En octubre se cumplen cinco años desde que comenzó a funcionar Sierra Gorda, proyecto ligado a la polaca KGHM que fue construido en pleno súper ciclo de la minería, con costos muy altos y que partió operando a fines de 2014, justo antes de la gran caída del precio de los metales. Ante un proyecto de esta magnitud, los primeros años fueron difíciles, tanto operacional como organizacionalmente, a tal punto que sus números reflejaban pérdidas por sobre los US$ 2.500 millones en un comienzo.
“Estamos cumpliendo cinco años de operación y hemos logrado avanzar. En lo que va del 2019 registramos los mejores resultados de producción obtenidos en la historia de Sierra Gorda SCM, y hoy tenemos una estructura robusta en todas las áreas de la organización”, señala el vicepresidente de Asuntos Legales, Corporativos y Sustentabilidad, Miguel Baeza, quien agrega que estos logros los alientan para cumplir la meta más importante: ser auto sustentables en términos del flujo de caja operacional.
Considerando que desde que se puso en marcha no se ha logrado tener una operación rentable, Baeza plantea que la operación es diferente a la mayoría de los grandes proyectos, ya que presenta una ley de cobre de sólo 0,33 y una ley de concentrado de 22,8%, por lo que deben mover y procesar más toneladas en comparación con otras operaciones.
Sin embargo, reconoce que este parece ser el futuro de la minería, porque los nuevos yacimientos tienen leyes cada vez más bajas y minerales más complejos de procesar. En ese contexto, dice, han enfocado sus esfuerzos en ser más eficientes y potenciar la productividad como factor esencial.
Y aunque han logrado amortiguar en algo sus resultados en rojo, sus esfuerzos no han sido suficientes. Reconoce que, si bien en general los grandes proyectos mineros comienzan a rendir financieramente recién después de varios años de operación, en este caso ha sido más difícil de lo normal por los ciclos y las bajas leyes de mineral. En este marco, asegura: “Desde el punto de vista netamente operacional, ya llevamos más de dos años con resultados positivos.
Nuestro EBIT viene siendo positivo desde el año 2017”. Por esto también se hace cargo de los constantes rumores de venta después de que en noviembre de 2016, el entonces CEO de la minera polaca KGHM, Krzysztof Skora, dijo que “la compra de Sierra Gorda fue un error”. Al respecto, asegura tajante: “Nuestros dueños conocen muy bien el negocio. En distintas circunstancias y de manera pública han declarado que no existen planes de venta. Eso no ha cambiado en ningún momento”.
Además, aclara: “Hoy no hay planes específicos de reducción de personal”.
– ¿De qué depende mejorar resultados, sólo de que el precio del cobre suba, y qué nivel de precio les permitiría cubrir todos sus gastos?
– El factor precio es fundamental. Lo ideal sería que el precio se estabilice al alza por sobre los tres dólares la libra. Pero no depende sólo de eso; también depende de nuestro desempeño operacional y es ahí es donde ponemos el foco, porque es único factor que podemos controlar.
– En 2018 se fijó un plazo de dos años para alcanzar el equilibrio o, de lo contrario, sus dueños no podrían continuar inyectando más recursos para mantener el funcionamiento. ¿Cuál es la evaluación actual?
– Muy positiva. Esa presión ya quedó atrás, y hoy hemos demostrado que es posible conseguir buenos resultados operacionales, con grandes esfuerzos que se han hecho a nivel de todas las áreas de la compañía. En lo que va del año se superaron todos los resultados esperados y hemos logrado un alza del 20% en producción de concentrado de cobre respecto de igual período del 2018.
– ¿A cuánto asciende la deuda de la empresa hoy?
– En grandes cifras, este proyecto tuvo un costo de construcción inicial de casi seis mil millones de dólares y ha tenido un costo operacional promedio anual de casi un millón de dólares. Parte de ese financiamiento ha sido con contribución de capital de las empresas dueñas, otra parte con endeudamiento con esas mismas empresas y otra con créditos bancarios nacionales e internacionales.
Son cifras que parecen irremontables a la luz de la realidad actual de los precios de los metales, pero la minería es por definición un negocio de riesgos y los proyectos implican grandes inversiones y presentan desafíos imprevistos y complejos durante su vida útil. En nuestro caso, estimamos que a partir del año 2021, ya no se requerirá más apoyo financiero de las empresas dueñas.
– ¿Cuál es el plan de acción para reducir los costos y aumentar la producción de la faena?
