Convocatoria a mesa de diálogo con la ciudadanía
El Jefe de Estado dio un mensaje valorando el trabajo de Bomberos, las Fuerzas Armadas, Carabineros y la Policía de Investigaciones para resguardar la seguridad de la ciudadanía ante los gravísimos hechos de desorden público.
hile fue considerado el país modelo de América Latina, una economía que no dejaba de crecer, un país exportador y que iba creando una clase media poderosa mientras aumentaba su PIB per cápita. Este fin de semana, Chile asombró al mundo con una explosión de violencia y una protesta masiva que pone todo en cuestión. ¿Qué pasó? Una serie de preguntas y respuesta para explicarlo:
Las clases medias chilenas -sería un error pensar que esta protesta se centra solo en las clases bajas- vienen sufriendo y quejándose del creciente costo de la vida. "Se acumularon una serie de problemas sin resolver, como la salud y la educación, y se sumaron alzas de precios consecutivas este año en la luz, el agua, el transporte, los medicamentos, las cosas del diario vivir de la gente", destacó el periodista Federico Grünewald.
"Cerca del 74% de las familias además está sobreendeudada, la luz subirá de nuevo en enero y pagas un pasaje como si estuvieras en Londres. Los sueldos no aumentan y el gobierno dilata una reforma para rebajar la cantidad de horas laborales. Así, el malestar desborda". Y en esta semanas hubo una frase que hizo subir el enfado en amplias franjas de la población. La dijo el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine: "El que madrugue será ayudado con la tarifa del transporte".
Es una sociedad aún muy clasista y discriminatoria, un país que automáticamente distingue en función del color de piel y el poder económico. Es, también, un país de fuerte influencia del catolicismo más ortodoxo e impregnado por un fuerte machismo. Algunos de esos patrones de conducta han comenzado a cambiar en los últimos años, en especial desde las manifestaciones masivas de estudiantes en 2011, durante el primer gobierno del conservador Sebastián Piñera. Un recorrido por Santiago de Chile alcanza para notar las diferencias: en el centro, "Sanhattan", el bello e impactante sector financiero y de negocios de la capital, que los chilenos gustan de comparar con Manhattan.
En los cerros, en los sectores más altos de la ciudad, mansiones impactantes y mayoría de rostros claros. En la periferia, barriadas deprimidas y el predominio de la tez oscura de los pueblos originarios. ¿Y la clase media? ¿No había crecido, no era pujante? Sí, Chile hizo grandes progresos y su pueblo ganó en educación y civismo, pero la analista Alejandra Pizarro advierte de su fragilidad: "El 60% de la clase media chilena es muy vulnerable. Cualquier cosa que ocurra la hunde en la pobreza. Por eso se vive psicológicamente con la angustia y el miedo". Las estadísticas confirman que la brecha entre los más ricos y los más pobres sigue creciendo pese a 20 años de bonanza económica consecutivos.
"Chile es hoy un país de clase media, y en el contexto de las naciones es un país que salió de la clase baja y pasó a ser de clase media. El éxito económico de Chile, más el consenso económico subyacente que existió posdictadura ya se agotó, se agotó probablemente tras las marchas de estudiantes de 2011", explica a EL MUNDO Jaime Bellolio, diputado oficialista crítico del gobierno. Claudio Ramírez, abogado y emprendedor chileno, lo sintetiza con una imagen de impacto: "Chile no ha encontrado su relato aún, es muy corporativo, no tiene nada de épica. Es un buen Holiday Inn, un hotel de negocios". "Estamos ante el momento más difícil que le ha tocado vivir (a Santiago) desde la vuelta a la democracia", aseguró la alcaldesa metropolitana de Santiago, Karla Rubilar.
Chile fue uno de los principales escenarios de la Guerra Fría en América Latina, con fuerte presencia de organizaciones revolucionarias de inspiración comunista. Y la dictadura de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990 fue una de las más duras de la región. Al regresar la democracia, el propio Pinochet protagonizó algo insólito para otros países, porque permaneció como jefe del Ejército, primero, y senador vitalicio, luego. Acostumbrado a obedecer y agachar la cabeza en una sociedad clasista, la reacción del chileno, una vez que llega, puede ser feroz.
