La disponibilidad de agua ha disminuido en un 37% en algunas zonas de Chile los últimos años. La laguna de Aculeo, el lago Caburgua, el río Huasco, el río Copiapó y el lago Colbún son solo algunos de los más afectados por la falta hídrica. Esto ha generado drásticos cambios en sus caudales o en algunos casos cayendo, llegando incluso a la desaparición. Hasta hace 15 años se decía que el agua superficial bastaba para cubrir las necesidades de nuestra población, hoy los expertos se encuentran preocupados con la situación.
Las zonas centro y centro sur del país ya arrastraban, desde hace decenios, una tendencia a la disminución de las precipitaciones, de hasta 7% por década en algunos puntos, la que probablemente se mantendrá. Para el año 2050, el agua disponible en Chile se reducirá en un tercio en algunas regiones, según los modelos actuales, lo que extenderá los periodos de riego que se aplican hoy y se reducirán los cultivos más intensivos en agua, especialmente aquellos sin acceso a mejoras tecnológicas.
Los períodos de sequía no son raros, se han repetido muchas veces, pero que el Gobierno haya tenido que declarar –en pleno invierno– como zona de emergencia agrícola a 17 comunas de la Región Metropolitana, es una muestra clara de la gravedad de la situación hídrica en el país. Una que no solo podría acelerar el abandono del campo, sino que además pondría en el largo plazo en peligro el acceso al consumo de agua potable en las ciudades, todo unido a un encarecimiento del precio de los alimentos.
"Aunque eventualmente esta sequía terminará, la situación de estrés hídrico continuará", advirtió el académico de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero. Para el año 2050, el agua disponible en Chile se reducirá en un tercio en algunas regiones, según los modelos actuales, lo que extenderá los periodos de riego que se aplican hoy y se reducirán los cultivos más intensivos en agua, especialmente aquellos sin acceso a mejoras tecnológicas, según explicó el director del laboratorio PROMMRA del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, Pablo Álvarez. Ante este escenario, Álvarez precisó que es indispensable iniciar "una nueva forma de pensar el territorio", ya que a pesar de los avances tecnológicos, estos no logran "mantener lo que tenemos"
La disponibilidad de agua ha disminuido en un 37% en algunas zonas de nuestro país los últimos años. La laguna de Aculeo, el lago Caburgua, el río Huasco, el río Copiapó y el lago Colbún son solo algunos de los más afectados por la falta hídrica. Esto ha generado drásticos cambios en sus caudales o en algunos casos cayendo, llegando incluso a la desaparición. Hasta hace 15 años se decía que el agua superficial bastaba para cubrir las necesidades de nuestra población, hoy los expertos se encuentran preocupados con la situación.
Antes de la Región Metropolitana, las regiones de Coquimbo, Valparaíso y O'Higgins ya habían sido decretaras como las zonas de emergencia agrícola por la escasez hídrica. Es que, tal como ya dijo el ministro de Agricultura, Antonio Walker, existe un déficit de precipitaciones de 72% en la Región Metropolitana, provocando que este invierno sea uno de los más secos de los últimos 60 años. Garreaud atribuyó la sequía a dos factores: el cambio climático (33%) y un calentamiento del Océano Pacífico en las costas de Nueva Zelanda (66%), que este especialista atribuye a causas naturales. "En el largo plazo nos vamos a seguir dirigiendo a una situación como esta y los impactos podrían ser similares a los que estamos viendo ahora. Probablemente se vayan exacerbando, porque el consumo (de agua) también está aumentando. Se ve preocupante", sentenció.
Para Faúndez, un problema clave es que la Dirección de Aguas ha entregado más derechos de agua de los que realmente hay disponibles en las cuencas. A nivel nacional, el principal sector demandante de agua es el agrícola (irrigación), que consume más del 77%, seguido de la industria (9,1%), minería (7%) y agua potable y saneamiento (urbano y rural, con 5,9%), según cifras de Modatima.
En un país donde el 76% de la superficie está afectada por sequía, la desertificación y el suelo degradado –de acuerdo a un reporte de la Fundación Chile de 2018– han causado que en algunas localidades como Petorca o Putaendo, donde este año ya se han perdido más de 5 mil animales, haya comenzado una disputa entre las empresas y los ciudadanos.