– Continuar con los proyectos, seguir enfocados en el control de costos y la optimización de nuestros procesos. Nuestro desafío es elevar la producción hasta 140 mil toneladas diarias de mineral procesado.
– ¿Cuál es la meta para Sierra Gorda SCM este año y los próximos?
– Mantener y aumentar los buenos resultados de producción de cobre fino que hemos logrado en estos últimos meses y enfrentar las posibles bajas de producción de molibdeno, debido a la disminución natural de la ley de dicho mineral.
– ¿Hay algún proyecto para cambiar el puerto por donde despachan mineral? ¿En qué está la obra que se construyó en su minuto en medio de una fuerte polémica y cómo está la relación con las comunidades?
– Nuestro concentrado está siendo principalmente transportado y embarcado de acuerdo con nuestro plan inicial, es decir por vía férrea, a través del terminal RAEC, en el Puerto de Antofagasta. Dicho terminal constituye un gran avance en tecnología para la región y lo cierto es que es una infraestructura que agrega valor.
Lamentablemente, sólo por ser una obra nueva y de gran dimensión, fue injustamente utilizada como el ícono de un movimiento que recogió las aprensiones de una parte de la comunidad, en cuanto al tema general e histórico de contaminación en la ciudad. Y aunque dichas preocupaciones son muy legítimas, atacar esta construcción ha sido injusto, porque en realidad el RAEC es parte de la solución, no del problema.
Además, la compañía tomó la opción voluntaria de suscribir el APL, o “Acuerdo de Producción Limpia, Logístico Minero Puerto Antofagasta”.Dicha plataforma público-privada promueve la implementación de compromisos más allá de la normativa vigente. Nos hicimos cargo de la preocupación de la comunidad por el transporte de concentrado.
– ¿Los accionistas de la sociedad han pensado retirarse del proyecto?
– No tenemos conocimiento de que nuestros dueños tengan planes de vender este activo. Aunque históricamente el proyecto ha sido difícil, los dueños siempre han buscado reforzar su valor y han declarado su total respaldo. Han dicho muchas veces que nuestra faena es importante dentro del contexto global y que seguirán adelante. El tiempo ha demostrado que no se han equivocado, porque nuestros costos han ido disminuyendo y hemos logrado operar de manera sustentable y conseguir los mejores resultados de nuestra historia.
– ¿Cuál es la posición de Sumitomo respecto al futuro de Sierra Gorda SCM?
– Sumitomo es una empresa con varios siglos de historia y tiene por cultura una mirada de largo plazo. No solo siempre han apoyado este proyecto, sino que siguen aumentado su inversión en el país a través de otros grandes proyectos como Quebrada Blanca. De hecho, Chile es el segundo mercado más importante para ellos en la región, después de Brasil.
– ¿Hay un plazo límite para mejorar la operación antes de pasar a otro tipo de decisiones? ¿Hay algún proceso de venta en curso respecto de Sierra Gorda SCM?
– Nuestros dueños tienen una reconocida trayectoria en la minería mundial y conocen muy bien el negocio. En distintas circunstancias y de manera pública han declarado que no existen planes de venta. Eso no ha cambiado en ningún momento. Al contrario, permanentemente han manifestado su total apoyo y compromiso con Chile.
– ¿Cómo está viendo la recuperación de la minería en Chile?
-Los informes especializados y en especial la lucha comercial entre EEUU y China, nos hacen mantener sobriedad a la hora de hacer proyecciones, pero entendemos que es una situación que afecta a la economía global. En Chile, las cosas se están haciendo bastante bien en general, que existe un avance y confiamos en seguir avanzando por esa senda.
– ¿Chile sigue siendo un buen lugar para emprender proyectos mineros?
– Diría que sí. A pesar de que hemos cometido errores, que nos han hecho perder mucha competitividad como país destino de inversión extranjera. Por alguna razón nos confiamos en que siempre habrá proyectos e inversión, pero no nos damos cuenta de que hay muchos otros países que están compitiendo por captar esa atención.
A mi parecer, fue totalmente innecesario derogar el DL 600, tuvimos un manejo muy poco asertivo del Tratado 169 de la OIT, y hemos debilitado lo que fue nuestro gran activo por décadas, el riesgo país y la certeza jurídica, por la judicialización de grandes proyectos, que han sido paralizados incluso después de ser aprobados ambientalmente, con fallos basados en razones más subjetivas que reales.
Sin embargo, nuestro país sigue teniendo condiciones geográficas excepcionales y un marco normativo robusto, que nos permiten confiar en que, si recuperamos la buena reputación que teníamos, esta industria seguirá siendo uno de los principales pilares de nuestra economía.