Belén García-Pozuelo
Un ataque sobre el yacimiento de Khurais, el segundo más grande de Arabia Saudí, podría tener repercusiones mundiales. Y así sucedió. La mayor planta de refinamiento de crudo del planeta, Saudi Aramco, fue blanco de drones y misiles de crucero en las instalaciones de Abqiaq.
Su producción se redujo a la mitad, según datos oficiales, hasta los 5,7 millones de barriles de petróleo diarios, y la incertidumbre se apoderó del mercado energético. Habían atacado el corazón del negocio del segundo mayor productor de crudo del planeta, del país que suministra el 10% del petróleo mundial y de la planta que sustenta casi el 6% del consumo global.
«Retirar del mercado más del 5% de los suministros mundiales de crudo en un solo ataque, un volumen que excede el crecimiento acumulativo de naciones fuera de la OPEP de 2014 a 2018, es sumamente preocupante», explicaban los analistas económicos de la sociedad de servicios financieros UBS en una nota de prensa. Por este conjunto de motivos la producción de crudo de Arabia Saudí resulta fundamental para mantener la estabilidad sobre los precios del petróleo y el resto de sus derivados, como la gasolina.
El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki bin Saleh al-Malk, explica en una conferencia de prensa cómo fue el ataque sobre Abqiaq. A su alrededor se encuentran restos de los misiles que supuestamente fueron lanzados contra la instalación petrolífera
Los más de 10 millones de barriles diarios que producía Arabia Saudí antes del ataque solo los superaba Rusia y son exportados, principalmente, a Japón, China, Corea del Sur, Estados Unidos y la India, según datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC). Pero el abastecimiento de crudo de Riad se extiende por los cinco continentes y, con su producción reducida a la mitad, el precio del oro negro aumentó el día del ataque hasta un 20%, cuota que no se alcanzaba desde la Guerra del Golfo (1990-1991).
El resto de efectos sobre la economía tampoco se hicieron esperar: las bolsas europeas cerraron la semana pasada con recortes cercanos al punto porcentual. Mientras tanto, el barril de petróleo pasó a costar más de 68 dólares en el caso del Brent, de referencia en Europa, y, aunque los llamamientos a la calma de saudíes y estadounidenses provocaron que el precio bajara un 6,33%, hasta los 64,65 dólares, el mercado internacional y el nacional todavía intentan recuperarse. Sobre todo en algunos países europeos, asiáticos o en Estados Unidos, que miran cómo una semana después se ha restaurado el 75% del crudo perdido pero no la totalidad.
En Europa los más vulnerables a la interrupción del suministro son Francia, España e Italia: estos países son destino del 63,5% de las exportaciones de crudo que Arabia Saudí envía al continente. Más de la mitad. Según los últimos datos de 2017 del OEC, elaborados con cifras de Comtrade de la ONU, Riad exporta un 9,6% de su oro negro a Europa. Por detrás de los mercados energéticos franceses, españoles e italianos, los más dependientes de la materia prima saudí son los de Grecia, Reino Unido, Polonia y Portugal.
Vista de parte de las instalaciones de Saudi Aramco, la mayor petrolera del mundo sobre la que se sustenta casi el 6% del consumo global
En el caso de España, a pesar de ser el segundo país de Europa que compra más crudo a los saudíes, este no es su principal proveedor. Según los últimos datos anuales de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), Nigeria y México son los que más petróleo exportan a España, aunque la producción diaria de estos dos países no alcance los dos millones de barriles. Una cantidad muy inferior a los 10,1 millones de barriles diarios que produce Arabia Saudí, tercer mayor exportador de petróleo para el mercado energético español. En cuarta posición está Libia.
Aunque los estadounidenses disponen de una reserva de 645 millones de barriles y tiene su abastecimiento asegurado, las alarmas también saltaron tras el ataque a la refinería de su aliado en Oriente Medio. Según los últimos datos del OEC, elaborados con cifras de la ONU, Arabia Saudí exporta el 15% de su petróleo a Estados Unidos, único cliente de América del Norte. Teniendo en cuenta que los estadounidenses son los terceros mayores productores mundiales de crudo y que disponen de la Reserva Estratégica de Petróleo, la compra de esta materia prima que realizan a Arabia Saudí es elevada.
Asia es el continente que compra más oro negro al Reino. La misma fuente indica que los saudíes venden el 72% del crudo a países asiáticos, entre los que destacan Japón y China. El mercado energético de ambos países depende más del petróleo de Arabia Saudí que el estadounidense, ya que el 21% del crudo del país nipón procede de Riad y en China el 17%. La cantidad de petróleo que compra Corea del Sur y la India a los saudíes también es destacable.