ÁLVARO RONCAL
Diego Ortega, vicepresidente de asuntos corporativos de Anglo American, detalla la estrategia de la minera para solucionar las protestas alrededor de Quellaveco y el nivel de avance del proyecto a un año del inicio de su construcción
¿Un potencial adelanto de elecciones podría alterar su cronograma o volverlos más cauteloso?
No nos preocupa. Como cualquier inversionista, monitoreamos y hacemos seguimiento. La decisión de construir Quellaveco está y no cambia. Hay un marco jurídico que la ampara, y la predictibilidad y confianza en el país se mantiene.
¿Ha faltado ser más comunicativos para que se entiendan los beneficios que trae la minería?
Más que tener de nuestro lado a la opinión pública, se trata de objetividad. Hoy más del 60% del PBI de Moquegua es minero y nosotros recién estamos en construcción. También hay que comunicar que nosotros competimos por capital. Para atraer esta inversión se necesita seguridad jurídica, reglas claras, respaldo social, predictibilidad. Todo eso ha sumado para tomar esta decisión y que la inversión no se vaya a otro país.
¿Les preocupa la propuesta para una nueva Ley General de Minería?
Creo que estamos en una etapa muy temprana para que se tome una decisión. Estamos escuchando y entendiendo las propuestas. Ésa es una que no ha sido formalizada y no se conoce al detalle. La Ley ya ha sido actualizada en los últimos 25 años. Ha traído mucha inversión y su impacto económico y social ha sido muy positivo. Mientras los cambios que se hagan a la ley nos sigan permitiendo ser competitivos y garantizar predictibilidad, toda discusión es bienvenida.
¿Las protestas han retrasado las obras? ¿La situación de precios de los metales podría cambiar su cronograma?
Quellaveco continúa y mantiene su cronograma de actividades. Hasta ahora no tenemos ningún cambio en la estructura de costos, por lo que se mantiene la ventana [de inversión] de US$5,000 millones a US$5,300 millones. Al final del año esperamos llegar a US$2,300 millones invertidos.
Se formó en el 2012 cuando se cerró la mesa de diálogo. Está presidido por el Gobierno Regional de Moquegua y participan representantes de todos los grupos de interés, entre ellos la sociedad civil. Es un espacio formal donde se discute el seguimiento a todos los compromisos asumidos en el 2012. Todo reclamo que pudiera haber respecto a los temas que se acordaron en la mesa de diálogo se discuten en este comité mensual.
En los últimos meses hubo preocupaciones sobre temas ambientales y laborales. Lo más importante es que el comité ha reconocido que estamos cumpliendo con los compromisos.
Tenemos un fondo acordado en la mesa de diálogo de S/1,000 millones vinculados a las regalías. Hay S/350 millones que se implementan en la etapa de construcción y se manejan por el Fondo de Desarrollo de Moquegua. Son para obras mayores acordadas en la mesa de diálogo: S/115 millones para el proyecto Chilota Chincune —sistema de recolección de agua—, S/85 millones destinados a estudios y la construcción de un sistema de almacenamiento de agua en el río Asana, y S/100 millones para recrecer la represa Vizcacha.
Si bien el comité reconoce que estamos cumpliendo, hay una necesidad de conversar y replantear algunos proyectos que permitan generar más trabajo. Aprobamos en el directorio de Anglo American el adelanto de S/100 millones para la etapa de construcción. Será para proyectos menores con una inversión máxima de S/1 millón por proyecto. No es un compromiso nuevo sino un esfuerzo de traer S/100 millones a valor presente, de los S/1,000 millones comprometidos. La idea es comenzar a implementar los proyectos este año.
Es otro tema. Tienen una legítima preocupación de que se contamine el río, pero hay algo que es importante entender: están fuera del área de influencia directa del proyecto, a 18 kilómetros de distancia. Entre nuestro proyecto y el área de Tumilaca hay muchas actividades que escapan a la nuestra. Lo que hemos propuesto en el comité de monitoreo es que en esos 18 kilómetros se instalen, con el OEFA y ANA [Autoridad Nacional del Agua], puntos de monitoreo y fiscalización.
Lo segundo que es importante entender es que no estamos generando impactos relacionados con una operación [pues Quellaveco está en fase de construcción].
El alcalde del distrito [Torata] se retiró de la mesa de diálogo en el 2011. Hemos propuesto que se le incorpore al comité, de tal manera que puedan tener subcomités de monitoreo.
La propuesta fue aprobada por el comité. Hoy estamos en la preparación para la implementación de todas las propuestas hechas.
Hoy tenemos más de 5,000 moqueguanos trabajando en él y lo que más buscamos es que entre los 3,600 trabajadores calificados podamos tener moqueguanos preparados para la etapa de operación.
Lo que no podemos cambiar es la realidad. Toda construcción es temporal. La construcción genera mano de obra pero también desarrollo de capacidades. Si uno tiene la oportunidad de ser parte de la construcción, también va a salir mejor capacitado.
Creo que en la medida en que la población entienda más las oportunidades y no se quede con la idea que no ha conseguido nada, o que se está quedando sin trabajo…
Pero hay un periodo y una temporalidad. El hecho de tener mayor experiencia les va a dar la oportunidad de recolocarse.
El 90% de los contratos mayores ya fueron asignados. Hoy estamos trabajando en seis frentes que avanzan en simultáneo. Hay dos cosas que empiezan recién ahora: la construcción de la tubería de agua fresca desde el río Titire y la presa Vizcacha, que ya tiene 15% de construcción. La planta de procesamiento, además, ya inició su etapa metalmecánica.
Lo próximo que seguiría es el pre-stripping [movimiento de tierra estéril previo a la explotación]. De ahí seguiría la construcción del almacén de concentrados en el puerto de Engie en Ilo, y la faja para el transporte y embarque de concentrados.
En el Perú hoy Quellaveco es el número uno y dos. Si bien siempre estamos abiertos a identificar nuevas áreas de exploración, no hay proyectos específicos que vayan en paralelo. Quellaveco le da un posicionamiento más importante al Perú frente a Anglo American [dentro de la región], que antes se centraba en Chile. Nuestra intención es que se construya dentro del cronograma y que abra la puerta para que el Perú sea un hub minero [para la empresa].