positiva de la situación de la economía en general. Sin embargo, hay que observar que, si bien se produjo una reducción del 10%, una parte de ese porcentaje engrosó las respuestas dudosas o de desconocimiento.
El “ns/nc” pasó de un 14% en el 2018 a un 18% este año. En conclusión, habría que aceptar una mayoría de los argentinos (entre un 50% y 60%) sigue considerando que a la minería “no le va mal”. Por lo tanto, habría que explorar en detalle cuanto de prejuicio, cuanto de desinterés y cuanto de desinformación hay en esas respuestas.
Gráfico 4 “¿Ud. diría que actualmente al sector minero le va muy bien, bien, regular, mal o muy mal?”
Finalmente, cabe entonces preguntarse si los cuatro años de gestión de Cambiemos, sumados al avance del posicionamiento de la minería en algunas provincias y a la influencia de la reciente campaña electoral tuvieron un efecto positivo en el sector. Como dijimos antes, los números parecen indicar que no solo hubo una mayor atención, sino que además mejoró la posición del sector en la opinión público.
Nuestro estudio incluye otros aspectos relacionados con la imagen de la minería y su relación con el medio ambiente, el control del gobierno, los glaciares y las perspectivas de la producción del litio y del cobre. En todos los casos, los resultados son más positivos que negativos y sobre ellos informaremos más adelante en sucesivos informes.
Mientras tanto para terminar queremos mostrar aquí un gráfico sobre una pregunta clave respecto del futuro de la minería en el país: ¿es importante la minería? La respuesta positiva ofrecida por la mayoría de los argentinos es un interrogante en sí mismo. Por primera vez en muchos años encontramos una opinión contundentemente positiva para una actividad que -como dijimos- ha vivido en el ojo de la tormenta y sujeta a casi inquebrantables prejuicios y estereotipos.
Es esta respuesta solo una expresión “políticamente correcta” de la mayoría, es producto de una mirada renovada en el contexto de una profunda crisis de la cual no se espera salir pronto o es – efectivamente- el efecto del nuevo posicionamiento luego de cuatro años de una mayor exposición, pero también de una fuerte adhesión tras una inusual campaña electoral signada por las sorpresas.
“¿Cuán importante cree usted que es la minería"
*Director Energía, Recursos Naturales y Ambiente Poliarquía Consultores
+Fecha de campo: Del 4 al 6 de octubre de 2019.
+Técnica de recolección de datos: Telefónica (Sistema IVR).
+Población objetivo: Personas residentes en el territorio argentino, en hogares particulares con teléfono, en centros urbanos de más de 10.000 habitantes, mayores de 18 años de edad.
+Características de la muestra: Probabilística, polietápica y estratificada. Tamaño de la muestra: 1228 encuestas en total.
+Margen de error y confiabilidad: +/- 2,8% para un nivel de confianza del 95%. Con posterioridad al trabajo de campo la muestra fue ponderada a fin de otorgar a cada localidad el peso que le corresponde en el total de ambos conglomerados y de respetar el nivel de estudios de los entrevistados de acuerdo a los últimos datos censales.
+Realizado por: Poliarquía Consultores.