El presidente iraní se pronunció de esta forma horas después de que el Reino Unido propusiera formar "una misión marítima europea" para proteger a los cargueros que transiten por Ormuz
El presidente iraní, Hasan Rohaní, ha asegurado que Irán es el "guardián de la seguridad" en el Golfo Pérsico y en el estrecho de Ormuz, y que no busca escalar la tensión en esta estratégica región pese a captura de petrolero británico.
"Irán ha sido y será el principal guardián de la seguridad y la libertad de navegación en el golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el mar de Omán", subrayó, según un comunicado de la Presidencia iraníRohaní se pronunció de esta forma horas después de que el Reino Unido propusiera formar "una misión marítima europea" para proteger a los cargueros que transiten por Ormuz, donde Irán capturó el viernes al petrolero británico "Stena Impero".
El mandatario iraní hizo hincapié en que la República Islámica "no tiene la intención de aumentar las tensiones en la región y con otros países y que nunca iniciará una guerra", durante una reunión anoche en Teherán con el primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi."Creemos que los problemas de la región deben resolverse a través del diálogo, la negociación y la cooperación entre países vecinos y regionales", agregó.
En cuanto a Irak, Rohaní destacó que debido a la inestabilidad en la región, "el desarrollo de la cooperación entre Teherán y Bagdad mejorará la seguridad" Rohaní y Abdelmahdi, quien ya visitó Teherán el pasado abril, trataron asimismo las relaciones bilaterales y, en concreto, la cooperación comercial y económica, pues las exportaciones iraníes a Irak son muy importantes.
Irak se ofreció también en el pasado a mediar entre Irán y EEUU para rebajar la tensión, un papel para el que también se perfila Omán, cuyo ministro de Exteriores, Yusuf bin Alawi, viajará a Teherán el próximo sábado.El petrolero Stena Impero, con 23 tripulantes, fue apresado el viernes en el estrecho de Ormuz por guardias revolucionarios iraníes, semanas después de que un carguero iraní - el "Grace 1"-, que presuntamente transportaba crudo a Siria en violación de las sanciones de la Unión Europea (UE), fuera retenido en Gibraltar.
Desde entonces, la disputa entre Londres y Teherán ha estado jalonada por las reacciones de las naciones del golfo Pérsico, en una escalada de la tensión que comenzó el pasado mayo con una cadena de sabotajes contra petroleros frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos. La internacionalización del conflicto ha servido a monarquías como la saudí para reiterar el mensaje que lanzan desde hace tiempo.
"La comunidad internacional debe actuar para disuadir esta conducta", suplicó el ministro de Asuntos Exteriores saudí, Adel al Jubeir.Una solicitud a la que se han sumado otros países de la región. Kuwait ha reconocido observar la escalada "con extrema preocupación" y ha advertido de que la continuación de tales actos "incrementará las tensiones y colocará la seguridad marítima bajo amenaza, lo que requerirá que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para contener la escalada".
En busca de un solución diplomática que reduzca el ardor guerrero, Omán se afana en usar sus lazos históricos con Irán. El pasado domingo el sultanato exhortó a Teherán a liberar el petrolero británico y resolver el contencioso a través de la diplomacia, publicó El Mundo.
Precios del petróleo y el gas en ascenso, crecientes costos de aseguramiento y ataques a la infraestructura energética y bancaria podrían ser las consecuencias más próximas si la interceptación de dos petroleros vinculados con el Reino Unido por parte de Irán se convierte en una guerra abierta.
Un conflicto prolongado en el golfo Pérsico podría desencadenar una recesión global e incluso acelerar el alejamiento mundial de los combustibles fósiles. Estos son los resultados más probables según algunos importantes analistas de petróleo, productos básicos y geopolítica.
