Actualmente la República Popular China apunta a ser la potencia del Siglo XXI, valiéndose a tal efecto de diversas inversiones en todos los continentes, distintos tipos de acuerdos –principalmente de carácter comercial– y préstamos, estrategia que se complementa con la implementación del ambicioso proyecto socioeconómico conocido como ‘OneBelt, One Road’ (Obor).
China reconoce a América Latina como una de las principales zonas de interés para sus proyectos económicos, por lo que busca vincularse con ella activamente. ¿Cómo logra vincularse China con los países del continente? ¿Cuáles son sus principales inversiones económicas en países tales como Argentina, Chile, Colombia, Panamá y Perú?
Con Xi Jinping como presidente de la RPCh desde 2013, se ha reforzado la idea de relacionarse con países en vías de desarrollo. A la hora de vincularse comercialmente con otros actores del sistema internacional, el Estado chino está siempre presente, cumpliendo una gran cantidad de roles según cada caso: Como dueño de empresa, como socio o como quien autoriza o no una operación.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el intercambio comercial con China ha sido globalmente deficitario para la región. El 10% de las exportaciones de bienes en 2017 tuvo como destino a China, de donde procedió el 18% de las importaciones. Entre los países que presentan superávit comercial, se encuentran Brasil, Chile, Venezuela y Perú.
Las inversiones chinas se han centrado en los recursos naturales, además de inversiones en transporte, principalmente en actividades portuarias y ferroviarias, sin dejar de lado las commodities. A su vez, las empresas automotrices han decidido invertir en países del continente, tales como Argentina y Colombia, entre otros. Adicionalmente, puede considerarse los acuerdos por inversión en construcción e infraestructura, en los que Argentina, Venezuela y Ecuador recibieron contratos de este tipo, recibiendo U$S 16.790 millones, U$S 16.370 millones y U$S 6.640 millones respectivamente.
En relación a los Tratados de Libre Comercio, es importante señalar que China los ha firmado con Chile (2005), Perú (2009) y Costa Rica (2010). El TLC con Colombia se encuentra en proceso de negociación.
En el caso de Argentina, la relación bilateral con la RPCh es de gran importancia, tratándose de uno de sus principales socios comerciales. Sus inversiones se destacan en los siguientes sectores: transporte, energía, minería, tecnología y actividad agropecuaria.
Dentro del sector transporte, el Ministerio de Transporte de Argentina firmó con China Railway Stock Company un acuerdo de compra por 200 vagones y partes relacionadas (insumos, repuestos y accesorios) por 2.000 millones de yuanes, o U$S 229 millones, con el objetivo de modernizar 10.000 kilómetros de vías, según Guillermo Fiad, presidente de Trenes Argentinos Infraestructura. Mientras tanto, en el sector energético, China se ha involucrado en la construcción de las represas hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa, en la provincia de Santa Cruz. A su vez, la empresa National Nuclear Corporation plantea construir dos nuevas centrales nucleares, mientras que la empresa National Offshore Oil Corporation está interesada en los hidrocarburos. Para las inversiones de infraestructura, es importante destacar la construcción de una base militar en la provincia de Neuquén.
En el caso de Chile, debe señalarse que se trata del primer país de la región en firmar un Tratado de Libre Comercio con China en 2006, por lo que China se transformó en su principal socio comercial. Para ella, Chile resalta en el sector minero, el forestal y el tecnológico, habiendo también inversiones en infraestructura, específicamente de transporte, y en el sector energético
Así, por ejemplo, en el caso de la actividad minera, la empresa TianqiLithium adquirió una participación de 24% en la empresa minera chilena de litio SQM (Sociedad Química y Minera de Chile) por U$S 4.000 millones. A su vez, China ha decidido centrar sus inversiones en una actividad tradicional de la economía chilena: la explotación de cobre. En el sector energético, la firma Southern Power dio a conocer la adquisición del 28% de las acciones de la compañía chilena de electricidad Transelec.
En el caso de Colombia, se trata de uno de los países de menor cantidad de inversiones por parte de la RPCh. Sin embargo, se está intentando revertir la actual situación a partir de un TLC en proceso de negociación y de inversiones principalmente en la exploración en el sector petrolero, además de la llegada de empresas chinas en el sector tecnológico.
El principal ejemplo puede encontrarse a partir de la inversión de U$S 300 millones de la empresa china Sinochen en la petrolera Emerald Energy.
En el caso de Panamá, pueden encontrarse inversiones chinas en infraestructura y transporte. Así, recientemente, las empresas China Communications Construction Company y China HarbourEngineering Company LTD ganaron la licitación por la construcción del cuarto puente del Canal de Panamá. Además, la empresa China Landbridge Group se adjudicó la construcción de un puerto de contenedores en Colón, y se evalúa participar en la construcción ferroviaria. A su vez, se resalta la construcción de un puerto de cruceros.
En el caso de Perú, el sector de principal interés para inversiones chinas es el minero. Asi, en el año 2018, estas se acercaron a los U$S 997 millones. Sin embargo, la RPCh ha comenzado a invertir también en los sectores de infraestructura, transporte y energía.
Para la construcción de la Central Hidroeléctrica San Gabán III en Puno, una compañía china ha asumido el costo de U$S 438 millones, y también se ha acordado la construcción de la Hidrovía Amazónica, que busca atravesar cuatro ríos del Amazonas peruano y conectar sus puertos.
Los préstamos de capitales de origen chino también constituyen una gran parte de la influencia que el país asiático ejerce en los países destinatarios de este tipo de inversiones. A pesar de ser criticadospor instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los países que reciben estos swaps, los ven como una gran ayuda económica, sin intereses o criterios exigentes de por medio, constituyéndose como una alternativa a la financiación tradicional existente desde mitad del Siglo XX.
A nivel continente, los principales prestamistas chinos, el China Development Bank y Export-Import Bank of China (Chexim) han emitido 85 préstamos entre los años 2005 y 2017, sumando un total de U$S 150.4 miles de millones, en las áreas de transporte, energía e infraestructura. Sus principales receptores en el continente son Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela.
Finalmente, en el marco de Obor, es importante señalar que tanto Chile, como Panamá y Perú han accedido a la firma del mismo, mientras que Argentina y Colombia no forman parte. Sin embargo, Argentina ha reconocido en una declaración conjunta presidencial, durante el último G20, que la iniciativa inyectaría dinamismo a la cooperación sino-argentina.
La medida sería de gran beneficio para la RPCh si se implementa con éxito, ya que conseguiría reorientar la economía mundial estableciendo a China como eje, y mejorandovínculos comerciales con los países adherentes.
En resumen, puede observarse un marcado interés del gigante asiático por nuestra región, principalmente en infraestructura, energía, minería y transporte. Su creciente participación en el continente puede resultar beneficiosa para los países en tanto sepan aprovecharla, pero los mismos deben tener en mente que Estados Unidos puede no estar pensando lo mismo.