Faúndez precisó que con esta situación se amenaza la producción de alimentos –frutas, verduras, carnes– para el mercado local, dado que hay menos alimentos básicos disponibles, lo que encarece sus precios, afectando a toda la población. "Esta sequía, al limitar la disponibilidad de un recurso, ha acentuado y visibilizado un conflicto por su acceso, que ha derivado en un debate sobre derechos y propiedad", añadió Cordero, para quien ya se puede hablar de una "microguerra del agua”.
En su última exposición como presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, de 77 años, afirmó que la crisis hídrica que afecta a todo el país es un gran problema para el mundo minero. "Es súper compleja en el sentido de que hay tres elementos que se necesitan para producir cobre: que el yacimiento exista, que haya gente capaz de trabajarlo y que haya agua", enumeró el ejecutivo, agregando que los dos primeros puntos ya están, sólo falta el agua. Preocupación similar mostraron desde Antofagasta plc, minera ligada a Antofagasta Minerals, empresa propiedad del empresario Andrónico Luksic.
La época de Nelson Pizarro como presidente ejecutivo de Codelco comienza a llegar a su fin. Hoy, por ejemplo, realizó su última exposición. Y no fue para nada tranquila, ya que se encargó de encender las alarmas en medio de la crisis hídrica que afecta a Chile, sobre todo al sector agrícola del país. En medio de su charla, advirtió que "el agua es una amenaza muy concreta e inminente para la minería", para agregar que "más que una amenaza, es una realidad súper compleja". "Es súper compleja en el sentido de que hay tres elementos que se necesitan para producir cobre: que el yacimiento exista, que haya gente capaz de trabajarlo y que haya agua", enumeró el ejecutivo, de 77 años.
"De los tres, dos están, pero el problema es el agua", puntualizó, explicando que, en el caso del norte del país, Codelco ha tenido que optimizar a niveles nunca vistos el uso del agua. "Sin agua no hay minería y si el invierno futuro es como este invierno... no sé francamente qué pensar", dijo, alarmando a los presentes.
En ese momento, se encargó de dar su posible solución a esta situación: usar agua de mar. Pero, "ahí volvemos a caer en lo de siempre", ya que "el costo del agua de mar no es el problema, el problema es el costo de bombear agua de mar a donde están las plantas concentradoras (de mineral)", explicó, aunque también habló sobre bajar el mineral a la costa, con la fase de chancado primaria ya hecha, solución que tampoco es simple de realizar, como recalcó.
De todas formas, Pizarro recalcó que Codelco hace años tomó la decisión de usar agua de mar y que, de hecho, actualmente lo que se hace es comprar agua de mar para poder satisfacer la demanda de agua de las faenas. 2/9/2019
"El agua es una amenaza concreta e inminente para la minería", concluyó. Minera de Luksic manifiesta preocupación Desde Antofagasta plc, minera ligada a Antofagasta Minerals, empresa propiedad del empresario Andrónico Luksic, también mostraron su preocupación ante esta crisis hídrica que afecta al país. En ese sentido, su presidente ejecutivo, Iván Arriagada, admitió que la sequía de la zona central se ha convertido en un tema de importancia. “Hemos estado bajo sequía durante varios años y creo que este año, en particular, ha sido bastante seco en términos de suministro de agua. Entonces es un riesgo y un problema”, señaló.
En la misma línea, dijo que si las condiciones climáticas se mantienen, "creo que para la industria, esto puede convertirse en un problema en 2020 y para nosotros también". Debido a esto, ya están tomando medidas: “Una de las cosas es que estamos reduciendo la descarga de agua en los relaves en Pelambres, asegurando que aumentemos el porcentaje de sólidos, que ayuda a reciclar más agua. Tenemos esta tecnología de relaves espesados en Centinela y algo de eso podemos aplicar en Pelambres.
Por lo tanto, debemos ser más eficientes en el uso del agua y reducir la descarga”, explicó a los inversionistas. “Estamos gestionando el agua de manera muy consciente con respecto a ser capaz de recircular y reutilizar el mayor prcentaje de agua”, agregó, y para eso, ya están construyendo una planta desaladora, la que les "da a medio plazo una buena respuesta a eso”.