Gabriel Sued
Decidido a aliviar las tensiones con el gobierno de Brasil, país que considera central para la estrategia de desarrollo de la Argentina, Alberto Fernández puso un freno al enfrentamiento con el presidente Jair Bolsonaro y envió un mensaje de estabilidad a toda la región. "Que no se preocupen, porque no pienso cerrar la economía", dijo, en una charla con LA NACION.
La frase es una respuesta a la amenaza planteada por el mandatario brasileño y por su ministro de Economía, Paulo Guedes, acerca de que su país dejaría el Mercosur en caso de que el próximo gobierno argentino -un gobierno de Cristina Kirchner, dijeron- decidiera cerrar la economía.
"Para mí, el Mercosur es un lugar central. Y Brasil es nuestro principal socio y lo va a seguir siendo. Si Bolsonaro piensa que yo voy a cerrar la economía y que entonces Brasil se va a ir del Mercosur, que se quede tranquilo, porque no pienso cerrar la economía. Es una discusión tonta", afirmó el candidato del Frente de Todos.
En la misma línea, manifestó incluso que no se opone a que el Mercosur entable acuerdos comerciales con otros bloques. Pero advirtió que debe hacerse protegiendo los intereses nacionales.
"Mi problema no es que la economía se abra. Mi problema es que esa apertura dañe a los argentinos. Si se abre preservando a los argentinos, bienvenido sea", sostuvo, en el diálogo con LA NACION.
Después del triunfo que lo dejó a las puertas de la Casa Rosada y que lo erigió como un virtual presidente electo, Fernández se mostró dispuesto a aceptar la flexibilización de los convenios laborales, cuando exista acuerdo de los sindicatos.
"Lo que sea por vía convencional es una decisión de las empresas y los trabajadores. Lo que no quiero es poner reglas generales de flexibilización. No todo es lo mismo", dijo, al reiterar algunos de los temas que conversó el jueves con el dueño de Mercado Libre, Marcos Galperin, adalid de la reforma laboral.
Con un ojo puesto en las elecciones del 27 de octubre y otro en el traspaso de mando, el 10 de diciembre, el candidato del Frente de Todos insistió en que el Presidente debe renegociar con el FMI para lograr una postergación de los vencimientos previstos para los próximos años.
"El Gobierno firmó un acuerdo imposible de cumplir y no lo cumplió en nada. Incumplió las metas de inflación, de crecimiento y las metas fiscales. Lo que tiene que hacer Macri es volver a juntarse con el Fondo y explicarle por qué no cumplió nada. Porque, si no, se tiene que hacer cargo el que viene de todos sus incumplimientos", sostuvo.
Explicó que espera que la próxima misión del FMI le pida opinión sobre las condiciones del próximo desembolso, de 5400 millones de dólares, y reiteró que "es imposible" que se cumplan las fechas de pago. "La única solución que aparece es postergar las fechas", puntualizó, en un anticipo de la posición que tendrá en esa negociación, que le recuerda al rol que tuvo durante el gobierno de Néstor Kirchner.
En otro punto de encuentro con aquella gestión, el exjefe de Gabinete anticipó que, de llegar a la presidencia, aplicará una política de "flotación administrada" del dólar, y repitió que el nivel actual de la divisa estadounidense, que el viernes cerró en torno de los $58, es adecuado. Pero tomó distancia de la devaluación del lunes. "Cuando dije que a $60 el dólar estaba bien, lo dije cuando el dólar iba camino a los $67 o $68. Dije que un dólar a $60 estaba receptando la caída que la divisa había tenido respecto de la inflación. En esos términos, $60 el dólar suena razonable. Un dólar a $60 es un dólar que vuelve competitiva la producción y que hace posibles las exportaciones", manifestó.
¿Quién podría ser el hombre que, desde el Ministerio de Economía, se encargara de llevar adelante estas políticas? El candidato se reserva el nombre. No quiere someter a ese eventual funcionario a un desgaste de cuatro meses. ¿Es descabellado pensar que le puede ofrecer un cargo a Roberto Lavagna? "No es descabellado, siempre me lamenté de que se haya ido del gobierno de Kirchner. Pero lo que no sé es qué quiere hacer Lavagna", respondió a LA NACION.
En el diálogo, Fernández reiteró su preocupación por los efectos que pueden tener los anuncios del Presidente en el índice de inflación y en las cuentas fiscales de las provincias. "Esas medidas, aun cuando esté de acuerdo con el objetivo, hay que consultarlas con las provincias, porque el desbarajuste que se les genera es enorme. Mi planteo es por qué hacen esto sin discutirlo con las provincias", dijo, sobre la eliminación del IVA en los alimentos esenciales y la reducción de Ganancias.