El hecho de que los carabineros frecuentemente repriman con carros de agua y gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos enardeció a muchos en estos días. Otros buscaron expresamente la violencia y promovieron los saqueos. "Aunque estén saqueando no son todos delincuentes, pero amparados en el grupo cometen delitos", advierte el psiquiatra Ricardo Capponi. "Son conductas regresivas que se producen cuando se está amparado por un gran grupo. Las protestas fueron iniciadas por estudiantes, pero luego pasaron a ser dirigidas por grupos políticos. Se necesita, entonces, un acuerdo político", escribió Sebastián Fest para El Mundo.
Muy buenas noches:
Quiero hablarles a todos mis compatriotas que hoy día están recogidos en sus casas. Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada, ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, incluso cuando significa pérdidas de vidas humanas, que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, nuestras estaciones del Metro, nuestros supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible a todos los chilenos.
Ellos están en guerra contra todos los chilenos de buena voluntad que queremos vivir en democracia con libertad y en paz.
Frente a esta situación, el General Iturriaga, que está a cargo de este Estado de Emergencia ha podido disponer de 9 mil 500 hombres para resguardar la paz, la tranquilidad y sus derechos, sus libertades. Yo quiero expresar mi profundo agradecimiento y reconocimiento a la labor que cumplen esos 9 mil 500 de las Fuerzas Armadas y de nuestras Fuerzas de Orden, protegiendo, patrullando y enfrentando a estos violentistas y delincuentes.
Y quiero decirle General, y a través el suyo a todas las fuerzas que están bajo su mando que cuentan con el total apoyo y respaldo de nuestro Gobierno y yo estoy seguro también de la inmensa mayoría de los chilenos que queremos y amamos nuestra libertad, nuestra democracia, nuestro estado de derecho y todo aquello que con tanto esfuerzo hemos construido.
Hoy no es tiempo de ambigüedades, llamo a todos mis compatriotas a unirnos en esta lucha contra la violencia, contra la delincuencia. Por eso, hemos establecido Estado de Emergencia en la Región Metropolitana, después lo extendimos a la Región de Valparaíso y Biobío, a la Región de Coquimbo y O’Higgins, y ahora lo hemos extendido en la Región de Antofagasta, a la Región del Maule, a la Región de Los Ríos, Magallanes.
Porque el deber de nuestro Gobierno, y así está establecido en la Constitución, es proteger y resguardar el orden público y la seguridad, tranquilidad y paz de todos nuestros compatriotas.
Hoy no es tiempo de dudas o ambigüedades, hay que tomar partido y yo llamo a todas las fuerzas políticas y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a condenar sin ninguna duda, con total fortaleza esta violencia y delincuencia. Hay algunos que no lo han hecho, o cuando lo hacen siempre dejan espacios a la ambigüedad, ellos no están contribuyendo a la paz, la tranquilidad y la seguridad de todos nuestros compatriotas, y en cierta forma está facilitando el camino de aquellos que quieren destruir nuestra democracia, nuestras libertades, nuestro estado de derecho y atentar contra su vida, su tranquilidad, su libertad y sus derechos.
Por esa razón, mañana vamos a tener un día difícil, estamos muy conscientes de que tienen un grado de organización, de logística, que es propia de una organización criminal. Y aquí estoy hablando de los verdaderos criminales, porque yo entiendo perfectamente bien que muchos de nuestros compatriotas tienen todo el derecho a expresarse, a protestar e incluso comprendemos y compartimos muchas de sus inquietudes, muchos de sus anhelos, muchas de sus necesidades.
Hemos hecho un esfuerzo gigantesco para lograr que mañana sea un día lo más normal posible. Hemos tomado todas las providencias para que el sistema de transporte público funcione lo mejor posible. Va a estar funcionando la línea 1 del Metro entre las estaciones Los Domínicos y Pajaritos, 27 estaciones.
