GREGOR MEYER
Los mayores líderes de la industria petrolera mundial trazaron un rumbo continuo para los combustibles fósiles a principios de esta semana, a cuadras de distancia de las Naciones Unidas (ONU), donde 66 naciones se comprometieron a alcanzar la meta de cero emisiones netas de carbono para el año 2050.
La reunión de la Iniciativa Climática de Petróleo y Gas destacó el dilema que genera darle una respuesta a la creciente demanda de energía y, al mismo tiempo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están calentando la Tierra.
Los 13 miembros del grupo incluyen ExxonMobil, BP y Saudi Aramco, que en conjunto representan más del 30% de la producción mundial de petróleo y gas. El grupo, que recibió fuertes presiones de los inversores y políticos, respaldó voluntariamente el acuerdo de París de 2015 cuyo objetivo es limitar los aumentos de la temperatura global a muy por debajo de los 2°C, y preferiblemente por debajo de 1,5°C.
La iniciativa utilizó la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU como una oportunidad para destacar su progreso en la reducción de las fugas de metano, mostrar las inversiones en empresas nuevas que abordan el problema de las emisiones, la mejora de la eficiencia energética y el desarrollo del incipiente negocio del almacenamiento subterráneo de los gases de escape.
"No seremos dinosaurios", dijo Patrick Pouyanné, CEO de Total, el mayor grupo petrolero francés. "Seremos la compañía energética del futuro, estoy convencido de ello". Habló sobre el cambio en los sistemas energéticos hacia el gas natural, las energías renovables, las baterías eléctricas y la captura, uso y almacenamiento de carbono, un proceso conocido como CCUS, por sus siglas en inglés.
Según Carbon Tracker, un grupo de investigación, desde el año pasado, las compañías de petróleo y gas han aprobado inversiones por u$s 50.000 millones que debilitan los objetivos climáticos.
Jules Kortenhorst, CEO de Rocky Mountain Institute, un grupo sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, dijo que las tecnologías de energía limpia estaban invadiendo rápidamente los mercados de las compañías petroleras. "Este cambio está sucediendo mucho más rápido de lo que ustedes pueden ver", dijo.
Darren Woods, CEO de ExxonMobil, respondió con una lista de obstáculos que dificultan la adopción más extensa del uso de energía más limpia, incluyendo el carácter intermitente de las energías eólica y solar y los inconvenientes que genera el uso de baterías para operar camiones pesados.
Ahmad al Khowaiter, director de tecnología de Saudi Aramco, la compañía petrolera estatal de Arabia Saudita, reconoció que existe la "doble responsabilidad" de satisfacer la demanda de los clientes y proteger el medio ambiente. Sin embargo, aseguró que la industria todavía necesitaría invertir en nuevos recursos petroleros para reemplazar los pozos en declive.
"Existe una especie de sensación de que éste es el fin de la industria. De hecho, el mundo necesita más petróleo", señaló el ejecutivo al foro.
Entre los principales oradores que se dirigieron a los ejecutivos estaba Christiana Figueres, ex secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
En su discurso señaló que la industria necesita preocuparse por la proliferación de las energías renovables, el auge de los vehículos eléctricos, la aversión de los inversores a los combustibles fósiles y la disponibilidad de talento dispuesto a trabajar en el sector.
"Francamente, mis queridos amigos, creo que tienen un camino muy difícil por delante", aseguró Figueres.