Tampoco se comprometió a sostener el congelamiento del precio de los combustibles sin un acuerdo con los sectores involucrados. "Las medidas que anunció Macri no se pueden tomar así, sin hablarlo con nadie", planteó.
Explicó que, si gana las elecciones de octubre, intentará aplicar una devolución del IVA en alimentos de la canasta básica a titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), pensiones por discapacidad y jubilaciones mínimas, pero solo después de alcanzar un acuerdo con los gobernadores.
"No es un problema que pueda resolver solo. Ahí hay mucho de coparticipación. Es dinero de coparticipación que se pierde. Es un tema delicado, porque hay provincias con una situación fiscal muy débil. Por ejemplo, Catamarca deja de cobrar $1100 millones por esta medida. Eso es un mes de sueldos en Catamarca", argumentó.
Son muchas las visitas de los últimos días y en el departamento de Alberto Fernández, en Puerto Madero, ya no quedan reservas de agua mineral. La cafetera por algún motivo no arranca, así que el contundente ganador de las PASO del domingo pasado termina sirviendo tres vasos de gaseosa de pomelo para acompañar la charla que se extenderá por una hora y recorrerá varios temas. Pese al cansancio que lleva acumulado -en la campaña, en esta semana complicada-, Fernández se esmera en responder cada pregunta, repartiendo apenas la atención con cada cartelito anunciando mensajes o llamados que aparecen en su celular, que no sabe de pausas. Recién hacia el final sonará el portero. "Dicen que es Mauricio", se sorprende su vocero. "Ah, sí. Es el paseador de Dylan", le explica Fernández. No era la primicia del año, Mauricio pasea el perro de Alberto Fernández, pero la estrella canina de las redes no estaba en casa, así no había distracciones para la charla.
-Se acaba de confirmar la renuncia del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne ¿Cómo lo analiza?
--Lo único que diría al respecto es que la gestión de Dujovne fue un gran fracaso y que termina dejando al país envuelto en una gran crisis.
-Lo abultado de la diferencia que obtuvo en las PASO dejó este cuadro de un gobierno muy debilitado y una situación de inestabilidad en los mercados financieros. ¿Qué opina a propósito de la denuncia que hizo Martín Redrado acerca de que fue Mauricio Macri quien le dio la orden al Banco Central de no intervenir para que subiera el dólar y de esa manera castigar a los votantes?
-Si bien es cierto que yo hablo con Martín, no tengo la menor idea de ese dato. El debe tener el dato que yo no tengo, con lo cual no puedo decir nada, no lo sé. Pero si eso ocurrió es un gesto de enorme irresponsabilidad porque al día siguiente tuvimos que salir todos a parar el desmadre que se había generado. Pero no sé si eso ocurrió o no ocurrió, francamente a mí no me consta, pero si ocurrió es muy grave.
-Sería afín con la conferencia de prensa del Presidente del lunes
-Sí, tendría lógica. Suena posible que eso haya ocurrido. Eso no le quita la dosis de responsabilidad que eso genera. Hay que tener presente que cada vez que la moneda se devalúa crece la pobreza y la verdad es querer castigar a la gente por cómo votó, descuidando que estás empujando un montón de gente a la pobreza, es de una crueldad enorme, imperdonable.
-Viene reclamando que Macri deje de actuar como candidato y empiece a actuar como presidente, ¿cuándo le pareció durante esta semana que actuó así?
-Me parece que lo que propone da cuenta de eso. Por ejemplo, la medida de baja de impuestos de ganancias, de IVA. Son medidas que tienen sentido porque de algún modo tienden a la promoción del consumo, pero que en este contexto que sean dictadas en este contexto es muy grave. Nosotros teníamos en la plataforma la idea de reducir el IVA para la canasta básica. Pero era dentro de un plan de acuerdo general. Y la verdad es que no nos planteamos una reducción o una corrección en ganancias como lo que acaba de hacer, porque ambas cosas le generan a las provincias un problema de desfinanciamiento grave. El cálculo que hacemos es que ahí entran en crisis 1.500 millones de dólares.
-¿De recursos coparticipables?
-Exactamente, es lo que las provincias dejan de cobrar y para algunas es de una gravedad enorme. Por eso me suena que debió haber tenido otra prudencia el Gobierno.
-¿Y cómo tendría que actuar un presidente en esta situación tan crítica?
-Es complicado tener ese doble rol de presidente y de candidato. Pero el Presidente debería hacer un esfuerzo y entender que estas medidas las tienen que hacer teniendo en cuenta este contexto. Nosotros logramos dar un mensaje tranquilizador, pero frente a un enfermo en estado crítico no es que hemos resuelto el problema. Hemos calmado un poco el dolor pero nos damos cuenta que hay un problema serio. No hay una enfermedad sin curar todavía.
-En lo que tenía algo de razón el gobierno es que lo que usted dijera tranquilizaría a los mercados. Habló y bajó el dólar y el riesgo país.