Hemos fortalecido el transporte público de superficie, complementando con más buses, facilitando el trabajo de los taxis y permitiendo también que haya solidaridad entre los chilenos. Mañana yo le pido a todos nuestros compatriotas que ayuden a quienes tengan dificultades en transportarse.
Hemos hecho un enorme esfuerzo por normalizar la situación del sector de la educación, y mañana van a abrir las universidades, los colegios y jardines infantiles. Sabemos que muchas personas no van a poder llegar por las dificultades en el transporte o por temor, pero aquellos que puedan hacerlo, queremos que la ciudad mañana funcione con la mayor normalidad.
En materia de salud, los hospitales, los consultorios van a estar absolutamente funcionando con gran normalidad.
Lo mismo ocurre con el tema del abastecimiento. Entendemos que los atentados a las farmacias, a los supermercados, a las bombas de bencina dificultan el abastecimiento de bienes tan esenciales como los alimentos, como el combustible y como los medicamentos.
Por eso, estos 9 mil 500 bajo las órdenes del General Iturriaga están defendiendo todos los puntos neurálgicos, críticos que estos violentistas y delincuentes están atacando.
Y, por eso, yo les pido a todos mis compatriotas que nos unamos en esta batalla que no podemos perder, que nos ayudemos a que todos los demás puedan tener mañana un día lo más normal posible y también que logremos, por fin, empezar a ganar esta batalla. No vamos a permitir que los violentistas, los delincuentes se sientan dueños de nuestro país.
El país nos pertenece a todos y muy especialmente a los que queremos vivir en paz y en libertad.
Por eso, les pido comprensión, sé que han sufrido los efectos de estos actos vandálicos y delincuenciales, sé que a muchos de ustedes los ha afectado directamente, pero quiero también decirles que todos somos responsables de aportar cada uno de acuerdo a sus medios para que triunfe la democracia, la libertad, el estado de derecho y el derecho a vivir en paz de todos nuestros compatriotas sobre aquellos que pretenden por la vía de la delincuencia, el vandalismo y la violencia imponernos por la fuerza su forma de pensar.
Quiero terminar estas palabras agradeciendo la comprensión, compartiendo la angustia, el sufrimiento, el temor que yo sé, invade las almas y corazones de muchos de nuestros compatriotas, pero quiero que sepan que tenemos un Gobierno 100% comprometido con resguardar sus derechos, sus libertades; tenemos las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden que están cumpliendo en forma ejemplar la labor que la propia Constitución y la Ley les han encargado.
Y, quiero terminar, una vez más, agradeciendo a tantas personas que han entregado lo mejor de sí mismos en estos últimos días, a nuestras Fuerzas Armadas, a Carabineros de Chile, a la Policía de Investigaciones, a los Bomberos de Chile que han tenido una tarea titánica para apagar incendios porque el incendio, el fuego es el instrumento que usan porque saben que es un instrumento tremendamente destructivo; nunca dan la cara porque son, en el fondo, cobardes.
Y yo estoy seguro de que, con la unidad de todos los chilenos vamos a derrotar a los violentistas y vamos a recuperar el país en paz y el país con libertad que todos queremos.
Termino diciendo que comprendo perfectamente bien a aquellos que protestan, a aquellos que se manifiestan porque tienen carencias, porque tiene privaciones, porque sienten que no les hemos entregado lo que corresponde y comprometo el mayor esfuerzo de nuestro Gobierno como lo hemos estado haciendo estos años para poner a los niños “Primeros en la fila”, para mejorar las pensiones, para bajar el precio de los medicamentos, para lograr que todos los chilenos tengan oportunidad de una vida más plena y más feliz.
Agradezco a mis compatriotas y créanme que viendo el ejemplo de muchos chilenos y chilenas que han demostrado lo mejor de sí mismos en tiempos difíciles me siento muy orgulloso de ser chileno y muy orgulloso de ser el Presidente de Chile.