FERNANDO HEREDIA
El kirchnerismo duro propone desdolarizar el mercado para privilegiar el consumo interno y sumar empresas de China y Rusia, mientras que los más liberales apoyan un fuerte plan de exportaciones.
Con el estigma de saberse el cuco del mercado, pero reconociendo la importancia del mega yacimiento como una herramienta estratégica de generación de divisas, el kirchnerismo está debatiendo su plan para Vaca Muerta.
Para tranquilizar a las petroleras, en el Frente de Todos subrayan que fueron ellos, bajo la gestión de Miguel Galuccio, los que iniciaron el exitoso desarrollo de la formación. Pero la diversidad y hasta contradicción frontal de propuestas entre las distintas alas del Frente de Todos, está potenciando el temor de los principales jugadores del sector.
En un principio, Alberto Fernández inició la campaña electoral con claros gestos de moderación al colocar a Guillermo Nielsen como uno de sus máximos referentes en materia energética. El economista rápidamente presentó su plan en el congreso empresario de IDEA en la provincia de Neuquén, que causó una grata sorpresa entre el auditorio.
"Proponemos un proyecto de ley que ponga a Vaca Muerta y otras formaciones no convencionales en pie de igualdad tributaria y regulatoria con Permian y con Marcellus, las dos grandes formaciones no convencionales de Estados Unidos", sintetizó.
Este escenario no tardó mucho tiempo en cambiar radicalmente. Tras sus críticas a Kicillof, Nielsen fue cuestionado por Alberto Fernández y ahora se habla de su desplazamiento del área económica hacia la Cancillería, como reveló LPO. En ese marco en el mundo petrolero se empezó a mencionar el nombre de Matías Kulfas como un posible interlocutor, ya que si bien no es un experto en la materia su nombre es barajado como posible ministro de la Producción, una cartera que podría absorber la Secretaría de Energía, que define la política petrolera.
Kulfas es integrantes del albertista Grupo Callao, donde mantienen un análisis para el sector similar al de Nielsen. Según comentaron a este medio, están elaborando un plan que tiene como columna vertebral un régimen de inversiones específico con el objetivo llegar a exportar el equivalente a 40.000 millones de dólares anuales para 2023.
Para ello, le darán absoluta prioridad a la construcción de la planta de gas licuado de USD 5.000 millones que YPF quiere instalar en Bahía Blanca, permitiendo contratos a 20 o 30 años que brinden la seguridad jurídica necesaria.
En el otro extremo, se encuentra la postura que hegemonizó el primer "Encuentro Abierto sobre Energía" que organizaron los equipos técnicos del Frente de Todos más vinculados al kirchnerismo duro en la sede de APSEE (Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía).
Allí, el referente energético de Cristina Kirchner, Federico Bernal, puso como prioridad al mercado interno por encima de las exportaciones, que "sólo deben permitirse en caso de que haya excedentes, con un precio diferencial, bajo el compromiso de reposición de reservas y aportando a un fideicomiso que permita realizar la infraestructura faltante".
"Si tu producción se enfoca en el mercado externo, el precio local queda igualado al internacional como le pasó a Australia y resulta impagable. Por eso nosotros decimos que Vaca Muerta puede ser una generadora de divisas, pero no es seguro que pase en esta década, ya que la prioridad es ampliar el servicio de gas a los 5 millones de argentinos que hoy están afuera", se diferenció, en diálogo con LPO.
En este sentido, subrayó la necesidad de priorizar el "desarrollo nacional con equidad social y fuerte industrialización". Aunque prometió que "se respetarán los compromisos firmados por Macri como la Resolución 46", que fija un esquema de subsidios hasta el 2021.
A su vez, dejó en claro la inserción internacional que se imagina en un futuro gobierno peronista al pedir "abrirle el juego a las petroleras chinas y rusas", un tema muy delicado que toca aspectos geopolíticos y por supuesto, no goza de la simpatía de la Casa Blanca. De hecho, hace tiempo que en el sector se rumorea que hay un veto expreso de Trump al ingreso en el área energética de empresas de esos países, como sucedió con las centrales nucleares que ya estaban acordadas.
Una mirada semejante tiene el principal candidato a ocupar la secretaría de Energía en caso de un triunfo opositor en octubre. Sergio Lanziani, el hombre de Rovira que hoy en día es el preferido de Alberto en la materia, conversó con LPO y valoró "el potencial exportador de Vaca Muerta que podría igualar al complejo agroexportador", pero advirtió "no se puede desarrollar esta faceta sin resolver la cuestión nacional". "Para salir de la crisis hay que iniciar un ciclo de crecimiento económico que no puede darse con tarifas en dólares, mientras que los usuarios ganan en pesos", indicó.
No obstante, enfatizó que más allá de su mirada, el plan energético debe surgir luego de un gran acuerdo nacional entre todos los sectores de la energía como los trabajadores, las empresas, los usuarios y el Estado. "En Energía no se puede trabajar seriamente cambiando cada cuatro años de política. Tenemos que armar un proyecto a 20 años consensuado y respetado por todos", concluyó.