-Y bueno, es que como le dije al Presidente el día que me llamó: todo esto que ocurrió es la profecía autocumplida. Si se la pasaron todo el tiempo diciendo que nosotros íbamos a promover una economía como la de Venezuela, el día que de se dio el resultado, los mercados reaccionan con reaccionan.
-Usted marcó que el valor del dólar era de 60 pesos.
-No, lo que ocurrió fue esto. Me preguntaron por una declaración que había hecho Emmanuel Alvarez Agis, que había dicho que el dólar a 60 pesos era un precio razonable. Lo que yo planteé es que el dólar a 60 pesos reconoce el retraso que había tenido en relación a la inflación y que en esos términos parece haber alcanzado un equilibrio razonable. Obviamente, lo mejor es que el dólar cueste menos de 60 pesos, pero la verdad que cuando dije eso el dólar estaba costando 67. Y lo bajamos a 60 que ahora está en 58, bajó un poco más. Durante toda la campaña yo lo que planteé era que estaban generando una ficción pagando altísimos intereses contra un dólar que no expresaba su verdadero valor.
-Esta suba seguramente tendrá una incidencia directa en varios precios, por ejemplo en los alimentos, lo que causará nuevos problemas para la gente.
-Es que virtualmente los precios de los alimentos han crecido alrededor de un 25, 30 por ciento como consecuencia de la devaluación. Y la quita del IVA es prácticamente tratar de equilibrar el aumento de ese precio y aún así no lo logra. El aumento se va a volcar sobre los alimentos y va a ser un golpe duro para la inflación. Habíamos hecho un cálculo con Axel (Kicillof) y nos daba que si el dólar estaba en 57, la tasa de inflación de este año iba a superar los 50 puntos.
-¿La suba de las retenciones se podrían utilizar para bajar el precio de los alimentos?
-En algún caso puede ser, como en el caso del trigo. Pero hay productos que tienen retenciones y que no influyen en el consumo argentino, como la soja. Hay que ser muy cuidadoso porque tenemos que empezar una etapa donde el gran objetivo sea la exportación, con lo cual tenemos que ser muy cuidadosos para alentar exportaciones. Digo esto porque el nivel de deuda que nos han dejado nos obliga a conseguir dólares y los dólares sólo se consiguen con exportaciones. Hay que ser cuidadosos con el tema de las retenciones, que no se conviertan en un elemento de desaliento.
-¿No las subiría?
-Creo que no se pueden subir más, pero con el dólar a este precio está muy compensada la producción. Los exportadores están muy beneficiados.
-De alguna manera en esta emergencia el Gobierno debería controlar que no sigan subiendo los precios de los alimentos ¿Cómo tendría que hacerlo?
-Si revisan lo que yo vine planteando, hablaba de promover el consumo, algo que de algún modo Macri hace bajando ganancias, y decía tenemos que aumentar salarios y aumentar jubilaciones. Pero todo esto en un marco de acuerdo. Hay que acordar que se pueda hacer esto con el compromiso de empresarios, sindicalistas y del Estado, de mantener un status quo en materia de precios. Porque el riesgo es que se promueva la demanda y que los precios vuelvan a subir. Por eso, el marco de acuerdo que yo proponía hoy no existe y esto es lo riesgoso. No estás aumentando salarios sino que lo estás aumentando indirectamente. ¿De qué modo? Bajando ganancias y bajando IVA. Eso quiere decir que queda más plata en el bolsillo de la gente para que gaste, pero no está el otro acuerdo. Eso es lo preocupante. Ojalá que esté equivocado yo, pero el riesgo de que se dispare la inflación existe.
-Cuando habló de que Macri se comporte como presidente y no como candidato, dijo que debía asumir que el acuerdo con el Fondo no se cumplía y debía comenzar a renegociar uno nuevo ¿Cuáles debería ser los términos de ese nuevo acuerdo?
-En eso me gustaría que el Presidente nos consulte a quienes somos candidatos opositores. Me siento muy incómodo teniendo que ser yo el que explica los incumplimientos de Macri. Por eso le pido que se haga cargo. Habló de mí o de Roberto Lavagna o de cualquier candidato que quedó en carrera. Es injusto que tengamos que explicarle al Fondo por qué Macri incumplió el acuerdo. Las proyecciones de inflación no se cumplieron, las proyecciones de crecimiento no se cumplieron, las proyecciones fiscales no se cumplieron y además empeoran a partir de este estado de cosas. Y de las medidas que Macri acaba de adoptar. Por ese motivo le planteé al Presidente que empiece a negociar porque él se va a tener que hacer cargo de explicarle al Fondo porqué no cumplió. Y no yo, porque la verdad es que yo al Fondo ya le avisé que este programa era incumplible cuando me reuní con ellos.