En una confrontación limitada, el flujo de petróleo y otros productos básicos debería continuar a través del Estrecho, con la advertencia de que ciertos petroleros podrían ser atacados por Irán, asegura Ian Bremmer, presidente y fundador deEurasia Group, una firma de consultoría e investigación de riesgos políticos. En una guerra grande, Irán podría cerrar el Estrecho y poner minas.
Se hará un esfuerzo concertado para mantener el estrecho abierto, y antes de que comience cualquier ataque militar, se elaborará un plan para proteger los buques con otros países de la región, como Arabia Saudita, afirma Ole Sloth Hansen, director de estrategia de productos en Saxo Bank A/S. Los costos de los seguros se dispararán, o no habrá cobertura en absoluto, y los propietarios de buques sin cobertura pueden ser reacios a arriesgar sus embarcaciones.
La idea de que el Estrecho de Ormuz se cierre "no tienen sentido", asegura FereidunFesharaki, presidente de la consultora de la industria energética FGE y asesor del gobierno de Irán en la década de 1970. Si un barco se hunde en el estrecho, podría cerrarse durante un par de semanas, pero luego se reanudará el tráfico. Si los iraníes intentan dispararle a todo lo que pase, entonces los británicos, los franceses y todos se involucrarán. "Los iraníes saben que si lo hacen perderán mucho, aunque sus representantes podrían poner minas en el Estrecho".
-El petróleo podría saltar a US$ 100 por barril o más inmediatamente después de estallar una guerra, pero probablemente se establecería cerca de los US$ 80 una vez se demuestre cierta resistencia de las exportaciones de la región, afirmaKen Medlock, director sénior del Centro de Estudios de Energía de la Universidad Rice en Houston. Si bien el auge del shale de EE.UU. podría calmar un poco el impacto, no puede compensar ninguna interrupción importante en Medio Oriente.
-El crudo podría aumentar a US$ 90 por barril antes de colapsar en medio del impacto negativo en la demanda global, afirma Hansen. El nivel que alcance dependerá de la capacidad de mantener un paso seguro a través del estrecho de Ormuz.
-En el caso de un conflicto regional completo, el petróleo subirá a más de US$ 100 por barril e incluso podría llegar a US$ 150, considera Bremmer. Si solo hay paros limitados, el petróleo podría restablecerse en alrededor de US$ 80.
-Los precios del gas natural licuado pueden aumentar más que los precios del petróleo debido al hecho de que una mayor proporción de los flujos globales pasan por el estrecho de Ormuz en comparación con el petróleo. "Cualquiera que sea el pico que alcance el petróleo, probablemente será el doble con el GNL", dijo en junio David Hewitt, analista de petróleo y gas de Macquarie Capital Ltd.
-El mercado está descontando en gran medida la posibilidad de guerra en este momento, cree Fesharaki. Si hay un ataque importante y represalias, el Brent podría subir a entre US$ 90 y US$ 100 por barril. El GNL también se vería afectado, pero el mercado tiene un exceso de suministro y lo domina Qatar, que tiene buenas relaciones con Irán, por lo que es poco probable que sea objetivo de Teherán.
-Japón, India y Corea del Sur serían algunas de las economías más vulnerables a una guerra en el golfo Pérsico debido a su gran dependencia del crudo de la región. India importa más de 80% de su petróleo y alrededor de dos tercios de eso provienen de Medio Oriente, dijo a finales de junio Sonal Varma, economista jefe de India en Nomura Holdings Inc.
-Los precios más altos del petróleo empujarán a las economías de Estados Unidos y el mundo hacia la recesión, afirma Hansen. Los metales industriales se verán afectados por la desaceleración económica y el oro debería subir más a pesar de un dólar más fuerte. También se intensificaría el actual alejamiento global de los combustibles fósiles.
-Una guerra en Oriente Medio podría acelerar el alejamiento del petróleo, ya que recordaría a las personas que dependen de un lugar peligroso, asegura Fesharaki. "El petróleo morirá en todo caso en los próximos 10 a 15 años, esto solo sería un empujón", analizó Bloomberg.