-¿Le parece que este gobierno está en condiciones de iniciar una renegociación?
-Y bueno, es el Gobierno que entró al mundo, que el G20 aplaude, está mucho mejor que yo, según dice él. Me lo dijo el otro día: “Bueno, te das cuenta que nosotros logramos entrar al mundo”. Le dije: “Terminala con eso porque si hubieras entrado el mundo hubieran venido inversiones, lo único que recibiste en el G20 son palmadas en la espalda, nadie trajo nada”.
-¿Tiene previsto realizar algún viaje, por ejemplo a Estados Unidos?
-No en lo inmediato. Lo que creo es que lo mejor es llevar tranquilidad y me parece que el mundo ya se dio cuenta de que el problema no soy yo sino que es Macri. Finalmente hizo falta que yo explicara mínimamente las cosas para que el mundo se calmara y ahora la preocupación es cómo va a hacer Macri para llevar adelante todo esto. Quiero ayudarlo a que haga las cosas bien porque yo, más allá de las diferencias muy grandes que tenemos, me doy cuenta que él está viviendo una situación que yo no quisiera vivir. Es la de un presidente que acaba de pasar una elección que definió candidatura pero no definió un presidente de reemplazo. Mientras tanto él tiene que hacerse cargo y yo quiero hacérselo lo más fácil posible. Lo que quisiera también es que él le haga a los argentinos las cosas lo más fácil y por eso le digo “pensate en presidente, no te pienses candidato, porque si vas a actuar como candidato te vas a tentar en hacer cosas que van a hacer más daño todavía”.
-Estuvo recibiendo a varios empresarios, por ejemplo, vio al dueño de Mercado Libre, Marcos Galperín, y conversó con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto. ¿Qué es lo que le dicen en esas reuniones?
-En la campaña también hablé con muchos empresarios, lo que pasa es que no lo difundía. Ellos tienen una gran preocupación y advierten que en el problema que se ha creado no tenemos nada que ver nosotros. En realidad, este es un problema que se inicia en marzo de 2018. En esos momentos, Cristina estaba cuidando a su nieta, yo estaba dando clases en la facultad y Axel estaba con su Clio dando vueltas por la plaza. No teníamos nada que ver y la crisis les explotó. Y ahora la crisis sigue profundizándose y no es por nuestra culpa, es porque el Gobierno no le encuentra la vuelta. Tenemos que llevar tranquilidad y la tranquilidad es preservar la institucionalidad, garantizar que el Presidente termine su mandato normalmente. Que dejen de hablar los que están alrededor del Presidente.
-¿Se refiere a Elisa Carrió?
-Por ejemplo. Me parece bien que quiera recibir con los brazos abiertos a los ricos que están esquiando o veranean en Europa, pero la verdad es que la cosa es lo suficientemente grave como para que hable un poco en serio alguna vez. Pero también a Pichetto, que dice “Alberto Fernández quería un dólar a 70”. Yo nunca quise un dólar a 70, quiero un dólar real que le dé competitividad a la Argentina.
-En esta realidad económica tan compleja que le va a tocar heredar si las urnas lo ratifican como presidente, ¿qué rol le tocará jugar a los trabajadores en ese acuerdo que plantea?
-Enorme. Después de hablar con el Presidente, hablé con Héctor Daer y le pedí que hablara con todo el sindicalismo de todas las centrales -también iba a llamar a Sergio Palazzo y a Hugo Moyano pero todavía no tuve tiempo- para decirles “miren que estamos en una situación crítica, tratemos de mantener la calma social”. Y la verdad es que cuando vos recorrés al interior te das cuenta el enorme esfuerzo que están haciendo las intendencias para sostener la tranquilidad no solamente con subsidios también con el apoyo a las pymes, para que no generen más desempleo. Es impresionante el modo en que el Estado nacional se desentendió del problema y las intendencias fueron el socorro de la gente.
-¿Entiende que un paro o una protesta sería contraproducente en este momento?
-Cualquier cosa que intranquilice el clima social es preocupante, mejor que no ocurra. Porque además a río revuelto a veces los que ganan son los más malvados. Entonces, cuanto más tranquilidad podamos tener mejor.
-Es importante lo que marca sobre la red de ayuda que llevan adelante las intendencias porque si ya en la campaña hablaban de comedores desbordados hay que pensar en una situación todavía más complicada en los próximos meses.
-Es tremendo. Estuve en Tucumán con Juan Manzur y me mostraba la cantidad, hay alrededor de 130, cocinas comunitarias las llaman, porque en verdad preparan viandas para que la gente se las lleve a su casa y coman, así tratan de mantener las familias unidas en sus casas, y no que los chicos vayan a un lado y los padres coman el otro. Es un esfuerzo enorme lo que están haciendo y que de verdad tanto esfuerzo sería bueno que no se desperdicie con conflictividad social.